No voy a estar en ese tren

Escuchando: Train in vain (The Clash)

Desde hace muchos años, y salvo una ocasión en que una boda me lo impidió, la visita al SIMO era obligada… Y últimamente ya era un ritual encontrarnos un jueves cuatro que yo me sé, en el tren de la tarde hacia Madrid…

Este año dos sí que cogerán ese tren, otro ya está en Madrid y no de visita, y un servidor se queda en casa. El reciente desembolso a causa de mi nueva cámara influye, pero también es cierto que este año me da pereza, estar un día metido en el circo aquel, andando sin parar, con miles de cacharros, cientos de azafatas, y varias toneladas de papel desperdiciado…

Al final, estos últimos años el viaje al SIMO ha sido más que nada una excusa para acercarme un fin de semana a la capital. Y eso lo puedo hacer en cualquier otro momento. De hecho, lo haré. Que hace ya un año que no pongo el pie en Malasaña…

Seguiremos informando.

Esta tarde vi corrervi gente llover

Escuchando: What goes around (Naked Raven)

Tarde torrencialmente lluviosa a través de la ventanilla empañada de un autobús municipal:

Paraguas de colores, gente corriendo al salir, gente corriendo para llegar. Gente haciendo señas para parar. Varillas desnudas. Chicas empapadas que cambian la pose estudiada por la naturalidad. Paisajes playeros con una franja de color más. Sacudidas, frenazos. Prisas.

Un señor paseando con una taza de café bajo la lluvia.

La caza del zorro

Escuchando: Chasing The Fox (The Chieftains)

Fue ayer. Ayer vio la luz la versión 1.0 de Firefox, el navegador recomendado por 9 de cada 10 geeks… Basta probarlo para darse cuenta de lo desfasado (amén de inestable y colador en materia de seguridad) que se está quedando el Internet Explorer de toda la vida…

Sólo por una de sus características, ya merece la pena el cambio: lo que en castellano ha quedado traducido como marcadores vivos, que no es otra cosa que un gestor de feeds RSS. Hablando en plata: que ahora en unos segundos puedo comprobar si hay algo nuevo en decenas de weblogs y sitios de noticias. Eso se llama eficacia. Investiguen, y verán que es una gozada. Y si tienen dudas, pregúntenme.

Una pena que haya sitios, poquitos, diseñados por torpes con un sólo navegador. Principiantes.

Seguiremos informando.

PD: Para probar los marcadores vivos con este weblog: instalen Firefox, entren en Marcadores / Administrar marcadores, y una vez allí: Archivo / Nuevo marcador vivo. Pongan el nombre que deseen al marcador, y como dirección:

http://www.tlmat.unican.es/rortiz/weblog.xml

Y ya está.

Talkin’ about music islike dancin’ about architecture

Escuchando: Porcelain (Moby)

No es mi estilo de película. Y sin embargo, cuando la vi hace ya algunos años en la filmoteca, salí con muy buen sabor de boca y se convirtió en una de eses cintas que siempre he querido volver a ver… ayer estaba en la zona menos llamativa del videoclub, y terminé el día con ella…

Jugando con el corazón es una película de historias cruzadas (esas tramas siempre me llaman la atención) con un reparto coral de pesos pesados y caras famosas… no entiendo por qué estando ahí Sean Connery, Dennis Quaid, Gillian Anderson, Madeleine Stowe o Angeline Jolie, por citar algunos, esta película no es más conocida. Y lo entiendo menos cuando redescubro sus diálogos, con algunas frases brillantes, como esas conversaciones de discoteca a ritmo de Moby, por parte de una Angelina que literalmente se come la pantalla.

Lo dicho: si un día de lluvia (o de mucha lluvia, como el de hoy) no saben qué película ver para matar el rato, ésta es una buena propuesta…

Seguiremos informando…

PD: En la sección de próximos lanzamientos, vi algo que me dio miedo: Cube Zero. ¿Una precuela de Cube? Si la secuela ya fue mala de solemnidad, ésto puede alcanzar nuevas cotas de patetistmo. Qué manía de intentar aprovechar el tirón de una película única, fantástica, e irrepetible…

Que la vida no es un cuento

Escuchando: Tame the tiger (Marah)

– Yoli, joder. Que te he dicho que lleves la comida a tu abuela. No te lo repito más.

De mala gana, Yoli suelta el mando de la Play, y sale de su habitación refunfuñando. Se llama Yolanda, claro. Lo de Caperucita sólo es un mote, ¿o pensábais que era su nombre real? ¿Menéndez, Caperucita?. ¡Presente! Si su madre no se empeñase en ponerla esa ridícula capa con capucha, que no abriga una mierda, encima, todo el mundo la seguiría llamando por su nombre. Pero no, no puede ir con un plumi, como todos sus amigos. Tiene que llevar la puta capa.

