Juvecant: más vale muy tarde que nunca

Escuchando: Segundo premio (Los Planetas)

Esta mañana me han hecho entrega de una cámara digital que gané en un concurso de fotografía…. hace 10 meses. Para otras cosas, Jovenmanía (el portal de la Dirección General de Juventud de Cantabria) siempre ha funcionado muy bien: sorteos, entradas, etc. Sin embargo, esta vez la pifia ha sido de época.

Nunca nadie se puso en contacto conmigo para comunicarme los detalles del premio, y a día de hoy nadie me ha explicado oficialmente el porqué del retraso.

A finales de verano me empecé a mosquear y volví a preguntar por mi cámara. La persona que suele atender en esa oficina estaba de vacaciones, y el resultado fue un auténtico despropósito: evasivas, tonos de «a mí qué me dices de tu cámara» y gente que pasa el marrón descaradamente, contándome películas y trapos sucios que ni me interesaban, ni me importaban; lo único que consiguieron fue darme una imagen penosa. Muy mal por Jovenmanía.

Finalmente, regresó de vacaciones la persona encargada de la atención al público, y aunque la cosa se ha demorado algunos meses más, su trato siempre ha sido excelente: sabía que lo estaban haciendo mal, lo asumía y pedía disculpas.

En medio de todo esto, a punto he estado de liarme la manta a la cabeza y pedir la publicación de mi renuncia al premio, para poder usar la fotografía en mi exposición de CuVa; sólo por cabezonería… Pero a veces uno se cansa de tener que luchar y enfadarse por tonterías, así que lo dejé estar… hasta hoy, que me han hecho entrega del premio. Un juguete, por cierto, que me ha sorprendido gratamente. Se nota que quien la ha comprado lo ha hecho con gusto y con cabeza. Gracias 🙂 En cuanto termine de cargar la batería trastearé un poco con mi nueva Sony, ya comentaré mis impresiones….

Un consejo: si este año en la feria Juvecant organizan un concurso de fotografía, piénsenlo dos veces antes de concursar. No es que vayan a perder nada, pero no es de recibo que se tomen las cosas con tan poca seriedad.

Avisados quedan.

Pelouse au repos

Escuchando: Parklife (Blur)

Nube sobre el Parque de Las Llamas

Hace unos días encontré una revista National Geographic de hace algunos meses, dedicada a los Parques Nacionales. En ella, uno de sus artículos se centraba en los parques urbanos. En concreto hablaba de París, pero se complementaba con reflexiones sobre las ventajas de los espacios verdes en las ciudades: es de sentido común pensarlo, pero se han realizado estudios que demuestran que aquellos que viven cerca de parques o jardines consiguen olvidarse del estrés, relajarse y, en definitiva, vivir mejor.

Pensando en París y en otras ciudades -pequeñas y grandes- que he visitado, me puse a recordar sus parques, sus zonas verdes… Comparándolos con los que tenemos en Santander llego a la conclusión de que los de fuera o son mejores, o están más cuidados, o la gente sabe disfrutar mejor de ellos, o todo a la vez.

Es inevitable pensar una vez más en la aridez de la remodelada Plaza Porticada, en el desierto de cemento que se adivina en las obras de la Plaza de Farolas, y sobre todo en el Parque de Las Llamas: en el dineral invertido para construir un recinto que, a día de hoy, me sigue sin convencer. Quizás sea porque la zona más verde esté aún en proyecto (y supongo que así seguirá hasta que unas elecciones apremien, y se recupere el ridículo y acelerado ritmo previo a su inauguración), y la parte abierta al público tenga árboles por crecer, mucho asfalto por recorrer, y todos los servicios por terminar.

Ahora que llega el otoño, se van las ganas y la temporada de tumbarse al sol; los parques se convierten en escenario de ocasionales paseos, pero no se volverán a disfrutar al cien por cien hasta la llegada de los calores de la próxima primavera. Será entonces cuando el cuerpo nos pida de nuevo un rincón agradable en el que leer, tumbarse, desconectar y oxigenarse. Y comprobaremos si Las Llamas va convirtiéndose en el parque que nos han vendido, o se queda en una carísima y aparatosa solución a medio camino.

Seguiremos informando.

Nuevos plenos, idénticas estrategias

Escuchando: Nuevos planes, idénticas estrategias (Nacho Vegas)

Por motivos que no vienen a cuento de este ídem, ayer asistí en calidad de discreto oyente a un pleno ordinario del Parlamento de Cantabria; nunca mejor empleado el adjetivo, fue ordinario en todas sus acepciones.

La asistencia a tamaño espectáculo sólo comparable a un patio de colegio se hace más disfrutable (por decirlo de alguna forma, se me ocurren mil maneras mejores de pasar el rato) cuando uno conoce la verdad sobre alguno de los asuntos a tratar. Una verdad que no se decubre allí, ni mucho menos. Pero que sirve para poder valorar a las personas que nos representan, para descubrir las verdades a medias, que también son mentiras a medio camino, las malas formas, la falta de educación, de seriedad, las malas artes y los gestos nerviosos. Todo un espectáculo, bochornoso.

