Que La Fuerza les acompañe

Escuchando: Stars Wars – Main Theme (John Williams)

Nunca había estado en una boda tan friki. Ahora las celebraciones convencionales me parecerán -aún- más aburridas. Bravo por ellos.

Seguiremos informando.

PD: ¡Pero cómo molaba el sable láser! ¡Era lo más parecido a uno de verdad que he visto nunca!

Y sin embargo, funciona

Escuchando: Hong Kong Garden (Siouxsie & The Banshees)

Aviso por adelantado: leer las siguientes líneas puede conducir a una pérdida de productividad importante durante un buen rato. Luego no me vengan con reproches. Voy a hablarles de uno de mis últimos descubrimientos, una tienda por internet tan tentadora y con tantas ventajas, que la reacción lógica es desconfiar y no creerse nada. Y sin embargo, funciona.

Se llama deal extreme, y venden desde Hong Kong. La tienda está llena de cachivaches frikis, muy frikis, y para todos los gustos. Los precios son escandalosamente bajos, y además se paga en dólares (aunque el cambio ya no es lo que era). Y para rematar la faena, los gastos de envío son… inexistentes. Increíble, pero cierto.

Pongámonos en situación: ¿qué tipo de artículos se puede encontrar uno en esa tienda? Pues desde un despertador que sale corriendo o volando al sonar, hasta helicópteros de radio-control, pasando por todo tipo de juguetes láser, solares, lámparas, accesorios para consolas, componentes de ordenador, artículos para el iPod o para el equipo fotográfico… un bazar enorme y friki en el que es fácil perder el tiempo navegando entre ofertas de precio ridículo.

Yo hice el experimento, y encargué un juego de mesa, copia pirata y descarada de Blokus, el Tetris convertido en estrategia de tablero. Un par de semanas más tarde (y después de seguir el proceso en la página de la tienda y en la de Correos), llegó a casa un paquete de Hong Kong, con el juego esperado. Sin misterios, sin complicaciones. Así de fácil. Ya he hecho otro pequeño pedido (que incluye el Blokus pirata para dos jugadores, por unos cuatro euros al cambio), y es que resulta difícil resistirse. Eso sí: tengan en cuenta que la mayoría de los productos son copias de calidad dudosa, por lo que nunca está de más echar una ojeada a los comentarios de otros usuarios, para valorar si compensa la compra. A esos precios, suele hacerlo.

Echen un vistazo. Seguro que acaban picando. Seguiremos informando.

A codazos con la cultura

Escuchando: The Angry Mob (Kaiser Chiefs)

El sábado, con motivo del inicio de la Temporada de Otoño del Palacio de Festivales, se organizó un pasacalles con espectáculos representados en distintas plazas de Santander. Buen plan, aunque poco difundido, al menos sus detalles: no conseguí averiguar cuál iba a ser el recorrido ni el horario de cada espectáculo, por lo que me consideré afortunado al coger uno de ellos al vuelo en un paseo por el centro (buscándolos).

Afortunado, aunque con una pizca de mala suerte: el espectáculo que presencié se basaba en la danza turca de los derviches, algo que traía ya visto de las vacaciones de este año, y que por tanto no me consiguió sorprender.

Eso sí: hay que ver cómo es esta ciudad; y sus ciudadanos, sobre todo. Llegamos cuando ya había bastantes personas esperando el inicio de la actuación. Un presentador salió a decir que como había mucha gente (alrededor de un escenario rectangular delimitado en el suelo), lo ideal era que los niños estuviesen sentados en primera fila (ya lo estaban), y los adultos detrás de ellos… sentados, preferentemente; así más gente podría ver la actuación. Por tanto -lo dijo bien claro- a todos los que no se quisieran sentar se les pidió, por favor, que dejasen sitio delante a los que sí quisieran hacerlo, y así todos tan contentos.

Poca gente se movió, y los que intentamos sentarnos sólo recibimos miradas de enojo, malos modos, rodillazos, y un hueco mínimo. La cultura podrá salir a las calles, pero la gente se deja en casa su educación y su solidaridad. Es un triste consuelo pensar que en mi reciente visita a Salamanca, y en situación similar, las señoronas más dignas, con su maquillaje, sus joyas y su laca, metían los codos de forma tan grosera como mis conciudadanas (luego hablarán de los modales de la juventud). Pero lo que es indudable es que esta ciudad, Santander, podrá optar a convertirse en Capital Europea de la Cultura, pero para conseguirlo no basta que Tío Gilito abra la cartera: hace falta Cultura, más, mucha más, y con mayor variedad, no sólo de esa de dejarse ver; y sobre todo, lo más necesario es ser capaces de abrir la mente, de disfrutar, de compartir, de descubrir. Y eso no se compra, no se firma: se aprende, se enseña.

