Mazingert Z contra la amenaza del Dr. Thedio

Escuchando: Mazinger Z (Los Petersellers)

Ha sido un fin de semana agotador, pero había que aprovechar el buen tiempo (que ha vuelto a desaparecer, ya) para pasear con la cámara y hacer alguna visita a la playa.

También influye en mi actual agotamiento la sesión que de manera bastante improvisada acabé ofreciendo el sábado por la noche en el Opium. No pude negarme, se trataba de un pequeño reto. Habitualmente pincho en locales a los que la gente va sabiendo lo que se va a encontrar; hacer una sesión de música raruna en pleno centro neurálgico de la movida santanderina, un sábado por la noche, era algo demasiado tentador como para dejarlo pasar.

Visto lo visto, yo creo que a la gente le da igual la música que le pongan mientras le den de beber. Y lo digo como algo bueno: si en lugar de la pachanga habitual escuchan pop nacional más independiente, rock pegadizo, electrónica divertida o clásicos históricos, no se van del bar: siguen allí y lo disfrutan. Fue toda una experiencia ver a gente canturrear a Pecker, poner a todo el mundo a bailar con The Killers, soltar temazos de Madness, Housemartins y los Smiths, o decir que no al Chiki Chiki.

Fue una sesión divertida, me lo pasé muy bien, y el bar estuvo hasta arriba hasta el cierre, pasadas las 4 de la mañana. Incluso se me acercaron varias pesonas a felicitarme por la música… aunque yo creo que más influenciados por el alcohol que por la objetividad.

Hoy, eso sí, tengo las piernas como postes de teléfono: duras y con calambres.

Seguiremos informando.

Ese señor que ronronea

Escuchando: San Antonio (Sr. Chinarro)

Qué suerte. Hace un par de semanas cayó en mis manos el nuevo trabajo de Sr. Chinarro, y no me canso de escucharlo. Magnífico. Y soy afortunado porque esta noche tocan en Santander, en formato intimista (creo que no llega ni a 100 localidades) y acústico, para presentar este nuevo disco.

Sr. Chinarro es el grupo con el que se viste el sevillano Antonio Luque, un tipo -más personaje que persona- tímido, peculiar, con una carrera a sus espaldas de quitarse el sombrero. Su voz grave ha pasado de cantar los textos jeroglíficos y quirománticos de sus inicios, a las letras más risueñas y saltarinas de sus últimos discos, pero a mí siempre me deja con la misma sensación: es un genio que, ahora mismo, con discos mucho más accesibles, corre el riesgo de ser comprendido.

Ronroneando. Así se llama su nueva obra, 34 minutos imprescindibles para recuperar la fe en la música creada en nuestro país. Con perlas como:

Se dice que si uno no quiere dos no se pelean,
pero ha vuelto a pasar,

y es que el bicho que te haya picado
bien merece un documental.

Una vieja amiga dijo

qué pasaba en el Pan Bimbo,

que los extremos se atraían

cuando daba ya lo mismo.

No digas que voy muy deprisa,

que los poemas que te mando son de risa.

Viviendo solo sólo leo 
fechas de caducidad.

Mi santo nunca celebro
pues no creo en los santos,
siempre ha vencido el Mal.
No le pidas nada a San Antonio,
si acaso habla conmigo
con el mismo demonio…

Esta noche, cita con Sr. Chinarro. Sin duda: esto sí que es suerte. Seguiremos informando.

Manual de instrucciones para una noche de jueves

Escuchando: Gigante (Deluxe & Amaral)

Mi última sesión en el Opium estuvo cargada de buenas intenciones y pocos resultados: cuando un amplificador falla cada tres minutos, y necesita cinco para volver a funcionar, se limitan mucho las posibilidades.

Esta noche tengo intención de hacer sonar todas las canciones que el mes pasado quedaron en el tintero. Deluxe. Morrissey. Tachenko. Charlatans. REM. Vetusta Morla. Nick Cave. Love Of Lesbian. Pulp. Moby. Hercules & Love Affair. Bowie. Iván Ferreiro. James. Madness. Y una partida a la Wii en pantalla gigante para el que se pase.

