Pisto en la gran pantalla

Escuchando: The racing rats (Editors)

Ayer, con la misma ilusión que el resto de niños en la sala, fui a ver Ratatouille, la nueva película de los estudios Pixar. Qué decir. Soy poco objetivo con ellos: desde las primeras aventuras de Woody y Buzz devoro sus películas, que he visto infinidad de veces. Ninguna me ha defraudado; la de ayer no ha sido la excepción. Una historia entretenida, un guión trabajado, y una realización técnica de quitar el hipo. Lejos queda ya aquella persecución de juguete de Toy Story. Ahora, las escenas callejeras por París son -aún más- un festín para la vista.

Una película recomendable de principio a fin, incluyendo su prólogo: el cortometraje Abducido, divertidísimo. Otro clásico que añadir a su filmografía.

A ver si llega ya WALL-E

Septiembre

Escuchando: A return to the sea (Piano Magic)

-Abríguese, viejo -dijo el muchacho-. Recuerde que estamos en septiembre.

-El mes en que vienen los grandes peces -dijo el viejo-. En mayo cualquiera es pescador.

Políticamente incorrecto

Escuchando: Yes it’s fucking political (Skunk Anansie)

La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.
(Groucho Marx)

Expongo lo antecedente en tono «colérico», dos puntos por encima de «firme» y dos por debajo de «como un energúmeno».
(Horacio Dos)

Seguiremos informando.

Actualización: tres puntos por encima de «firme» y uno por debajo de «como un energúmeno». Y subiendo.

Habrá que tomar medidas

Escuchando: The scale (Interpol)

El título que encabeza estas líneas bien podría referirse a un lamentable suceso acaecido ayer, que hizo que se me hinchase la vena, y me generó un dolor de cabeza, un encabronamiento y una tristeza dignas de esta mención. He prometido dejar el tema a un lado, no dedicarle palabras aquí, y así lo haré. De momento. Hay cosas demasiado injustas para dejarlas pasar, para callarse, para no señalar con el dedo.

Pero voy a hablar de otras medidas. De las literales. Acción y efecto de medir, RAE dixit. Ayer estuve echando un vistazo a unas paredes. No a unas cualesquiera: serán las que soporten mi próxima exposición fotográfica. Tras la experencia (grata, a pesar de todo) del año pasado, me han propuesto participar en un proyecto con el que estoy absolutamente ilusionado.

Todo se está haciando con calma, con previsión, con mimo, con muy buen gusto. La exposición formará parte de algo más grande, algo muy bonito que va a ocurrir en esta ciudad (y no sólo en ella) en diciembre. A principios. En el puente. Iré desvelando más detalles a medida que todo esté atado y bien atado: todo a su debido tiempo.

Hay algo que tengo muy claro: la oportunidad de exponer mis fotografías allí, pocas veces la voy a tener. No pienso desaprovecharla.

Seguiremos informando.

PD: Ah, y felicidades a mi vecina del ártico. Claro.

Cómo me retiraría con cinco millones de euros

Escuchando: If I had 1,000,000 dollars (Barenaked Ladies)

Después de algunos días de emisión intermitente debido a un cambio de servidor (ahora ya debería funcionar todo, no como antes sino mucho mejor), retomo la temporalmente abandonada tarea de actualizar este rincón, comenzando por los deberes pendientes. Y uno de ellos es recoger el testigo lanzado por Bruno, y contestar a la pregunta: ¿cómo te retirarías con cinco millones de euros?

Eso es mucho dinero. A poco interés que se pueda sacar de ello, si se invierte con un poco de cabeza, podría darme mensualmente -quitando impuestos, etcétera- más de lo que pueda necesitar. Ese sería mi primer paso: con los intereses empezaría por lo básico: una casa (nada de mansiones, algo sencillo). Con esa necesidad cubierta, mi mal llamado retiro consistiría en seguir trabajando (no me imagino ocioso), pero sin preocupaciones monetarias. No es mal plan.

¿Y cómo trabajaría? Mucho más tranquilo. ¿Dónde? Viajando, por qué no. No pararía de viajar. ¿En qué trabajaría? Por un lado me gustaría dar rienda suelta a muchas ideas que se me pasan por la cabeza, y por falta de medios y/o tiempo, se quedan en el tintero… Idearía un proyecto, buscaría a gente para realizarlo, y cuando estuviese en marcha, vuelta a empezar. Por otro lado, creo que sin preocupaciones, con la posibilidad de viajar, y con una Nikon D300 (algún capricho había que darse, ¿no?) dedicaría mucho tiempo a la fotografía.

Y si llego a vejete, trabajaría menos, leería más, y disfrutaría de la vida. Y seguiría pinchando los viernes en el Metropole.

Seguiremos soñando.

PD: No le paso el testigo a nadie. Señalar con el dedo es de mala educación. Si alguien quiere responder a la pregunta, eso sí, que se sienta libre de hacerlo.

El mundo de las diez mil cosas

Escuchando: To wish impossible things (The Cure)

Todo un lujo: exposición de Chema Madoz en Miengo (Cantabria), en una pequeña sala (pero de exquisita programación, por lo que veo) de su ayuntamiento. Canapés, vino, sus siempre asombrosas fotografías, y el mismo Madoz de invitado. Insisto: todo un lujo. Como el catálogo de la muestra, un precioso volumen con las fotografías para llevarse de recuerdo.

Si luego se lo pierden, que no sea porque no les aviso. Ea.