Y en medio de todo ello, nuestro presidente de Cantabria. Que una cosa es que haga el payaso cuando se pasea por las televisiones, y otra muy distinta es que se pase todo un pleno haciendo dibujos de vaquitas y paisajes. Patético.

En fin. Al final, el único púlpito que voy a recordar con agrado va a ser el de la imagen que acompaña estas líneas.

Da igual; yo, como buen occidental,
sé nadar igual que un pez, un pez en un mar de mediocridad…

Seguiremos informando.

¡Ouch! (II)

Escuchando: Historia de una hache que no quería ser muda (Love of Lesbian)

Me suelo divertir, a veces, sacando punta a erratas y faltas de ortografía que aparecen con cierta frecuencia en nuestro diario local. Pero a veces la cosa deja de tener gracia: ¿es que no hay nadie en la redacción capaz de leer lo que escriben antes de publicarlo? Alguno habrá con graduado escolar, digo yo.

Además, que una cosa es una errata (un cambio de letras, la b y la v que están tan juntas, a todos nos puede pasar) y otra muy distinta poner una flagrante muestra de ignorancia como titular. La falta de lectura está acercando a demasiada gente a los límites del analfabetismo funcional. Y si se lee poco, y encima son periódicos como el nuestro, mal vamos; muy mal.

En la sinopsis de la película la palabra hormigas aparece correctamente escrita. Posiblemente porque lo hayan copiado directamente de la ficha correspondiente. No sé si lo acabarán corrigiendo, o si en la edición en papel han tenido el mismo patinazo, pero de verdad: que se lo hagan mirar. No es serio.

Seguiremos informando.

La Lola se va a los puertos

Escuchando: Yes it’s fucking political (Skunk Anansie)

Que no se diga que siempre critico a los del mismo color. No. Ni mucho menos. Yo sólo critico a los malos. Y de esos hay en todas partes, desgraciadamente.

Lola. Lo, lo, lo, lo, Lola. Nuestra vicepresidenta, la de Cantabria, está donde está de chiripa. Después de unos resultados electorales catastróficos, continúa en ese puesto gracias a nuestro partido regionalista y a su líder, el showman de los medios Revilluca. Por eso, que ahora Lola vaya lanzando órdagos en tono despectivo, y mirando por encima del hombro al alcalde de Santander, cuando éste (del equipo contrario) está mostrando una más que loable cordura y mesura, parece -por seguir con la rima fácil- una locura. O cuando menos, incomprensible.

Pero hay cosas que me resultan más sangrantes que los lances políticos cercanos en altura intelectual a las pataletas de mi sobrino (pero con mucha menos gracia). Está por ejemplo lo de nuestro consejero. Dice la Real Academia que un consejero es el titular de una consejería. De cajón. Pero yendo más al grano, también define este vocablo como persona que aconseja o sirve para aconsejar. Y se me ocurre un ejemplo, una persona en concreto, que maldita la gracia que nos hacen sus consejos y sus formas.

Javier del Olmo acaba de recibir una colleja del Tribunal Superior de Justica de Cantabria. La noticia -no se pierdan los detalles- ha aparecido fugazmente en la prensa local, mientras de manera más extensa los periódicos de tirada nacional comienzan a hacerse eco.

Aquí, como una de las actividades que mayor aceptación parece tener incluye el verbo lamer y una parte de la anatomía que no voy a nombrar, nuestro periódico estrella publica hoy, en cambio, una entrevista con este político, encabezada por el siguiente titular: «Tendremos un grado de transparencia total». Ya.

Nuestra Consejería de Industria en manos de un personaje que acumula jucios (algo me dice que éste no será el último) y sentencias en su contra, nuestra vicepresidenta apoyándolo -porque por algo lo ha puesto ahí a dedo y como capricho personal-, nuestro periódico de pueblo dorándole la píldora, y el resto de España riéndose una vez más, y con razón, de nosotros. ¿Y la oposición que hace mientras tanto? Ni idea. Examinarse minuciosamente el ombligo, supongo.

Así es Cantabria, oigan.

Seguiremos informando. Vaya si lo seguiremos haciendo.

Políticamente incorrecto

Escuchando: Yes it’s fucking political (Skunk Anansie)

La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.
(Groucho Marx)

Expongo lo antecedente en tono «colérico», dos puntos por encima de «firme» y dos por debajo de «como un energúmeno».
(Horacio Dos)

Seguiremos informando.

Actualización: tres puntos por encima de «firme» y uno por debajo de «como un energúmeno». Y subiendo.

Adios al pop

Escuchando: Adios al pop (Las Escarlatinas)

En el penúltimo episodio de la bizarra organización del Santander Summer Festival de este año, se ha cancelado la Carpa Pop por razones logísticas. Y prefiero dejarlo ahí, porque los motivos reales, en detalle, son demasiado surrealistas. Mazingert Z se ha quedado sin su sesión, y el festival sin esa carpa queda cojo, sin un contrapeso, creo, necesario. No es, por tanto, el mejor momento para venir con ultimatums.

