La semana de Manolo García #2

Escuchando: Una tarde de sol (Manolo García)

Te busco entre la gente de las plazas.
Te busco en las calles de ciudades que ya no recuerdas.
Te busco en el perfume de mujeres que pasan,
en los silencios que crecen cuando ellas no hablan.
Te guardo una tarde de sol por si la quieres.
Ese es un tesoro que nadie podra arrebatarte.
Te guardo una mirada risueña que nada pretende…

La semana de Manolo García #1

Escuchando: Malva (Manolo García)

El sábado, gran concierto en Santander; por fin, Don Manolo García nos vuelve a visitar. Y como me quiero ir metiendo en ambiente, a lo largo de esta semana voy a ir dejando caer aquí algunas frases de su último disco, versos de esos que se me han ido quedando dentro…

Empezando hoy por…

Malva, te quise tanto, Malva, que da risa el pensarlo.
Malva, de amor llore tanto
que podria caber en un saco lleno de gatos.
Mi sueños son palomas mensajeras
que se pierden entre las antenas, sobre la ciudad,
y no vuelven jamas.
O regresan con una rama de olivo en el pico
y se quedan a esperar junto a algun portal.

Tristeza en pequeñas dosis

Escuchando: Another Lonely Day (Ben Harper)

Lo aleatorio es lo que tiene. Que es imprevisible, como los imprevistos. Antes el iPod me ha sorprendido colándome seguidas dos canciones que no pueden faltar en la colección de cualquier triste que se precie: In the Sun, de Joseph Arthur, y Another Lonely Day, de Ben Harper.

No son las canciones más alegres del mundo, pero cortés y valientemente, no dejan de ser dos maravillas…

Y como dicen que quien canta su mal espanta, y de todas formas ya llueve, cantaré. Anímense: háganme los coros. Gracias.

Wish there was something
I could say or do
I can resist anything
But temptation from you
But I’d rather walk alone
Than chase you around
I’d rather fall myself
Than let you drag me down

It wouldn’t have worked out any way
And now it’s just another lonely day
Further along we just may
But for now it’s just another lonely day

El cantautor que casi conoció a Michi Panero

Escuchando: Ocho y medio (Nacho Vegas)

Nunca lo entenderé. Mientras los de siempre dan vueltas y vueltas inentando encontrar la manera de vendernos la misma canción de forma distinta, mientras los móviles del país se llenan de tonos, politonos, y sonidos realmente lamentables, mientras lo que suena en las radios que escucha el 90% de la población está compuesto en un 90% de la nada más absoluta, no entiendo cómo la gente no va silbando por la calle las melodías de Pequeño Pecker. Por ejemplo.

Y mientras hay autores que sí que valen, pero que exprimen de forma aburrida la misma fórmula (el último disco de Ismael Serrano no le he escuchado entero, me dormí, literalmente, a la mitad), uno se encuentra con auténticas joyas que pasan miserablemente desapercibidas.

Nacho Vegas, peculiar cantautor asturiano, tiene nuevo disco. Se llama Desaparezca aquí. Y es un disco para escuchar sin prisas, a media luz. Con sus ramalazos eléctricos, que alguno tiene, pero sobre todo acústico, susurrado, agradable, entrañable, triste. No me sé de carrerilla la discografía de este hombre, y no sé si éste será su mejor trabajo, o si sólo es mediocre. Pero lo que sí puedo asegurar es que tiene gemas difíciles de pasar de largo. Una de ellas es El hombre que casi conoció a Michi Panero: una melodía de esas que se quedan para siempre, y una letra cínica llena de frases para el recuerdo.

