A platos puestos

Escuchando: Yo quiero verte danzar (Franco Battiato)

El sábado fue uno de esos días extraños y agradables en los que uno sale de casa a buscar un grifo, y acaba en un mercadillo solidario comprando libros de Julio Verne, justo antes de tomar un té con amigos y terminar en un curioso centro cultural pinchando música con vinilos (por primera vez).

Lo más curioso fue esto último, claro. Sucedió en Eureka, un Centro Cultural Europeo que ha abierto sus puertas hace unos meses en Santander. Se trata de una propuesta con una pinta estupenda y muy buenas ideas, que mezcla el punto de encuentro, la información y el espacio expositivo de una manera muy agradable.

Y entre las propuestas de Eureka está Trans-Europe Express, una cita semanal y abierta a la participación popular para conocer Europa a través de sus músicas… con la peculiaridad de que el protagonista es el vinilo. Y hay que reconocer, además, que la selección de discos que tienen en el local es una gozada.

Total: que al cabo de un rato por allí acabé cambiando los vasos por los platos, y aunque con vinilos me reconozco torpe, acabé mezclando -entre ayudas y peticiones- todo tipo de músicas, desde Editors y su Papillon hasta los Animals con su House of the Rising Sun, pasando por los Rolling, los Beatles, Police, Frankie Goes To Hollywood, Sara Montiel, Alaska o Franco Battiato.

Y me lo pasé pipa, para qué negarlo. Habrá que repetir algún día.

Seguiremos informando.

Aquellos maravillosos ladrillos

Escuchando: Another brick in the wall (pink Floyd)

Me ha hecho ilusión encontrarlo, en una bolsa de Amena en casa de mis padres. Si no recuerdo mal, fue mi tercer móvil. El primero fue un Alcatel de dimensiones y peso descomunales. Podía recibir mensajes cortos, pero no enviarlos. Después me cambié a otro de la misma marca, como el que tuvo casi todo el mundo, pero más cuco. Fue mi época de Airtel. Pero llegó Amena, y allá que me fui. Y me compré el móvil de la foto, todo un tanque del que guardo muy buenos recuerdos. Y además, maravillas de la tecnología, tenía vibrador. Toda una novedad por entonces.

Después llegaría mi primer Nokia, al que un tipo le puso un motor para que vibrase en el hall de entrada al SIMO, y al que rompí la pantalla (del teléfono, no del tipo) días antes de otro SIMO en el que compré su sustituto, un Ericsson (sin Sony aún) que fue el primer modelo en España que traía esa cosa llamada Bluetooth; posiblemente el mejor móvil que haya tenido nunca. Me quedé con Ericsson y con su affair junto a Sony durante unos cuantos modelos, pasando de Amena a Movistar, de Movistar a Vodafone… llegó otro Motorola, del que guardo un pésimo recuerdo (comenzaban su época oscura) y volví a Sony Ericsson hasta llegar a mi actual Nokia 3G. Un móvil sencillo pero potente que me ha salido francamente bien, que tengo libre gracias una pelea con Vodafone, y con el que me vine a Simyo. Ha sido mi móvil hasta hoy, que ha llegado un pedido que tenía pendiente, he dejado la antigualla de la foto en la tienda, y me he vuelto con un teléfono con robotito, con el que llevo un rato jugando. Pero eso ya es otra historia.

Seguiremos informando

Teleobjetivos y perspectiva

Ayer aproveché el día de sol (frío, pero soleado) para robar un rato a las obligaciones, coger una bici y acercarme a la zona de la bahía de Santander y tomar unas cuantas fotografías con el paisaje nevado al fondo. Y es que aunque por aquí no nieve mucho, tenemos las montañas lo suficientemente cerca como para aportar el toque blanco a la estampa urbana.