Pub Opium – Daoiz y Velarde 14 (Junto a Plaza Cañadío), Santander.
A partir de las 23:00.
Entrada gratuita.

Seguiremos pinchando.

Zona de no fumadores

Escuchando: Was Romeo Really A Jerk? (Emir Kusturica and the No Smoking Orchestra)

Espectacular el concierto que se ha vivido esta noche en el Palacio de Festivales de Santander. El director de cine Emir Kusturica y su No Smoking Orchestra han revolucionado la sala hasta límites insospechados.

La cosa había comenzado bien: lleno hasta la bandera, y mucho público joven, que siempre está bien comprobar que se moviliza ante una cita tan apetecible. Tras un ligero retraso, la banda arrancó su recital con Unza Unza Time. Y eso fue sólo el principio.

Kusturica es el compositor de muchos de los temas, y además se encarga de la guitarra rítmica. Pero el verdadero maestro de ceremonias es el vocalista de la orquesta, el Dr. Nelle Karajlic. Energía a raudales que ha empleado a fondo hasta derribar las barreras que separan a los músicos de su público. Canciones interpretadas entre las butacas a golpe de tuba, bailes con acomodadoras y asistentes al concierto, gente que se levanta a bailar… y finalmente un motín en el que la banda ha incitado a todo el mundo a subir al escenario.

El resultado: música contagiosamente divertida, un centenar de personas pegando botes como posesos en una sala de seria tradición, y todo el auditorio puesto en pie bailando. Digno de ver, ha sido una auténtica fiesta.

Eso sí, al rato el cantante se ha enfadado al no poder seguir sembrando el caos a su gusto (el personal de la sala se ha negado a llegar más allá de límites que hiciesen peligrar la seguridad de los asistentes), pero ha diluido su cabreo rápidamente con más música, y el concierto ha terminado sin incidentes: con muchos bailes, un público entregadísimo, y dejando un festivo y excelente sabor de boca.

Realmente, una noche para recordar; será fácil; aunque, por si acaso, no he podido evitar comprar un dvd en directo del grupo, a la salida del concierto.

Grande, muy grande lo de esta noche. Seguiremos informando.

Músico negro, músico blanco

Escuchando: Unza, Unza Time (Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra)

Hace unas semanas tuvimos en Santander un recital de Woody Allen, al que no me animé a asistir. Me han dicho que estuvo entretenido, pero prefiero quedarme con sus películas; su faceta como intérprete de clarinete no me deja de parecer una curiosidad, sin más.

Puede parecer raro esto de que un director de cine se ponga a dar conciertos. Muy habitual no es. Y sin embargo, en un par de semanas volvemos a tener a un cineasta sobre el mismo escenario. Y esta vez me interesa más. Hoy he comprado ya mi entrada.

Hace algunos años me enteré de que tenía una banda porque me topé con un videoclip suyo (el mismo que encabeza estas líneas) por la televisión. Fue hace tiempo, pero se me quedó grabado: la música, las imágenes, el ritmo, todo recordaba a sus películas. Emir Kusturica es, ante todo, el director de, entre otras joyas, una de mis películas fetiche: Gato negro, gato blanco. Pero además está al frente de la No Smoking Orchestra, una banda de músicos de la ex-Yugoslavia que acercan al rock & roll su folklore, mezclándolo, ya de paso, con la música gitana… entre otros muchos ritmos.

El resultado es delirante, vital, optimista, loco, desenfrenado, anárquico…. y absolutamente recomendable. Aprovechen, que aún quedan entradas.

It’s unza, unza, unza, unza time!

Músicos sucios, músicos locos

Escuchando: Warren’s Lament (Dirty Three)

Hace unos días he recibido una felicitación navideña de una persona para la que estas fiestas serán, estoy seguro, muy especiales. Es curioso, fue ella quien hace ya (muchos) años me descubrió y amplió algunos horizontes musicales. Entro los discos que escuché gracias a sus recomendaciones, hay uno que guardo con especial cariño. Horse Stories, de Dirty Three me parecieron, entonces, un complejo y fascinante universo de sonidos: tristes, hipnóticos, melancólicos, agresivos, hermosos.

