PhotoIRmote, o cómo convertir el móvil en un intervalómetro

Con todo esto de los móviles inteligentes uno descubre que hay gente con ideas brillantes, capaz de sacar al terminal usos inimaginables. ¿Qué tiene que ver eso con la fotografía? Mucho. No sólo es que las cámaras de los móviles se estén convirtiendo en las más usadas… es que de vez en cuando podemos encontrar también aplicaciones que son auténticas joyas.

¿Un ejemplo? La aplicación PhotoIRmote, para teléfonos Android, que los convierte (con un poco de bricolaje casero) en un completo intervalómetro infrarrojo. ¿En un qué? ¿Cómo? Calma. Voy a intentar explicar qué es, para qué sirve, por qué merece la pena, y cómo lo he probado.

[OE]Por partes. ¿Qué es un intervalómetro? Se trata de un dispositivo que permite disparar una cámara a intervalos regulares, programables. Es algo muy usado hoy en día para realizar time-lapses (vídeos generados a partir de fotografías tomadas cada cierto tiempo). ¿Cómo se conecta un intervalómetro a una cámara? ¿Cómo envía la señal de disparo? Básicamente, o por cable (en este caso el intervalómero tiene que ser compatible con nuestro modelo de cámara) o mediante infrarrojos.

Para programar un intervalómetro, solemos tener las siguientes opciones: un retardo antes del primer disparo, el tiempo entre cada uno de los disparos, el número total de instantáneas a tomar… incluso si queremos usar el modo de larga exposición o bulb, el tiempo de exposición de cada fotografía.

De todas mis cámaras, sólo una vieja Canon G3 tiene la opción de intervalómetro integrada. Mis pocos intentos de hacer algún time-lapse han sido con ella. Hasta ahora. Mi cámara grande, la réflex, no tiene conexión para intervalómetro, pero sí receptor infrarrojo. Así que… la opción era comprarse uno que emitiese de este modo, compatible con mi Nikon… o usar mi móvil para ello.

PhotoIRmote

La aplicación PhotoIRmote (2,89€ en el Market, muy bien invertidos) convierte cualquier un móvil Android en un completo intervalómetro infrarrojo. ¿Cómo, si los terminales actuales no suelen tener puerto infrarrojo? Con un poco de maña, un cable de auriculares y dos diodos. Esa es la parte del bricolaje que contaba antes.

En la página web de la aplicación se explica el sencillo proceso mediante el cual podemos construir un emisor de infrarrojos usando unos auriculares viejos y un par de diodos infrrrojos (que valen cuatro duros en cualquier tienda de electrónica). Básicamente, hay que conectar los dos diodos cruzados en paralelo con los dos cables que obtenemos al cortar el de auriculares (quitando los hilos de tierra). En este tutorial se explica mejor, con fotos. Después de unas pocas pruebas, yo ya tenía el mío funcionando… y si no lo hizo a la primera fue porque algunos cables de auriculares (los de trenes, autobuses, etc) son tan endebles que lo raro es que se oiga algo.

emisor para PhotoIRmote

Una vez construido el emisor, se puede probar a través del mismo programa (hace una prueba sencilla: enfocarlo con la cámara, ya que las cámaras digitales capturan los destellos infrarrojos). Si todo está correcto, ya sólo queda configurar en la aplicación la marca de nuestra cámara… y a hacer fotos.

La aplicación manda un chasquido a los auriculares, que se transforma en un breve pulso de luz (infrarroja) en los diodos que nuestra cámara será capaz de entender.

capturas de PhotoIRmote

De momento sólo he tenido tiempo de hacer un par de pruebas desde casa; la primera de ellas fue un día bastante nublado, la segunda resultó más llámativa, y el resultado es el video que encabeza estas líneas. La cosa promete.

En resumen: que si alguien tiene un teléfono Android (con versión 2.1 o superior), por menos de 5€ puede tener un intervalómetro que funcionará con un montón de cámaras de distintas marcas. Un chollo, vamos.

Seguiremos fotografiando.

Una bahía de cine

Tenía por ahí guardadas unas fotos de finales de agosto, de uno de esos escasos días soleados que tuvo el verano, en los que pasear por la bahía de Santander es todo un espectáculo. Había salido de casa con el teleobjetivo con idea de captar algunos robados callejeros, y probar con ellos un procesado de tipo «fotograma de película«, al estilo de las magníficas imágenes de Loomax, uno de los fotógrafos más conocidos y admirados en flickr.

Obviamente, él tiene la técnica más que perfeccionada, y yo sólo he dedicado un rato a hacer un procesado rápido usando Aperture, así que si omitimos las prescindibles comparaciones, estoy contento del resultado.

Básicamente, he usado un balance de blancos cálido, con un tinte tirando a verdoso. He reducido la saturación general, aumentando ligeramente la de verdes y amarillos; he iluminado los tonos más oscuros y he aplicado por encima un ligero toque de sepia. Agitando todo lo anterior, y ajustando niveles para dejarlo con un histograma más o menos equilibrado (tirando a subexpuesto), el resultado ha sido el que se puede ver en estas imágenes.