Muy triste. Seguiremos informando. Y pinchando en los locales habituales. En círculos reducidos.

Vamos a vivir la ciudad como nunca la hemos vivido

Escuchando: Yes it’s fucking political (Skunk Anansie)

Hace un par de días había empezado a escribir unas líneas sobre la semana de fiestas que estamos ¿disfrutando? en Santander. En aquel boceto, junto a las inevitables críticas, mencionaba algunos destellos de lucidez que hacían presagiar algún cambio. A mejor, digo: la frase que da título a este escrito salió de la boca del alcalde en el pregón. Sin embargo, el exceso de cansancio y la falta de inspiración hicieron que mi texto quedara inconcluso y pospuesto para mejor ocasión.

Y me alegro; me tendría que haber retractado porque no hay mejor sino peor ocasión. Hay situaciones que, sin remedio, me encabronan.

Una de las novedades que había visto en el programa de festejos de este año (es un decir, estaba bien escondido, no se ha gastado un céntimo en pulicitarlo) era un ciclo de conciertos de bandas de pop y rock locales en un auditorio habitualmente dedicado a la canción ligera que todos los septagenarios disfrutaban con la emoción que les permitía su edad.

En concreto, el martes por la noche, víspera de Santiago y momento cumbre de las fiestas, se había programado un concierto de Lazy: grandes músicos además de buenos amigos. Sus directos llevan la diversión asegurada. Plan de la noche: a las 23 horas, concierto; a medianoche los tradicionales fuegos artificiales, a dos pasos del concierto.

Yo no sé si en este Ayuntamiento no hay voluntad, hay incompetencia, o directamente mala fe. En el auditorio no había ni un solo representante de la organización ni del consistorio. Ni un triste policía o guardia de seguridad para vigilar los equipos (en una noche donde los excesos alcohólicos era palpables en toda la zona). Ni un miserable botellín de agua para los músicos. Nada.

Por supuesto, para redondear la noche, los fuegos artificiales comenzaron -a pesar de lo que les habían asegurado de manera repetida a Lazy- exactamente al mismo tiempo que el concierto. Y como toda la ciudad estaba mirando al cielo, sólo cuatro gatos melómanos disfrutamos del concierto completo. Al menos el ruido, salvo la traca final, no molestó demasiado.

Por parte del Ayuntamiento me parece una falta de respeto por la banda y por su público. Cuando parece que se acuerdan de que hay gente que demanda disfrutar las fiestas de otra forma, se encargan ellos mismos de arruinar sus iniciativas, riéndose de paso de todos nosotros.

Parece que la única forma de pasarlo bien en estas fiestas es dejar de ir contracorriente. Me tendré que comprar una camisa de Ralph Lauren, me pondré un jersey de Lacoste sobre los hombros y me compraré una entrada para dejarme ver en los toros. Y después, a las casetas andaluzas a bailar las sevillanas con esfuerzo aprendidas para no ser menos.

La semana grande de esta ciudad es una puta mierda de dimensiones colosales. Espero que el nuevo alcalde consiga enderazarlo en los próximos años, pero con detalles como el del martes difícil lo veo. Ojalá en su apoyo al Summer Festival el Ayuntamiento se implique algo más. Calculo que sí, al menos para salir en la foto.

Aún nos quedan días de fiesta. Oportunidades para deleitarnos con recitales rancios en prime time, con los artistas de moda (en breve tendremos a Erentuxn cantando éxitos, algunos incluso suyos) en conciertos gratuitos con entrada de pago en taquilla (wtf?), con atracciones de feria en condiciones tan lamentables que no satisfacen a nadie, con toros y ambiente rociero… oportunidades, en definitiva, para comprobar que en esta ciudad en la que nada cambia, en la que la responsable de festejos se apellida Igual, en la que la juventud es un problema como otro cualquiera, habrá que esperar a tener 40 años más para que se nos tome en serio.

Ah, yo por supuesto disfruté del concierto, y mucho, en lugar de los fuegos artificiales. Los cohetes y las tracas pirotécnicas, con detalles así, se los puede meter el alcalde por el mismísimo consistorio.

Seguiremos informando.

La clave está en la rebeca

Escuchando: Los jóvenes mueren antes de tiempo (Deluxe)

Sé que es verano porque he estado dos veces en Madrid y hacía calor. Aquí en Norteña podríamos estar a las puertas de una esperada primavera, o viviendo un monótono otoño. No es que no haga calor, no es que llueva mucho, es que nos encontramos permanentemente en un día gris en el que puede que salga el sol un rato, o puede que te mojes. Lo que viene siendo un día de mierda.

A veces pienso que en esta ciudad una foto en colores resulta anacrónica. Sobre todo ayer. Podría escribir sobre ello, sobre la inminente semana grande (minúsculas intencionadas) o sobre mil chorradas, pero esta mañana Vodafone ha tenido a bien enviarme una injusta y abultadísima factura que me ha puesto del peor de mis humores. Espero que mañana pueda desquitarme en su sesión, en el bar de esa gente que discute los asuntos realmente interesantes de esta avejentada ciudad.

Seguiremos informando.