Ayer, el festival CuVa se cerró con su actuación. Sobra decir que esperaba su concierto con la ilusión de un niño. Durante todos estos años he seguido sumergiéndome en sus discos de sonidos oceánicos. E intuía que poder asistir en directo a la creación de su música iba a ser algo especial.

Fue mucho más. Ochenta minutos de pura magia, que pasé asombrado, emocionado, casi sin pestañear para no perder ni un sólo detalle. Ayer unos pocos privilegiados disfrutamos de un concierto que se recordará en esta ciudad durante años. Sus canciones fueron vestidas con una intensidad imposible de describir, e interpretadas por tres geniales músicos locos; especialmente genio, especialmente loco, Warren Ellis. Fue un broche final perfecto para un festival que nos ha dejado tan ilusionados y con tan buen sabor de boca, que es imposible no estar satisfecho. En otra ocasión y con más calma daré las gracias como se merecen a todas las personas que han ayudado a hacerlo posible.

De momento, me quedo con el recuerdo del concierto de ayer, y la música de Dirty Three. Y aunque no vayas a leer estas líneas, no dudes que ayer me acordé de ti. Gracias por descubrirme aquellas extrañas historias de caballos.

Seguiremos informando.

Al sol de CuVa

Escuchando: In the Sun (Joseph Arthur)

Hoy termina el festival CuVa. El balance está resultando más que satisfactorio. Mi exposición parece que está gustando; he salido en la prensa local, me han hecho tres entrevistas para la tele y las mini-tarjetas de recuerdo ya se han agotado. Los que quieran pasarse a ver las fotografías, todavía pueden: hoy de cuatro a ocho se podrá entrar sin necesidad de pagar la entrada del festival (y de paso, aprovechar para ver un documental sobre los Pixies, o asistir a una mesa redonda sobre «el precio de la música»; recomendable).

De los conciertos de estos dos últimos días me quedo con la simpatía de John Watts (él solo con su pequeña guitarra) y -en especial- con el directo de Joseph Arthur. Su música es una pequeña debilidad personal que llevó al escenario de forma ruidosa y muy personal.

A la salida de su actuación, además, nos esperaba una sorpresa: la banda al completo estaba en el puesto de merchandising firmando discos, entre ellos una grabación del concierto que acabábamos de difrutar. Un par de torres llenas de grabadoras se encargaban de ir suministrando discos a los compradores. Uno de ellos fui yo: volví a casa con el concierto grabado y (al igual que mi disco favorito, que también había llevado) firmado. Un bonito recuerdo.

Esta noche terminará con otra de mis bandas fetiche: Dirty Three. Todo un lujo, ahí es nada.

Seguiremos informando.

Obligado obrigado

Escuchando: Facil de entender (The Gift)

El concierto de The Gift de la semana pasada fue inolvidable. Una fiesta, literalmente. Espero que les podamos volver a este lado de la península, y que el tiempo les vaya haciendo justicia: se merecen un reconocimiento que se están ganando a pulso, con sus discos y especialmente con sus directos. Bravo por ellos.

Obrigado por saberes cuidar de mim, tratar de mim, olhar p’ra mim.
Escutar quem sou.

Seguiremos informando.

De acuerdo, ¿quieren algo sencillo?

Escuchando: ok, do you want something simple? (The Gift)

The Gift - Facil de entender

Vayan mañana al concierto de The Gift. Nunca me cansaré de recomendar su música. Su concierto en el pasado Summer Festival todavía se recuerda con admiración (¡un solo de theremín!). Mañana vuelven a Santander para mostrar otra de sus facetas y llenar con sus canciones un teatro, el de Tantín. Las entradas tienen precios populares y -aunque deberían estar agotadas- aún quedan algunas.

No se lo piensen. Si lo que vemos mañana sobre el escenario es la mitad de bueno que el dvd que han editado recientemente (y que tengo en edición extendida y portuguesa por casualidades de la vida), su concierto será un auténtico regalo. Nunca mejor dicho.

Seguiremos informando.