La penúltima

Escuchando: Even though – the one before the last (Gigolo Aunts)

Se me ha quedado otra canción en la cabeza. La escucho una y otra vez. Es una de esas canciones Pringles, que cuando hacen pop, ya no hay stop

El título, además, me gusta. La penúltima, como las copas; como tantas otras cosas. Una canción perfecta para un 23 de diciembre. Por ejemplo.

Seguiremos informando.

Con forma de cama (ii)

Escuchando: Bedshaped (Keane)

Hacía tiempo que no me daba tan fuerte por una canción. No he parado de escuchar el disco de Keane desde que lo he conseguido, y en especial, no me canso de escuchar su último tema: Bedshaped.

Como vivo en mi burbuja musical, no sé si son especialmente conocidos, si salen en la radio, si el videoclip de esa canción lo pasan por la tele… ni idea, pero como me encanta ese video, y lo quiero compartir, no he parado hasta encontrarlo. Aquí lo tienen ustedes. Que lo disfruten…

But what do I know?
What do I know?
I know!

La Peter-tradición

Escuchando: La Lotería (Los Petersellers)

Hay algunas tradiciones que he perdido este año; otras las mantengo: que no me toque el Gordo. ¿Qué hacer en estos casos, para sobrellevar la decepción? Echar mano de otra tradición, y poner a todo trapo la única canción indispensable en el día de hoy: La Lotería, de los inimitables Petersellers. Aquí les dejo la letra, por si a ustedes tampoco les ha tocado el Gordo. Pueden hacerme los coros, no creo que les cueste mucho adivinar cuál es la melodía…

Préstame atención, abre bien la oreja
No quiero un chalet en La Moraleja
No quiero un Ferrari ni un Maserati
Prefiero una bici, que el consumo es gratis

No quiero que me toque, que me toque el Gordo
No quiero que me toque, que me toque el Gordo

No quiero caviar en el desayuno
Prefiero comer callos y pinchos morunos
No quiero ir al Casino de Montecarlo
Prefiero ir al Bingo, que es más barato

No quiero que me toque, que me toque el Gordo
No quiero que me toque, que me toque el Gordo

No quiero diamantes ni rubíes
Prefiero estar en bolas en las islas Cíes
No tengo linaje ni abolengo
¡Más cara que espalda es lo que tengo!

No quiero que me toque, que me toque el Gordo
No quiero que me toque, que me toque el Gordo

Dólares, libras, euros, libras esterlinas, escudos
yens, pesetas, duros, euros, euros, no
euros, euros, no, no

No quiero que me toque la Lotería
No quiero que el dinero arruine mi vida
Los juegos de azar siempre tienen tongo
¡Yo meriendo niños de San Ildefonso!

No quiero que me toque, que me toque el Gordo
No quiero que me toque, que me toque el Gordo

Seguiremos informando.

Ruinas

Escuchando: Dancin’ in the ruins (Blue Öyster Cult)

El hombre silencioso se pasea entre las ruinas, meditando, contemplando, subiendo, bajando.

Lo que observa le resulta interesante, pero lejano, restos de una época que no conoció… ¿o sí? Aquí y allá comienza a reconocer patrones, retazos. Se acerca para examinar detalles, se aleja para tener perspectiva, y el punto de fuga le sirve para lo contrario, para comprender que no se encuentra rodeado de unas ruinas, sino de sus ruinas.

Estas son las columnas que sustentaron antiguos sueños. Estas piedras formaron parte de una ilusión que creía enterrada. Aquí aún se intuye la forma de aquella esperanza. Una vez adoró estos capiteles.

Emocionado, temeroso, el hombre silencioso pasea sus ojos por lo que fue. Palpa, recordando con la punta de los dedos días pasados, y la piedra le deja un polvo blanquecino en los dedos. Es difícil meter las manos en el pasado y sacarlas limpias.

Sorprendido tras su descubrimiento, levanta la vista y recorre el paisaje. A lo lejos distingue la silueta de edificios en construcción, y decide acercarse. Sin embargo, estos cimientos no son los suyos, no se corresponden con sus nuevos sueños, sus nuevas ilusiones, esperanzas. Un día formarán parte de edificios funcionales, pero no tendrán nada que ver con él. Esto no es lo que busca, no es lo que quiere perseguir, no es en lo que se quiere convertir.

Abatido, se sienta en una piedra y finalmente encuentra lo que estaba buscando.

El hombre silencioso toma entre sus manos la pala, y la hunde en la tierra, dura, seca, que soportará su futuro.

Consejos para tener éxito

Escuchando: 2+2=5 (Radiohead)

Ayer, después de hacer de paparazzi improvisado en el debut escénido de mi sobrino (anda que no es difícil ni nada sacar una foto en medio de un caótico batallón de niños vestidos de campanitas, luchando por hacerme un hueco con la cámara entre padres y demás familia), me fui a la segunda cena de las navidades. Una muy distinta a la del otro día, con menos gente, muchas risas, con comida menos decorada pero más contundente, y que nos salió muy barata…

Muy barata.

Demasiado barata.

Consejos para que negocio de hosteleria tengo éxito: instalaciones agradables; trato amable con el cliente; pericia culinaria; buenos precios; saber sumar.

En el sitio donde estuvimos ayer, lo cumplían todo. Bueno, casi.

Seguiremos informando.

Inercias

Escuchando: Bell Bottom Blues (Eric Clapton)

A veces creo que la vida tiene cierta inercia a llevarnos hacia atrás, de una forma discreta, silenciosa, casi imperceptible, como un tren que empieza a moverse lentamente; ¿se mueve el tren, o es la estación la que nos deja atrás?

Hay días que es necesario vivir día y pico, para que no quedarse rezagado.

Con forma de cama

Escuchando: Bedshaped (Keane)

El otro día contaba en la cena que había visto (gracias a un enlace de La Petite) el invento de la foto, y la gente no se lo creía. A los hechos me remito.

En fin. Domingo tranquilo, después de un sábado que también lo fue. Mi taberna preferida, es más preferida aún después de la descarga musical de ayer: Dire Straits, The Cure, U2, Depeche Mode… y una vez más, pusieron un vídeo que me impacta cada vez que lo veo, poniendo imágenes a una canción inmensa. Pero que desconocía. Ayer no quise irme de allí sin saber de qué se trataba, y tras preguntar a la tabernera, descubrí que eran Keane, con su canción Bedshaped. Impresionante.

El resto de la noche, muy tranquila, hurto más, hurto menos. Nos sacaron una foto que ha terminado colgada en una página web, escuché buena música, escuché mala música, vi a gente conocida, vi a gente desconocida, y me fui a casa tarde, aunque por la cantidad de personas que había por la calle, parecía que era de día…

Y hoy.. poca cosa.. he aprovechado para dormir, para volver a ver películas geniales, para escuchar música nueva, para mantener alguna que otra conversación, cobertura va, cobertura viene…

Y ahora, mi mente tiene ya forma de cama, como la canción…

Buenas noches.

Lluvias

Escuchando: Only happy when it rains (Garbage)

Me gusta mi paraguas, porque es pequeño, porque lo puedo llevar encima y olvidarme de él. De hecho, es lo que suelo hacer, y a no ser que se ponga a llover mucho mucho, no lo saco, no lo abro. Un poco de lluvia no molesta, y ayuda a sentirse un poco más despierto, un poco más vivo.

Además, vivir en esta ciudad y no mojarse, aunque sea un poco, es tan natural como pretender que un niño juegue sin mancharse, en silencio, y sin caerse. Práctico, pero mucho más aburrido.