Como quería centrarme en ese detalle, en las montañas nevadas, salí de casa con la cámara y sólo una lente, un teleobjetivo. Aprovecharé las fotos que hice (en mi cuenta de flickr he publicado una selección de ellas) para ilustrar de forma rápida el efecto que conseguimos en la perspectiva al utilizar un teleobjetivo.

Un teleobjetivo es una lente con una distancia focal grande. Esto es: un objetivo que nos permite fotografiar objetos lejanos. El mío tiene además zoom, y su distancia focal puede variar desde los 70 hasta los 300 mm. A mayor distancia focal mayor alcance, para entendernos.

Por tanto, para fotografiar desde un lado de la bahía las montañas que se encuentran enfrente, utilicé uno de estos objetivos. Siempre se dice además que los teleobjetivos «comprimen» la perspectiva, mientras que las lentes angulares (el otro extremo, objetivos con una distancia focal muy pequeña) la potencian.

¿Qué significa todo esto? Muy sencillo. Si montamos en nuestra cámara un objetivo angular, los elementos de la imagen aparecerán más separados entre ellos: lo que aparezca en primer plano parecerá muy grande, y el fondo será pequeño y lejano. Un ejemplo: la bahía a través de un angular de 12 mm., como se puede observar en la siguiente fotografía:

Las montañas y los edificios del otro lado de la bahía aparecen lejanos y muy pequeños. Comparemos esta imagen con una de mis fotografías de ayer, tomada en el mismo punto, pero con un teleobjetivo:

El resultado es totalmente distinto. Además de acercar mucho el motivo, el puntal de arena, las casas y las montañas parecen estar muy cerca (de nosotros y entre ellos). Se trata del efecto del teleobjetivo, que comprime la perspectiva y nos muestra todos los planos de la imagen muy cerca unos de otros. En realidad, ni la arena está tan cerca de las casas, ni éstas de las montañas.

¿Curioso, verdad? Por eso, a la hora de fotografiar una escena hay que tener en cuenta qué queremos resaltar, y si queremos que los elementos del fondo aparezcan con mayor o menor importancia, para elegir la lente más adecuada. Todo influye en el resultado final.

Seguiremos fotografiando.

El primer gran concierto del año

Escuchando: Rollin’ & Tumblin’ (Imelda May)

Me había despistado, y si no llega a ser por mi amigo Javi me quedo sin invitación. Me he perdido casi todos los conciertos de Juvecant de este año, pero a éste tenía muchas ganas de ir. Y menos mal que lo hice.

La noche comenzó con el directo de la banda cántabra Chicktones, que nunca defraudan. Pero el plato fuerte de la velada llegó con ella, con Imelda May. Estética rockabilly sobre el escenario, una banda de auténtico lujo, y una voz absolutamente prodigiosa. Si esto es el adelanto musical de lo que va ser 2010, este año promete. Un concierto sencillamente inolvidable… aunque para recordarlo mejor me llevé la cámara, fue una manera muy elegante de estrenar el año fotográfico.

Seguiremos informando.

Así llega un invierno

El vídeo que aparece sobre estas líneas está compuesto por una sucesión de 34 fotografías tomadas a lo largo de aproximadamente dos meses -de finales de octubre a finales de diciembre- desde el balcón de casa. Pequeños cambios del día a día que pasan desapercibidos quedan patentes al observar toda la secuencia, o al comparar el primer fotograma con el último:

Antes y despues

[OE]Desde el punto de vista técnico, ha sido más un juego que un proyecto serio: la única referencia que he tomado ha sido una esquina de la repisa sobre la que apoyaba la cámara. Hay fotografías claramente descentradas respecto a las demás, y el paisaje es agradable para tenerlo en el balcón, pero como motivo fotográfico resulta un tanto soso.

Aún así, ahí queda el recuerdo de unas cuantas fotografías, tomadas en dias de sol y lluvia, de temperaturas veraniegas o gélidas, pero siempre intentando repetir ubicación y hora (en torno a las tres de la tarde).

Seguiremos fotografiando.