Nos queda tanto camino por recorrer…

Decíamos ayer…

Escuchando: Adiós ayer (José Padilla)

Retomo la programación habitual, tras el paréntesis salmantino, del que iré comentando anécdotas y curiosidades a medida que vaya editando y seleccionando fotografías. O sea: a saber cuándo.

En cualquier caso, eso sí: seguiremos informando.

PD: Salamanca nunca defrauda.

Quod Natura non dat

Escuchando: Vagamos por las calles (Francisco Nixon)

«Salamanca, que enhechiza la voluntad de volver a ella a cuantos de la apacibilidad de su vivienda han gustado

Huyo de la lluvia: este largo fin de semana (aquí el lunes es festivo) lo pasaré perdiéndome en buena compañía por las calles de una ciudad que conocí hace ya unos cuantos años, de forma fugaz, ruidosa, resacosa y alborotada. Ya iba siendo hora de repetir la visita.

Nos vemos a la vuelta…

iPod: la decadencia de los clásicos

Escuchando: Too old to rock n’ roll, too young to die (Jethro Tull)

Ayer Steve Jobs, cumpliendo con la habitual escenografía, presentó una renovada gama de iPod, el reproductor de música más famoso del mundo, para bien o para mal.

El benjamín de la familia, el iPod Shuffle, se queda como estaba, aunque con nuevos colores. A pesar de su sencillez, y de que existen alternativas más completas y baratas, no por ello deja de ser un bonito capricho, basta tener uno en la mano.

La mayor renovación la tuvo el iPod Nano, el reproductor con pantalla basado en memoria flash. Nuevamente con diseño alargado, viene con un lavado de cara, con un acabado muy llamativo y colorido, con más memoria (ahora llega hasta los 16 Gb) y con un acelerómetro que le permite tomar características prestadas de la interfaz del iPod Tocuh / iPhone, así como imitar a los teléfonos de Sony Ericsson y cambiar de canción a golpe de muñeca. Todo ello en un tamaño muy reducido, hacen de este nuevo Nano un juguete que enamora a primera vista.

Decepción en cuanto al iPod Classic, el de toda la vida. Desaparece la versión de 160 Gb, y se ofrece con una única capacidad disponible: 120 Gb. Sigue siendo una opción más que interesante para los que -como yo- siguen usando el reproductor básicamente para escuchar música, pero no deja de llamar la atención que en lugar de ofrecer algo nuevo, Apple se limite a ofrecer lo mismo con menos opciones. Vale que un acelerómetro y sus sacudidas no sean la mejor idea para un dispositivo basado en un disco duro de los de toda la vida, pero seguro que algo más sí se podía innovar, aunque tan sólo fuese en su interfaz. Da la impresión de que el iPod original, el que se hizo ubicuo, el que consiguió la fama, comienza su decadencia. Lástima.

Se ha renovado también, ligeramente, el iPod Touch. La parte trasera brillante recuerda al iPod de siempre, lo que hace pensar que es un guiño para que tome el relevo. Ahora tiene un altavoz (pse) y se añaden botones físicos para el volumen, toda una mejora para manejarlo como reproductor de música sin tener que pelearse con la pantalla tátcil. Se incluye el receptor de Nike para su sensor deportivo (supongo que con el único objetivo de vender más sensores, aunque tampoco creo que se desate una fiebre por comprarlos). Por último, se baja sensiblemente su precio, y ahora el modelo más grande, con sus 32 Gb, empieza a parecer razonable. Aunque creo que tendrán que duplicar la capacidad (que no el precio) para que me anime a renovar mi actual y saturado iPod blanco (ea, eso sí que es un clásico) de 30Gb.

Sin duda, parece que la estrategia es convertir al Touch en el nuevo iPod, a secas. Pero sigo teniendo mis dudas sobre su utilidad como reproductor de música. Vale, ahora se puede cambiar el volumen de forma más sencilla, pero… ¿y la pausa? ¿y el avance entre canciones? ¿sigue siendo necesario recurrir a desbloquearlo e interactuar con la pantalla táctil? Si es así, es muy vistoso pero menos práctico que el iPod de siempre.

Es cierto que se han presentando también unos nuevos auriculares con mando a distancia incorporado que permiten solucionar lo anterior, pero no me convence la propuesta: hay un modelo barato, pero no dejan de ser los auriculares de siempre (una mierda, vaya), y otros de 80 €, tipo in-ear pero por fin con un diseño más logico, que seguro que se oyen genial… pero tener un mando a distancia integrado en el cable acabará siendo causa de problemas (ruidos y zumbidos por malas conexiones, me ha pasado tantas veces…), lo que puede inutilizar unos auriculares caros y en perfecto estado. Mucho mejor cuando el mando a distancia es independiente de los auriculares, como ocurría hasta ahora. Lo peor de todo, además: estos nuevos auriculares con mando sólo son compatibles con los iPod presentandos ayer: no valen para modelos anteriores, ni para el iPhone, a pasar de llevar micrófono incorporado. Incomprensible.