Se llama Yolanda y vive en la segunda casa más apartada del mundo. El primer puesto se lo lleva la vivienda de su abuela, una carretera nacional y un bosque más leejos. El culo del mundo. Un sitio en el que sería insoportable vivir, de no ser por la costumbre que tiene el guardabosques de bajarse al moro. Su abuela es habitual consumidora de toda substancia psicotrópica que cae en sus manos, y cuando le da el mono hace experimentos con hierbajos del bosque. Así, no es de extrañar que luego venga diciendo que los lobos hablan. Claro. Y los árboles, y las ardillitas, y los elefantes rosas que la saludan por las mañana. Claro, abuelita.

Con su madre mirándola de reojo, Yoli coge la cesta de mimbre (no podía llevar una mochila, no, una cestita de mimbre, con lacitos; no podía ser menos) y se la lleva a la cocina, sin saber que en ese mismo momento su abuela se ha quedado dormida fumando un porro, y su manta favorita (la de Bob Marley con la bandera de Jamaica) ha comenzado a arder.

Caperucita llena la cesta de manzanas rojas, y se pone su capa roja, atando las dos cintas rojas debajo de su barbilla. Se despide de su madre distraídamente, y sale de casa.

La vida real no es ningún cuento, ni de hadas, ni de príncipes, ni de princesas, ni de niñas que se meten en la boca del lobo y salen tan contentas. No, en el mundo real, las cosas suelen ser menos bonitas de lo que parecen en un principio, y no se puede confiar en la suerte, ni en la buena voluntad de las gente, ni en los milagros. En la vida real no hay un bosque, hay una selva.

Caperucita llena la cesta de manzanas verdes, y se pone su capa verde, atando las dos cintas verdes debajo de su barbilla. Se despide de su madre distraídamente, y sale de casa. Cruza la carretera cuando no debe, y lo último que ve, demasiado tarde, es la masa roja, verde para ella, de un camión de bomberos a toda velocidad.

FIN.

A cenar. Por narices.

Escuchando: Pick yer nose (Ani DiFranco)

Creo que es justo que dedique unas líneas a una aclaración. En mi mensaje anterior, me he tomado la licencia (no creo que merezca la pena llamarla poética) de nombrar de forma anónima una nariz ajena. Nada más lejos de mi intención que hacer que alguien se sienta aludido. El accidente fue ajeno, pero en realidad hablaba de mi propia napia, y lo que contaba nada tiene que ver con esta persona. Al César lo que es del César.

En cualquier caso, como unos cuantos de los que leemos ésto sabemos de quién hablo, aprovecho la congregación de lectores v-pineros para ir anunciando que estas navidades hay que hacer una cena. Que hemos perdido práctica y ya casi no me acuerdo de cuándo fue la última.

Y no puede ser eso. Este año hay que preparar un buen reencuentro. Es más, lo mismo hasta lo reservamos el día antes y todo.

Sea como sea, habrá cena. Por narices.

Seguiremos informando.

This is old Tom Frost

Escuchando: Imagine (A Perfect Circle)

Puedo ser la persona más borde con un montón de personas, y no tener asomo de remordimientos de conciencia. Bien lo sabéis.

Pero si hago lo mismo con alguna de las pocas personas que me importan, el hombre marmota que suelo ser puede volverse y revolverse en la cama, sintiéndose mal. No valgo para hacer daño a nadie; a propósito no me sale, y sin querer, no me deja dormir.

Al final, muchos resentimientos, muchos enfados, muchas discusiones, sólo sirven para malgastar fuerzas, energía que mejor estaría dedicada a otras tareas. A plantar un libro. A tener un árbol. A escribir un niño.

Me sé de alguno que tuvo que pasar por quirófano a enderezarse la nariz por ir mirando donde no debía. Hacia adelante. Siempre hay que mirar hacia adelante. Si lo más interesante que tenemos entre manos son recuerdos, algo estamos haciendo mal.

Y yo intento hacer las cosas bien. Puede que no me salgan, pero lo intento…

Seguiremos informando.

A.K.F.A.C.(El Artista Conocido Anteriormente Como Cerrajero)

Escuchando: Keeper of the Seven Keys (Helloween)

Nos han cambiado la cerradura de la sala de la univiersidad donde trabajo. Un par de meses después de pedirlo, que las prisas son muy malas y dan stress. Y nos han dejado una única llave. Como sonos unos cuantos los que trabajamos o hacen el proyecto de fin de carrera allí, hemos tenido que hacer la habitual sesión de copia de llaves…

A mí me hicieron una llave el viernes. Una copia normal. La llave de toda la vida.