Pero no es lo mejor del disco. Lo mejor se llama Ocho y medio, y es una canción que ya nos adelantó el pasado Octubre en el Tanned Tin, él solo, guitarra en mano. Y llenó el teatro, en un momento, de sus imágenes, de su particular forma de contar la vida. Escuchar el disco, y reencontrarme con esta canción ha sido una más que agradable sorpresa. Y cuanto más la escucho, más me emociona, más dentro se me va quedando. Quizás nunca la escuchéis por la radio, quizás nunca se haga famosa. Pero al menos podéis leer su letra… le cedo la palabra al maestro Vegas… nos vemos en el Primavera Sound

Miro al techo, que ha vuelto a gotear.
Hacía tiempo que no llovía así.
Y cada gota golpeando contra los cacharros de metal
me hace pensar, unas veces en sangre, y otras veces en ti;
lo que en realidad, viene a ser lo mismo;
lo que por crueldad, ahora viene a dar igual.
O puede ser un ángel que una vez perdió la fe,
y fue expulsado, y que ha venido a agonizar
justo encima de mi hogar,
y estas gotas sean sus lágrimas.
O puede que sea hora de entrar ya en razón,
y llegar a comprender que dentro de este horror
no hay literatura.
Y eso tú lo sabes bien, a fuerza de caer una y otra vez
en una trampa mortal que en el tiempo dura ya
ocho años y medio.

Seré muy breve:
te quiero, y esto duele.

Y vino un pájaro a posarse en mi ventana
Tenía un ala rota, su plumaje era gris y azul.
Y al acercar mi mano y comprobar que no,
no echaba a volar,
supe de inmediato que lo enviabas tú.
Lo tomé entre mis garras
y lo dejé morir,
y cuando lo hizo aún llovía aquí.
Y la sangre, al gotear entre zarpas de animal,
presagió mi suerte;
como un ave que voló de Madrid hacia Gijón
aún herida de muerte;
reescribiendo la espiral
de prometer hacerlo bien,
de cometer un nuevo error,
de no saber pedir perdón,
o pedirlo demasiadas veces.
Y aunque ahora escupo una oración, helado de terror,
ningún dios responde aún.
¿Soy yo el que no ve, o es que todavía no se hizo la luz?

Seré muy breve:
te extraño, y esto duele.

Trato de encontrar una salida
pero no recuerdo ni por dónde hemos entrado aquí.
Y contemplo junto a mí
el cadáver del que fui, según tú, en una ocasión.
Y es la mancha de humedad,
la de la herida mortal impregnada en el colchón.
Y ahora que te oigo llorar, en lugar de ir hacia ti,
me vuelvo a anestesiar,
y me limito a subir el volumen del televisor;
o me concentro en recordar, para no pensar en ti,
que tendría que llamar,
que alguien venga a reparar la gotera de una puta vez;
que ya cansé de recoger litros de agua gris,
gris como un metal,
que un día relució y que ahora es suciedad;
¿qué se hace para amar lo que quise despreciar
ya una y mil veces?

Seré muy breve:
te he perdido, y esto duele.

Mi herejía favorita (#3)

Escuchando: Lilac Wine – The Albul Leaf remix (Nina Simone)

Ayer descubrí que hay una nueva edición. Y ya van tres…

El día que vi por primera vez un disco de remezclas de jazz, levanté una ceja, moví la cabeza, y pensé: herejes

Pero me fijé más, y se llamaba Verve Remixed. Editado por el sello Verve. Ni más ni menos. En la misma página de Verve se podía escuchar, y después de hacerlo, me acabé comprando el disco. Los dos, mejor dicho, ya que por un lado se edita un disco con los temas originales (Verve Unmixed) y otro con las remezclas (Verve Remixed). Y con grandes nombres reinterpretando los temas: Thievery Corporation, De-Phazz, Tricky… ofreciendo su particular versión de joyas de Nina Simone, Dinah Washington, Ella Fitzgerald, Billie Holiday, Sarah Vaughan

Una delicia.

Luego vino una segunda parte: Gotan Project, Willie Bobo, Felix Da Housecat… más de lo mismo.