He guardado los ajustes para tenerlos a mano, para futuros experimentos. No es un efecto para aplicar a todas las fotografías, pero en algunos casos puede dar un toque bastante efectista.

¿Qué pensáis vosotros? ¿Conocíais a Loomax?

Seguiremos fotografiando.

12 x 5

Escuchando: Better together (Jack Johnson)

Existen muchas formas de medir el tiempo. Contar meses con piezas de LEGO es una de ellas. Ya llevamos un montón, pero necesitaremos muchas más. Queremos construir mucho más aún, pieza a pieza, día a día.

And there is no combination of words I could say
But I will still tell you one thing
We’re better together
We so much better when we’re together

🙂

Cabárceno

Escuchando: We’re all animals (The Rakes)

Hacía un montón de años que no visitaba el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, una de las atracciones turísticas con más éxito en Cantabria. Hace unos cuantos meses fuimos a comer al Museo Marítimo de Santander, y con el menú nos regalaron, además de la visita a ese museo, una invitación para Cabárceno. Negocio redondo (la entrada al parque ya vale algo más de 20€).

Aprovechamos el tiempo veraniego del sábado pasado para hacer uso de esas invitaciones. Al final el tiempo fue demasiado veraniego, con sol de justicia y más de treinta grados, pero mereció la pena.

El parque es enorme, no da tiempo a verlo todo en un solo día, pero hicimos un buen repaso. Para ser octubre, había un montón de gente, y se nos pasó el tiempo volando viendo todo tipo de conductas: machos dominantes, protección de crías, organizaciones en manada… Ah, y entre los animales, también.

Yo estuve con el teleobjetivo montado en la cámara, divertidísimo con tantos animales a tiro de piedra (ojo, es una forma de hablar, que los hay muy cafres). El vídeo y las fotos que adornan estas líneas dan idea de todo lo que tiene el parque, un lugar mucho más abierto y menos triste que un zoo al uso.

Eso sí, he de reconocer que muchas de las fotos están tomadas usando la ráfaga de la cámara. Un paisano que andaba por allí vestido de coronel Tapioca se empeñó en decirme, en nombre de los fotógrafos de Naturaleza, que era mejor no usar la ráfaga. Y utilizar trípode, a ser posible. Se lo agradecí, por si algún día me encarga algo National Geographic. La segunda vez que se acercó a decirme lo mismo ya me cansó. Y cuando sacó el argumento de «yo tengo la cámara más rápida del mundo, y aún así no uso la ráfaga» (literal), decidí incluirlo entre la fauna del lugar e ignorarlo. Por lo que vi, le estaba soltando el mismo discurso a todo el que pillaba con una réflex en la mano. Qué gente.

Con todo y en resumen un gran día. Mención especial a la espectacular exhibición de aves rapaces, Muy recomendable. Habrá que valorar para el año próximo comprar un pase anual al parque, que sale muy bien de precio y se amortiza en un par de visitas.

Seguiremos informando.

Steve Jobs, 1955-2011.

Escuchando: Apple Candy (Ben Lee)

Steve Jobs 1955-2011

Es la triste noticia de todos los titulares hoy. Steve Jobs, creador de Apple, ha fallecido a los 56 años como consecuencia de un cáncer de páncreas. Demasiado joven para dejarnos, y aún así ha tenido tiempo de revolucionar la industria tecnológica. Varias veces.

Hoy resulta especialmente emocionante escuchar este discurso que pronunció en 2005 en la Universidad de Stanford, cuando ya había luchado su primera batalla contra el cáncer y compartía lo que pensaba sobre la muerte.

Aunque últimamente no estoy de acuerdo con algunas decisiones que está tomando la compañia de la manzana, sigo usando un par de ordenadores blancos que envejecen muy bien. Su sistema operativo consigue que me centre en mis tareas y no en mantenerlo en funcionamiento. Y siempre recordaré el par de iPods que pasaron por mis manos (y que pasaron después a un amigo y a mi hermana, respectivamente) y las horas de música que disfruté con ellos, en paseos, en viajes, estudiando… el iPod cambió la manera en la que escuchamos música.

Quizás ahora los medios se vuelquen en su figura, y se pongan a contar cómo Jobs cambió el mundo. No creo que llegase a tanto, pero está claro que desde el punto de vista tecnológico sí lo consiguió. Acercó las tecnología a las personas, creando necesidades, sí.. pero satisfaciéndolas totalmente. La competencia siempre se ha tirado de los pelos al ofrecer productos con tripas más sofisticadas, más baratos, más flexibles, pero sin esa chispa que consigue convertir los aparatos de la manzana en toda una experiencia, tan sencillos de usar que niños y abuelos son capaces de jugar con ellos sin pensárselo mucho.

Nos ha dejado una persona con una visión tan clara que supo demostrar lo que se puede conseguir con una gran idea y mucho trabajo. Una persona que fue capaz de anticipar el futuro, crearlo y vendérnoslo una y otra vez.

Gracias, Steve. Te echaremos de menos.

Stay hungry. Stay foolish.