Pero hoy, mi compañera ha venido con dos copias más, y por la manera de empezar a contármelo, sabía que había algo que no iba a ser normal…

Y es que había pedido al señor cerrajero, o duplicador, o como se llame, que le hiciera las copias de colores, para diferenciarlas mejor del resto de sus llaves.

Ni corto, ni perezoso, ni falto de imaginación, este artesano del llavín, este avezado maestro de las artes plásticas, este frustrado artista pop-art, cumplió el encargo al pie de las nueve letras: d-e-c-o-l-o-r-e-s.

Creo que la imagen habla por si sola. No sólo habla, sino que se entiende perfectamente la palabra pronunciada: hortera. Suerte que llevaba la cámara encima para inmortalizar el momento…

Al menos, funcionan perfectamente. Arte práctico, ¿qué mas se puede pedir?

Seguiremos informando.

Mi contraseña esel nombre de una tía muerta(Tanned Tin #3)

Escuchando: By your side (CocoRosie)

Último capítulo del Tanned Tin. Vamos allá…

Scout Niblett

La propuesta parecía interesante: unc chica cantando y tocando la batería a la vez. Podía ser curioso. Su concierto empezó de forma un tanto decepcionante: ella sóla con una guitarra eléctrica (y completando su atuendo un chaleco reflectante, no sabemos si homologado), con más distorsión que técnica, y con cambios de ritmo que sólo eran coherente en su cabeza.

La cosa cambió cuando dejó la guitarra por la batería. Los cambios de ritmo eran igualmente desconcertantes, pero con la batería se expresaba mejor, pasando de la dulzura más ñoña a violentos ataques rítmicos que daban un poco de miedo. Interesante comienzo del día. Un concierto que mereció la pena.

The Rivulets

Ya lo decía el programa; no es la alegría de la huerta. Un tipo muy serio, con una guitarra, cantando muy bien, con temas muy bonitos, pero que acababan cansando a los 10 minutos. Dos amigos suyos que salieron a hacer unas percusiones un tanto extrañas, no consiguieron animar la cosa. El bluf de la noche.

Polar

El toque español de la noche. Valencianos, llevan 10 años sobre los escenarios aunque yo sólo había oído su último disco (Comes with a smile, que me parece fantástico). Demostraron en Tantín que son capaces de llevar al directo la atmósfera de sus grabaciones, sonaron muy bien, aunque uno de los guitarristas tenía la instrumento sensiblemente desafinado, y en algunas canciones los solos me chirriaban bastante. Una pena, porque por lo demás estuvieron fantásticos, como bien expresaban todos sus amigos y familiares presentes en la sala (bastante ruidosos…)

The New Year

Comencé a ver su actuación con cierto escepticismo. Un grupo más de rock, muy correctos, muy compenetrados, con muchas guitarras, con una voz interesante, con una buena base rítmica… pero más de lo mismo.

Sin embargo, canción tras canción fueron ganando mis simpatías, y cuando se acercaba el final, se marcaron un tema tan intenso, tan espectacular, tan vibrante, que acabó con el auditorio puesto en pie, ovación cerrada, y volviendo con un bis (cosa poco habitual a no ser que se sea cabeza de cartel). A tener en cuenta.

CocoRosie

Parecía difícil superar lo de Xiu Xiu del día anterior. Pero se consiguió.

CocoRosie es un grupo formado por dos hermanas francesas, que colaron un tema suyo en un anuncio de Larios. Gracias a ese detalle, me hicieron descubrir su disco, que me pareció de lo más original. Por eso, tenía bastante curiosidad por ver la forma de llevarlo al directo.

Quizás alguna asistente al festival tenga una opinión más objetiva que yo. He de reconocer que desde el principio sucumbí a la presencia en el escenario de estas dos bellezas. Súmese una puesta en escena brillante, con imágenes proyectadas de su universo particular, unas voces… qué manera de cantar, qué armonías vocales, cúanta sensualidad. Ponían los pelos de pollo. Sí, ya sé que los pollos no tienen pelos. Pero los ponían.

Con formación musical clásica desde niñas, fueron desgranando temas acompañándose de instrumentos tradicionales (piano, trompeta, arpa) o peculiares (electrónica de todo a euro), y estuvieron acompañadas por algún que otro músico que ponía su granito de arena en forma de voz, piano, guitarra, o bases rítmicas a capella. Incluso algún rap entre el público, también.

Nunca había disfrutado de un concierto tan hermoso, tan emotivo, tan delicado. Qué belleza. Nos dejaron sin palabras. En este concierto entramos cada uno por un lado, y lo vi sólo. Cuándo nos juntamos a la salida, ninguno sabíamos qué decir. Nos habían dejado conmocionados.