Y ahora, acaba de aparecer la tercera edición. De los remezcladores, sólo conozco a The Postal Service (qué grandes…), pero el repertorio elegido es, como en los casos anteriores, de lujo… Y las remezclas suenan muy, muy, muy bien…

Si tienen ustedes ocasión, disfrútenlo. Unmixed para relajarse. Remixed para todo lo contrario…

Seguiremos informando…

Más Primavera

Escuchando: 1972 (Josh Rouse)

We’re going through the changes
Hoping for a replacement
Untill we find a way out of this
A way out of this hole

Ayer se confirmaron nuevos nombres a añadir al cartel del Primavera Sound. Josh Rouse es uno de ellos, y sólo por su concierto ya merece la pena la visita a Barcelona.

Visita que ya tengo preparada: abono para el Festival, billetes de avión, y un hueco en la casa de un amigo. Estaré por allí una semana, que espero me dé de sí. Al menos para hacer las fotos que la ciudad se merece…

Seguiremos informando…

En el filamento de la bombilla

Escuchando: Crujidos de reloj (Maga)

Tendido extiendo los brazos y espero inmóvil a que el suelo quiera hablarme con golpes de tos.
Y cuando me concentro, las llagas que separan las baldosas se retuercen en morse para llamarte donde vives ahora,
en el filamento de la bombilla, aterciopelando lo que vas rozando al desbordarte,
te noto en las costuras de mis sábanas,
cosiéndote con crujidos de reloj que me mordisquean como una termita,
y me atan con raíces fuertes y rizadas,
enciclopedia solo de palabras que te sinoniman.

Revel without a pause

Escuchando: Footlose and fancy free (Bill Bruford’s Earthworks)

Cuatro ya. Parece mentira, pero ayer comenzó la cuarta edición del Festival de Jazz de Santander. Bill Bruford fue el encargado de abrirlo, en un concierto de lujo (en parte por el precio de la entrada, también…)

El concierto podría haber estado mejor, eso es cierto. Podría haber sido más dinámico, tuvo demasiados momentos demasiado tranquilos. Pero sigue siendo una leyenda tras la batería. Tiene un grupo de jazz, pero no puede evitar sus pasado, sus años en bandas de rock que llevaban la lógica sonora al límite.

No sé si iré a algun concierto más del festival. Ayer me recomendaron no perderme el de Horacio Hernández «El Negro». Tomo nota.

Y una vez tomada, voy a ver si preparo los bártulos, que un servidor se va a pasar una noche a alguna casa rural perdida por ahí…

Nos vemos a la vuelta. Séanme buenos, no rompan nada y disfruten del fin de semana….

Ojalá tuviese los ojos de Paul Newman

Escuchando: Paul Newman’s Eyes (Dogs die in hot cars)

Frío, mucho frío, pero cielos insultantemente azules, hoy por aquí. Mezcla de optimsimo y pesimismo que encaja muy bien con una canción que hes escuchado hoy… Descubrimmiento del día: Dogs die in hot cars. Tienen un disco, dura 35 minutos, pero es inevitable ponerlo una y otra vez. Canciones simpáticas, peligrosamente pegadizas, ochenteras, y muy, muy divertidas. Y entre estribillo y estribillo, alguno francamente llamativo. No sólo ése que dice yur guachin guachin yu guachin mi (You’re watching watching you watching me) sino, especialmente, ese otro que se queda grabado la primera vez que se oye:

But I wish I had Paul Newman’s eyes
And every day came with some surprise
I wish I had Paul Newman’s eyes
That would be nice

Simple; tontorrón. Altamente efectivo. Una de esas canciones que hacen sonreír.

El tono canción divertida y pesimista me recordaba a esos otros cachondos mentales que son Freak Kitchen. Virtuosismo guitarrero al servicio de letras como A Regulatr Guy o Some kind of Love song. Podría estar hablando de mí, perfectamente.

Recuerden: Dogs die in hot cars. Para días azules.