Buscando el Norte

Escuchando: Al Norte del Norte (Nacho Vegas)

Este verano se cumplen dos años de aquel primer festival que lo originó todo. El encuentro de unas cuantas mentes inquietas e inconformistas dio como resultado Al Norte Del Norte. Hartos de que en esta región lo diferente siempre estuviera en último plano, comenzamos a quejarnos de forma más activa. Y dos años más tarde los esfuerzos, creo, han merecido la pena.

Nos gustaría tener más tiempo, más dinero, más organización. Todo esto ha ido tejiéndose a partir de ratos libres y seguro que se podría haber hecho mejor. Pero fines de semana como este último hacen que uno se sienta satisfecho.

El viernes el pub Metropole de Santander se convirtió como todos los viernes en el ANDN Club. Ya hace un año de eso. Y en todas estas semanas se ha conertido en nuestro Cheers. Puedo aparecer por allí cualquier viernes con la seguridad de que me voy a encontrar alguna cara conocida, buen ambiente y mejor música. Eso si no estoy pinchando, directamente. Y además, de vez en cuando, nos permitimos traer invitados u organizar pequeños conciertos.

El viernes pasado fue un auténtico lujo. Primero, concierto de Los ArrancaCorazones, muy divertido, con un montón de versiones, y la gente animada desde el primer momento. Y después, doble sesión con el infalible Patrullero y un invitado muy especial: dj #2, visitándonos desde el malasañero Freeway de Madrid. Ahí es nada.

El sábado, otra noche redonda: fiesta de presentación del Santander Summer Festival. Concierto de No Romance (que actuarán en el festival), arrolladores, y nueva sesión a cargo de Patrullero dando a conocer la música del cartel de este año. Llenazo y éxito absolutos.

Si además tenemos en cuenta que en ese festival, la mitad de los que pinchan en la carpa pop formamos parte de ANDN, y que tenemos en mente proyectos mayores y más ambicioso, es inevitable sentirse ilusionado. Más aún cuando este fin de semana ha terminado una semana grande en Santander pobre como pocas, rancia, y criticada como nunca.

Nosotros seguiremos criticando, quejándonos, pero también aportando nuestro humilde grano de arena para que esta ciudad tenga algo más, diferente, que ofrecer.

Seguiremos revolviendo.

El tiempo sin ti es tan sólo empo

Escuchando: On the beach (Chris Rea)

En esta ciudad tenemos tan buen carácter que después de maldecir a julio por su mal tiempo, cuando llegan días de verano nos quejamos del calor.

Hemos disfrutado de un fin de semana soleado, por fin. Y eso aquí significa poder acercarse a las abarrotadas y animadas playas de la ciudad… o mejor aún: aprovechar el domingo para descubrir alguna cala escondida, lejos del bullicio, de las pandillas de adolescentes, de las familias gritonas con niños. Cantabria no será infinita, pero tiene rincones espectaculares.

Seguiremos informando.

PD: Las fotos no son nada del otro mundo, están tiradas con mi móvil. Que es muy bonito, pero sigue siendo un móvil. Y sí, a última hora se nubló.

Cuando pinchas pop ya no hay stop

Escuchando: Shiny Happy People (REM)

Con el cartel al completo, el Santander Summer Festival avanza a toda marcha hacia su celebración los días 14 y 15 de agosto. Más modesto y mucho más electrónico que en ediciones anteriores, está dejando opiniones de lo más dispares. Yo prefiero ser optimista, y cuento los días para disfrutar del directo de The Gift, por ejemplo.

Además, no todo va a ser electrónica. Habrá un reducto de pop y rock en el que refugiarse cuando avance la noche. Una carpa donde poder botar, bailar y corear las canciones que más nos gustan.

Y allí estará pinchando él. O sea: yo. Nosotros. Habrá que montar una buena fiesta. Vengan con zapato cómodo.

Seguiremos informando.

PD: Y sí, se han olvidado de una t en el cartel. A ver si lo corrigen.

Vamos a vivir la ciudad como nunca la hemos vivido

Escuchando: Yes it’s fucking political (Skunk Anansie)

Hace un par de días había empezado a escribir unas líneas sobre la semana de fiestas que estamos ¿disfrutando? en Santander. En aquel boceto, junto a las inevitables críticas, mencionaba algunos destellos de lucidez que hacían presagiar algún cambio. A mejor, digo: la frase que da título a este escrito salió de la boca del alcalde en el pregón. Sin embargo, el exceso de cansancio y la falta de inspiración hicieron que mi texto quedara inconcluso y pospuesto para mejor ocasión.

Y me alegro; me tendría que haber retractado porque no hay mejor sino peor ocasión. Hay situaciones que, sin remedio, me encabronan.

Una de las novedades que había visto en el programa de festejos de este año (es un decir, estaba bien escondido, no se ha gastado un céntimo en pulicitarlo) era un ciclo de conciertos de bandas de pop y rock locales en un auditorio habitualmente dedicado a la canción ligera que todos los septagenarios disfrutaban con la emoción que les permitía su edad.

