Nuestras armas

Escuchando: Mis-Shapes (Pulp)

Nuestras armas: la indignación frente a los abusos y las tomaduras de pelo. Las flores frente a las porras y las pelotas de goma. Las manos en alto frente a la violencia. Ayer Santander volvió a llenar la Plaza Porticada, en solidaridad con los ciudadanos de Barcelona que fueron desalojados y golpeados por insistir en defender sus derechos en vísperas de un partido de fútbol. Básicamente.

Por aquí, como en otras tantas plazas, la única violencia fue la que llevaban las palabras de condena. Que siga así.

We won’t use guns, we won’t use bombs
We’ll use the one thing we’ve got more of – that’s our minds…

PD: Dejo una nueva colección de fotos de ayer, con licencia Creative Commons para que las use quien necesite…

Nunca se reflexionó con tanta concentración

La Plaza Porticada de Santander se ha convertido definitivamente en #acampadasantander. Ayer cerca de 1500 personas la abarrotaron compartiendo ideas en un ambiente que sigue siendo digno de admiración. En una de esas conversaciones captadas de pasada, una señora al pasar por la plaza comentaba que no entendía a esta juventud. Que el mundo es el que es, y está como está, y lo único que hay que hacer es apechugar y dejar de quejarse. Afortunadamente, se está comprobando que cada vez somos más lo que no pensamos así.

Pasada la medianoche, llegó el momento crítico: con las concentraciones prohibidas por la Junta Electoral, la plaza seguía llena de gente. La policía vigilaba, pero se limitó a actuar con sentido común: avisando de que reuniones de más de 40 personas podían ser consideradas como delito. La gente se agrupó en pequeños corros, cada uno con su pequeño debate. Así terminaba esta atípica campaña electoral, y comenzaba una jornada con más reflexión que nunca. Ha sido fantástico ver cómo los políticos perdían el control de la campaña, intentando demonizar o apropiarse de un movimiento que les ha dejado literalmente fuera de juego.

Mañana toca acercarse a las urnas, pero este movimiento espero que no acabe allí. Lo que se ha iniciado esta semana ha demostrado que los cambios son posibles. Me viene a la cabeza ahora ese personaje tan especial que tenemos por estas tierras, Mario San Miguel, que suele citar en sus conciertos a los Masai: muchos hombres pequeños en lugares pequeños harán cosas pequeñas que cambiarán el mundo.

Ojalá. Seguiremos informando.

PD: Como estos días, mis fotografías están en mi cuenta de flickr, con licencia Creative Commons.

Crecen los indignados en Santander

Escuchando: Revolution Rock (The Clash)

Si ayer hubo gente en Santander, hoy el número de indignados casi ha llenado la Plaza Porticada. Personas de distintas generaciones han expresado su rechazo a la situación actual, en un ambiente animado y respetuoso. Da gusto ver cosas así.

Mañana está convocada otra concentración en la misma plaza, ojalá seamos capaces de llenarla del todo. Eso sí, parece que habrá que parar cuando comience la jornada de reflexión, a las doce de la noche, según ha dictaminado la Junta Electoral Central. Espero que esta decisión no provoque que este movimiento se descontrole. Tampoco es mala idea serenar los ánimos durante la jornada de reflexión: lo que se ha originado estos días no debería tener el objetivo fijado en unas elecciones autonómicas y municipales; los cambios que se buscan van mucho más allá y esto va a ser una carrera de fondo. El primer aviso está dado, y habrá que demostrarlo el domingo en las urnas, participando todos, cada cual como le dicte su conciencia, serenamente.

Mis fotos de esta tarde, con licencia Creative Commons para que las use quien considere, están en mi cuenta de flickr. Veinticinco imágenes de una tarde para el recuerdo en Santander.

Mañana, más. ¿Vienes?

Indignados

Escuchando: Revolution Rock (The Clash)

Está dejando de ser la campaña electoral previsible, estúpida y superficial que se preveía. Algo se mueve. Cierto que muchas de las consignas, manifiestos y movimientos que estamos viendo son demasiado generales, idealistas, son brindis al sol… pero por fin la gente, especialmente la gente joven, se echa a las calles por un motivo que no incluye un partido de fútbol, un famoso de tres al cuarto o el ídolo de turno.

