Escuchando: Reconstruction (The New Year)
Odio repetirme. De verdad: odio repetirme. Y por eso no me hace mucha gracia volver a poner una imagen que ya apareció por mi weblog hace unos meses; pero sigue siendo la que mejor expresa cómo me siento…
Llega fin de año, y todo el mundo, lo reconozca o no, mira hacia atrás, hace balance, recapacita… ¿el vaso está medio lleno porque la botella está medio vacía, o es al revés?
Yo la verdad es que no me veo con fuerzas para llegar a una conclusión, en parte porque me imagino el lado del que se inclinaría la balanza. No hace falta que un año sea malo para que no sea bueno. 2004 lo empecé con ganas, y ha tenido momentos buenos, momentos muy buenos, algún mes que no podré olvidar; he estado en dos bodas, he viajado, he conocido a gente maravillosa, he ido a conciertos, he descubierto horas y horas de música…
Y como en toda buena película, además de sonrisas ha habido lágrimas, ha habido malentendidos, ha habido desgracias, ha habido catástrofes. Al final todo es tragicomedia, las géneros puros no salen de las salas de proyección, junto con los finales felices…
Un año después, me siento exactemente igual que el 31 de diciembre de 2004. 366 días, y los únicos giros que he dado a mi vida han sido de 360 grados. Puedo estar más arriba o más abajo, pero me he seguido moviendo en espiral. Y las vistas hacia adelante y hacia atrás se parecen sospechosamente.
Y hoy, con la Nochevieja por delante, no me siento especialmente animado a salir, para hacer lo mismo de todos los años, que es lo mismo de todas las semanas, que es lo mismo de todos los días. Acabaré en la calle, acabaré en los bares, pero más por inercia que por otra cosa. Aunque no creo que sea una noche de despilfarros desmedidos. Se me ocurren sitios mejores en los que invertir el dinero, que una resaca.
Que empiecen ustedes bien el año. Recuerden que 2005 no será especialmente bueno, ni especialmente malo; será lo que ustedes quieran hacer con él. Disfrútenlo.
Espero que nos sigamos viendo por aquí… seguiremos informando.
PD: ¿En el 95 hubo tanto cachondeo con lo del cinco? No lo recuerdo. Y también fue Ramón García el encargado de retransmitirlo… qué cosas…