En concreto, el martes por la noche, víspera de Santiago y momento cumbre de las fiestas, se había programado un concierto de Lazy: grandes músicos además de buenos amigos. Sus directos llevan la diversión asegurada. Plan de la noche: a las 23 horas, concierto; a medianoche los tradicionales fuegos artificiales, a dos pasos del concierto.

Yo no sé si en este Ayuntamiento no hay voluntad, hay incompetencia, o directamente mala fe. En el auditorio no había ni un solo representante de la organización ni del consistorio. Ni un triste policía o guardia de seguridad para vigilar los equipos (en una noche donde los excesos alcohólicos era palpables en toda la zona). Ni un miserable botellín de agua para los músicos. Nada.

Por supuesto, para redondear la noche, los fuegos artificiales comenzaron -a pesar de lo que les habían asegurado de manera repetida a Lazy- exactamente al mismo tiempo que el concierto. Y como toda la ciudad estaba mirando al cielo, sólo cuatro gatos melómanos disfrutamos del concierto completo. Al menos el ruido, salvo la traca final, no molestó demasiado.

Por parte del Ayuntamiento me parece una falta de respeto por la banda y por su público. Cuando parece que se acuerdan de que hay gente que demanda disfrutar las fiestas de otra forma, se encargan ellos mismos de arruinar sus iniciativas, riéndose de paso de todos nosotros.

Parece que la única forma de pasarlo bien en estas fiestas es dejar de ir contracorriente. Me tendré que comprar una camisa de Ralph Lauren, me pondré un jersey de Lacoste sobre los hombros y me compraré una entrada para dejarme ver en los toros. Y después, a las casetas andaluzas a bailar las sevillanas con esfuerzo aprendidas para no ser menos.

La semana grande de esta ciudad es una puta mierda de dimensiones colosales. Espero que el nuevo alcalde consiga enderazarlo en los próximos años, pero con detalles como el del martes difícil lo veo. Ojalá en su apoyo al Summer Festival el Ayuntamiento se implique algo más. Calculo que sí, al menos para salir en la foto.

Aún nos quedan días de fiesta. Oportunidades para deleitarnos con recitales rancios en prime time, con los artistas de moda (en breve tendremos a Erentuxn cantando éxitos, algunos incluso suyos) en conciertos gratuitos con entrada de pago en taquilla (wtf?), con atracciones de feria en condiciones tan lamentables que no satisfacen a nadie, con toros y ambiente rociero… oportunidades, en definitiva, para comprobar que en esta ciudad en la que nada cambia, en la que la responsable de festejos se apellida Igual, en la que la juventud es un problema como otro cualquiera, habrá que esperar a tener 40 años más para que se nos tome en serio.

Ah, yo por supuesto disfruté del concierto, y mucho, en lugar de los fuegos artificiales. Los cohetes y las tracas pirotécnicas, con detalles así, se los puede meter el alcalde por el mismísimo consistorio.

Seguiremos informando.

Así es la vida

Escuchando: Getting away with it (James)

He añadido un concierto a mi lista de recuerdos inolvidables y emotivos. Imposible no sonreír al recordar el espectáculo de James: grandes canciones, buen ambiente, y luz de atardecer para darle a la velada un toque -aún- más especial.

Were getting away with it
All messed up
Getting away with it
All messed up
That’s the living…

La clave está en la rebeca

Escuchando: Los jóvenes mueren antes de tiempo (Deluxe)

Sé que es verano porque he estado dos veces en Madrid y hacía calor. Aquí en Norteña podríamos estar a las puertas de una esperada primavera, o viviendo un monótono otoño. No es que no haga calor, no es que llueva mucho, es que nos encontramos permanentemente en un día gris en el que puede que salga el sol un rato, o puede que te mojes. Lo que viene siendo un día de mierda.

A veces pienso que en esta ciudad una foto en colores resulta anacrónica. Sobre todo ayer. Podría escribir sobre ello, sobre la inminente semana grande (minúsculas intencionadas) o sobre mil chorradas, pero esta mañana Vodafone ha tenido a bien enviarme una injusta y abultadísima factura que me ha puesto del peor de mis humores. Espero que mañana pueda desquitarme en su sesión, en el bar de esa gente que discute los asuntos realmente interesantes de esta avejentada ciudad.

Seguiremos informando.

Mi dosis

Escuchando: Yoshimi (The Flaming Lips)

Ya hace años que soy adicto a los conciertos, a su ambiente, a disfrutar de la música en directo. Con el tiempo han podido cambiar los estilos y los grupos, pero sigue siendo para mí una necesidad.

Últimamente, además, vivo los conciertos -siempre que puedo- de otra forma: con la cámara en la mano, esperando en el foso a que se apaguen las luces. El ritual es siempre similar: los gritos de los fans de las primeras filas, los aplausos de toda una multitud, el destello de las luces, los bajos retumbando a un metro de distancia, y la carrera contra el reloj para conseguir una foto decente de alguien que no para de moverse, con una iluminación que cambia cada segundo, luchando con otros fotógrafos por hacerse con el mejor ángulo.

Esas descargas de adrenalina condensadas en dos o tres canciones cada día me gustan más.

Seguiremos disfrutando.