Y no exagero. La gente salía directamente del teatro al puesto de discos a comprarse su álbum. Estoy seguro de que vendieron todos los que tenían. Y cuando minutos después, las dos hermanas aparecieron por allí, el revuelo que se formó fue de órdago; todos queríamos ver de cerca sus indumentarios y maquillajes circenses, sus bigotitos pintados. Se convirtieron en el centro de todas las miradas y cámaras mientras firmaban posters, recibían felicitaciones y más felicitaciones, y dejaban sin palabras a base e sonrisas.

Un concierto del que se hablará durante mucho tiempo. Magia.

Piano Magic

Después de lo anterior, muchos se rindieron. Nada iba a ser mejor que el concierto de CocoRosie. Y era totalmente cierto. Pero a mi lo que me había llevado a este festival era la oportunidad de ver a Piano Magic en directo. Grupo que descubrí gracias a PGB, tienen una canción que me obsesiona, Password. Uno de esos temas que puedo escuchar durante horas y horas sin cansarme. De hecho, a veces lo hago.

Por eso, cuando tras un soberbio concierto (se presentaron diciendo en imperfecto castellano «somos los amigos trágicos«, lo que da una idea del tipo de música que hacen), en el que sonaron perfectos, cristalinos, inmensos… cuando tras una buena colección de canciones volvieron para hacer un bis, y entre bromas (vamos a hacer un tema de Justin Timberlake) comenzó a sonar Password, sentí que era el broche perfecto al festival. Me emocionó su versión, desde ese enigmático e inquietante estribillo (my password is a dead aunt’s name) hasta la apoteosis instrumental final. Perfectos.

Salí del cocnierto, me compré un EP suyo de recuerdo, y nos fuimos de Tantín con la satisfacción de haber asistido a una noche histórica.

Balance del festival: ¿cómo me lo he perdido estos años anteriores? Imperdonable. Lo de este año ha sido una maravilla, por todo: por la música, por el ambiente, por el buen rollete del grupo de gente con el que he acabado yendo a los conciertos…

Desde luego, es una convocatoria totalmente recomendable. Pienso repetir. Lo úncio malo es que hay que ir preparado: 16 conciertos en los que predomina el tono intimista, triste y melancólico pueden acabar dañando la estructura anímica de cualquiera, y el espíritu del oyente desprevenido. Yo ya iba con algún jirón, así que no importó mucho…

Seguiremos informando…

PD: Al final no tuve tiempo de investigar, pero o mucho me engañaba la vista o conocía al encargado de la sonorización del evento. Me alegro mucho de que cuenten con él para espectáculos cada vez más importantes. Que siga la racha.

Al despertar esta mañana me di cuenta de que había muerto.

Escuchando: Until Death (Scout Niblett)

Y no deja de ser una forma bastante tonta de empezar el día. Bueno, supongo que era una de esas cosas que tenía pendientes, pero siempre se van dejando para el día siguiente. Mañana arreglo el trastero, mañana ordeno la colección de sellos; mañana me muero.

Pero no pienso resignarme. No. No me gusta que me digan lo que tengo que hacer. Vive. Muere. Paso. Pienso volver. No quiero reencarnarme, eso no. Reencarnarme en un árbol, como David el Gnomo, acabaría siendo un tostón. Además luego vendrían Luis y Natalia a grabarme en la corteza lo mucho que se quieren, enmarcándolo en un corazón con una navaja cutre. Y lo mismo se lo podía tatuar Luis en las pelotas. Y Natalia en las tetas. No. No me va eso.

Y lo de reencarnarme en otra persona… qué pereza, ¿no? Con lo bien que se me da ya lo de andar, mantener el equilibrio, masticar, hacer cálculos mentales, controlar emociones y esfínteres (viene a ser lo mismo), hablar, escribir… no, no quiero tener que aprender todo eso de nuevo, descartado. Ni un duro más a Rubio y sus cuadernos.

No voy a reencarname, así que voy a resucitar. No al tercer día, claro, que eso está muy visto, luego siempre comparan y te llaman copión. Además, que tendría que resucitar el lunes, y eso es una putada. Ahí, con toda la semana por delante, quita, quita.

Me daré unos días, quizás unas semanas. Y luego resucitaré. Es posible que no os déis cuenta. Que os parezca el mismo de siempre. Pero por una temporada, no me podréis hacer daño, tampoco podré sentir nada por vosotros, seré un espectador de mi propia vida una vez muerto. Estaré sentado en la butaca del cine viendo qué pinta tengo desde fuera.

Y cuando me canse de verme a mí mismo, me levantaré un día y estaré vivo de nuevo.