Al final lo que está quedando claro es que hay gente cansada de que le tomen el pelo, y aunque sólo sea por el derecho a la pataleta, lo está haciendo notar. Algo que ha pillado totalmente a contrapie a partidos políticos, medios de comunicación y juntas electorales, que han ido quedando en ridículo en mayor o menor medida desde el pasado domingo. Especialmente sangrante es lo de la Junta Electoral Provincial de Madrid, que ha desautorizado la concentración de la Puerta del Sol porque la petición de un voto responsable puede afectar a la campaña electoral y a la libertad del derecho de los ciudadanos al ejercicio del voto.

Ojo, fiesta intelectualmente violenta, que decían Los Deltonos. Cuidado, a ver si la gente se va a poner a pensar antes de votar, y la liamos.

En Santander, ciudad conservadora donde las haya, también se mueve algo. La Plaza Porticada se ha convertido en el núcleo de las concentraciones y protestas, aunque la Plaza del Ayuntamiento tenía también esta tarde su puntito: un mitin del partido CHOPED (Chorizos Por El Despilfarro), que en clave de humor –ácido– no estaban dejando títere con cabeza.

SIn duda, es mejor una campaña así que una de las habituales: carteles inundando las calles de manera absurda con las caras de gente que por lo general estamos hartos de ver, mítines para los ya convencidos, promesas absurdas, y palabras que se lleva el viento porque las hemerotecas no las mira nadie.

Quizás este domingo más gente vote, o quizás lo hagan con más cabeza. Sólo por eso habrá merecido la pena.

Seguiremos informando.

PD: Mis fotos de esta tarde, con licencia Creative Commons, por si alguien quiere utilizarlas…

El concierto del año

Escuchando: Children Of The Lord (Slim Cessna’s Auto Club)

Este año el nivel de los conciertos en Santander está siendo tirando a alto, pero lo de anoche se sale de cualquier escala. El amigo que lo organizaba había visto a la banda, Slim Cessna’s Auto Club, en Estados Unidos y no dejaba de hablar de ellos. Los discos que yo había escuchado sonaban bien, pero tampoco parecía algo tan fuera de lo normal… hasta que ayer pisaron el escenario de la sala BlackBird, y nos pasaron por encima. Literalmente. Salvajismo desde el primer minuto, un sonido brutal a pesar de la moña que llevaban los dos cantantes, un ritmo infernal, una puesta en escena delirante. No hay palabras. Sigo en estado de shock. Y no consigo olvidar esa guitarra de doble mástil, forrada en terciopelo rojo, y con imágenes de Jesucristo y la Virgen que cambiaban dependiendo del ángulo (o se mezclaban: una virgen con tres ojos y perilla).

Es la primera vez que vienen a España (aunque lo hacen con siete discos a sus espaldas) y esta noche tocan en Bilbao, mañana en Vigo, el sábado en Madrid, el domingo en Granada, y el lunes en Barcelona. Recomendarlo es poco, así que avisados quedan, si me lee alguien a tiro de piedra de esta mini-gira. La verdad, tengo curiosidad: si todas las noches montan la fiesta que vi yo ayer, ¿cómo llegarán el lunes a Barcelona?

Seguiremos informando.

Espacio Cultural para las Artes Musicales

Escuchando: Standing in the way of control (The Gossip)

El sábado, Frenadol mediante, por fin conocí la nueva «casa de la música» que tenemos en Santander, inaugurada hace poco (apurando el plazo antes de la precampaña, como suele ser habitual). La primera impresión ha sido buena, aunque el hecho de que coincidiesen dos conciertos a la vez complicó un poco el plan.

Uno de los conciertos fue intimista (a veces intimidante) y bastante marciano. Sam Amidon presentaba sus canciones (e incluso hacía ejercicio) en una sala pequeña, con muy buena acústica, pero no completamente aislada de la sala grande del recinto, contigua, donde Zapatotipobota estaban montando bastante más bulla. No parece que esté la cosa preparada para simultanear propuestas.

Después de Amidon cambié de sala, y disfruté del directo de unos Estereotypo en estado de gracia. Producto local del que estamos especialmente orgullosos, cada concierto suyo es una fiesta, sin remedio. Si además lo rematan con colaboraciones de lujo, el resultado son momentos inolvidables… como la arrolladora versión de The Gossip que se marcaron en los bises, con la ayuda de una de las mejores voces de estos lares. Intenso no: lo siguiente.

Seguiremos informando.