Sala Robayera, Miengo.
Del 18 de agosto al 15 de septiembre.
Entrada gratuita.
De martes a sábado de 19 a 21 horas.
Domingos de 12 a 14 horas. Lunes cerrado.

Seguiremos informando.

Lo puedo dejar cuando quiera

Escuchando: Not an addict (K’s Choice)

Pero no quiero. Hoy hace un año que probé a comprar una cuenta de pago de Flickr. 365 días después, soy adicto a esa página gracias a la cual publico, comparto y descubro fotografías.

Hoy, con más de 1300 fotos publicadas, más de 12000 visitas y casi 150 amigos, he renovado mi suscripción. Sé que es dinero (no mucho, además) bien invertido.

Por si queda alguien aún sin una cuenta en Flickr: pruébenlo. Es gratis.

Seguiremos publicando.

PD: ¡Por fin he terminado de seleccionar y publicar las fotos del Summercase!

Obrigado

Escuchando: Music (The Gift)

Desde que conocí los primeros nombres del Santander Summer Festival de este año, tuve grupo favorito. Los he nombrado cada vez que hablaba del festival, y he esperado el día de su concierto como un niño antes de los regalos de Reyes. Por fin, ayer pude comprobar si su directo cumplía mis expectativas.

El día comenzó mal: un tiempo desapacible hizo que cualquier parecido del recinto con el del día anterior fuese increíble. Lluvia, viento, polvo, frío, y detalles que hacían pensar que estaban desmontando el chiringuito antes de tiempo. Hasta desaparecieron las casetas de comida del interior, y hubo que hacer expediciones fuera en busca de bocadillos. Muy mal.

En lo musical, comenzaron la jornada Vyvian, que me decepcionaron un poco en comparación con su magnífico disco. Después, los también catalanes Camping se hicieron con el título de peor concierto del festival. Su post-rock sin inspiración aburrió a los diez minutos y sólo tuvieron público porque fuera de la carpa hacía frío. Quizás en otro momento y en otro lugar se les hubiese podido apreciar más.

Después de ellos, por fin: The Gift. Decir que su concierto me gustó es poco. Salté, boté, canté, admiré, me emocioné. Fueron geniales, mucho mejores de lo que esperaba. El concierto del festival sin ninguna duda. Es totalmente injusto que un grupo así, de su categoría y de procedencia tan cercana -lusos- no tengan -aún- el reconocimiento que se merecen. Su cantante fue fascinante y demoledora (qué voz, qué presencia), y el resto de músicos de la banda consiguió plasmar sobre el escenario sus detalladas composiciones aumentando, eso sí, por mil su intensidad. Pocas veces veré un solo de theremín como ése. La última canción del repertorio tuvo un final incluso destructivo, con sintetizadores y teclados por los suelos. Alguno salió al escenario demasiado motivado.

En el festival de 2005 descubrimos a The Faint. El año pasado, a Editors. Y ayer unas dos mil -valientes pero afortunadas- personas comprobaron cómo se las gastan The Gift en directo.

Una pena que cuando fui al puesto de merchandising a comprar la edición limitada de su dvd, ya los hubieran retirado. Peor aún, esa edición no está publicada en España (sólo una con menos temas tanto en su cd como en su dvd), aunque con un poco de suerte podré tener en breve una copia traída de la bella Lisboa. Ojalá.

En fin. Que sigo emocionado con el concierto. Si alguna vez tienen ocasión de plantarse delante de un escenario donde actúen estos genios portugueses, ni se lo piensen. No me cansaré de recomendarlos.

Seguiremos recordando.

PD: Me alegro de que la única foto decente de conciertos que hice en este festival sea precisamente de ellos. No tuve pase de prensa, y lo eché de menos en ocasiones. Pero agradecí la -rara ya- comodidad de no cargar con tres kilos de material a la espalda, y poder disfrutar de la música sin más preocupaciones. Eso sí, mi cámara pequeña, de emergencia, para estas cosas no da la talla. No me quejo, me salió gratis en uno de esos concursos de fotografía en los que dan los premios, no como otros.

Qué cruz

Escuchando: Never be alone (Justice vs. Simian)

Un año más, la música llegó a Rostrío. A pesar de lo caótico de la organización del festival, de la cancelación a última hora de la Carpa Pop y de mi sesión, a pesar de todos los problemas… como siempre, el festival está dejando muy buen sabor de boca. Es todo más pequeño, más de andar por casa. Algo menos de 7000 almas pululamos por allí ayer. El tiempo acompañó (espectacular día, y más aún el atardecer) y los conciertos nos dejaron momentos para el recuerdo.

Ver a los amigos de No Romance llenar con su música una gran carpa es como estar acostumbrado a ver una película en la tele, y disfrutarla un día en un sala grande, con sonido apabullante. Triángulo de Amor Bizarro en cambio me defraudaron un poco. Sí, sé que su estilo incluye ruidoso como adjetivo principal, pero no es necesario tocar TAN alto. Demencial. X-Wife me gustaron mucho, pero lo mejor de la noche fue Justice: hacía mucho que no botaba y bailaba tanto en un concierto. Chemical Brothers, justo después, hicieron lo de siempre: meterme en ambiente durante 20 minutos, cansarme después, y aburrirme al final. Su espectáculo visual, sobresaliente, eso sí.

Y hoy, a ver a The Gift. Por fin.

Seguiremos informando.