Por último, un apunte final sobre esta revisión del iPod Touch: echando un vistazo a la publicidad en la página de Apple, o al anuncio grabado para promocionarlo… da la impresión de que venden una consola de videojuegos, no un reproductor multimedia. La importancia que le han dado a este aspecto lúdico es, como poco, sorprendente (de hecho, la inclusión de un altavoz estoy seguro de que tendrá mucho que ver con su uso para juegos).

Habrá que ver cómo evoluciona todo esto. Aparentemente, el iPod Classic acabará desapareciendo, engullido por su hermano pequeño Nano cuando se abaraten más los precios de la memoria flash. La duda que me queda es si el iPod Touch se pulirá para ser un buen reproductor multimedia… o si acabará haciendo la competencia -más- a Nintendo.

Seguiremos informando.

PD: Lo bueno de la presentación de ayer fue que uno de los nuevos productos presentados es gratisiTunes alcanza su versión número 8 convertido en un mastodonte cada vez más complejo. A pesar de ello, nunca me ha dado ningún problema, y esta nueva versión viene con un nuevo modo de navegación mediante portadas (útil para localizar discos), unos espectaculares visualizadores, y un modo inteligente de creación de listas a partir de una canción que especifiquemos: Genius. Vamos, lo mismo que hacía Pandora, pero integrado con iTunes. De momento parece que funciona bien: he probado con el Enjoy the silence, y me ha presentado una buena selección con The Cure, The Cult, Joy Division, Bowie, Asia, Smashing Pumpkins, Police, Yeah Yeah Yeahs, Wallflowers, Dire Straits, Morrissey, U2, Crowded House, Cranberries, Peter Gabriel, Lou Reed, Blur y Arctic Monkeys. No está mal.

¡No tocar!

Escuchando: U Can’t Touch This (MC Hammer)

No sé si tengo un día especialmente observador, o picajoso. El caso es que después de las hoces de antes, he descubierto una curiosa operación matemática en un catálogo del Carrefour (4 briks de leche de medio litro valen 2,20 €, ergo el precio por litro es.. ¿4,40 €?).

Aún así, la palma se la lleva una curiosa advertencia que he encontrado en el manual de instrucciones de un teléfono Nokia. Intrigado por la presencia en el lateral de un conector mini-USB, investigo en el manual… ¡y me riñen!

Pues que lo sepa todo el mundo: lo he tocado; con el meñique; dos veces. ¡Ja!

Seguiremos informando.

¿Y el martillo?

Escuchando: Ancha es Castilla (Mägo de Oz)

El diario Público vuelve con su promoción Cultura Libre, y regalará películas y libros los fines de semana. Los viernes, película; los sábados: novela juvenil; los domingos, un libro de Mafalda. No está mal.

Claro que, antes de embarcarse en la cruzada de defender la cultura, no estaría de más que aprendiesen a escribir, o se molestasen en informarse un poco. ¡Pucha, no es tan complicado!

Seguiremos informando.

Porque algún día habrá discos de mil terabytes

Escuchando: 24 hour party people (Happy Mondays)

El sábado pasé, como visitante, por Juventud Cantabria.net, una party organizada en el Palacio de Exposiciones de Santander. Nunca había estado en una de estas reuniones, y tenía ganas de ver cómo era una congregación de casi medio millar de Enjutos.

Personalmente, se me ocurren mejores maneras de pasar un fin de semana que dejándome los ojos delante de la pantalla, descargando más contenido de los que pueda asimilar en diez años, o pegando tiros en juegos más reales que mi vida misma. Pero tiene su punto, no puedo negarlo. Es curioso ver también cómo la gente se lo curra personalizando sus equipos, aunque los neones y las estridencias nunca han sido mi taza de té. De hecho, yo no suelo ni cambiar el fondo de escritorio de mis ordenadores (aunque mis motivos tengo).

Curioso, sin duda. No me veo acampando en un sitio así con un ordenador, pero ha sido divertido ir de visita. Y tengo que reconocer que si lo que había oído sobre el juego Spore había despertado mi curiosidad, al verlo en vivo unos minutos me he decidido a probarlo; existe versión para Mac, así que será cuestión de investigar…

Seguiremos informando.

PD: Curioso el AIBO, tecnología de hace casi 10 años que sigue haciendo gracia.