El PC más bonito

Escuchando: Where is the line (Björk)

El PC más bonito… suele ser un Apple. Y me explico…

Esta vez ha sido Telefónica, pero es una práctica bastante habitual en publicidad. Cuando se prepara un anuncio para televisión, para una revista, para una web, para un folleto de publicidad de una mueblería… siempre que haga falta poner un PC, hay muchas posibilidades de que lo que aparezca finalmente sea un Apple. Eso sí, retocando un poco con Photoshop para hacer desaparecer la manzana, si es necesario…

¿No se lo creen? Echen un vistazo a cualquier catálogo de mesas de ordenador, a los anuncios de la tele en los que sale un ordenador… incluso AMD utilizó un Apple para anunciar unos de sus procesadores (que por supuesto no pueden ser utilizados en ningun Mac…) El hecho de que muchos publicistas usen ordenadores de Apple como herramienta de trabajo supongo que influya…

La última ha sido Telefónica con su última campaña de su ADSL. Ha utilizado lo que es, inequívocamente, un iMac G5; sin manzanita, claro. Eso sí, que ningún Mac-ero les llame para pedir ayuda a la hora de configurar su ADSL: no ofrecen soporte a usuarios de Apple. Curioso, ¿verdad?

Fuente: faq-mac

Seguiremos informando…

Qué pena…

Escuchando: Walking on broken glass (Annie Lennox)

Lo hicimos unos cuantos años. Suficientes para acabar cogiendo algunas costumbres…

Era la semana del SIMO. Llegábamos a Madrid el miércoles o el jueves por la noche, cogiendo el tren de la tarde; casi siempre encontrándonos los de siempre, vagón más, vagón menos… Una vez en Madrid, a dejar las cosas en la casa de rigor, a cenar algo (la mayoría de las veces en el Vips más cercano) y antes de retirarse, una cervecita. Mítico, el Triskel

Y al día siguiente, a madrugar un poco para llegar con tiempo a Ifema. Línea 8, hasta Campo de las Naciones. Por el camino, el metro se va llenando de frikis informáticos (los más, como nosotros) y de azafatas apuradas (las menos) dándose el último retoque al uniforme…

AL salir del metro, incansables, los repartidores de publicidad empiezan a ofrecernos las primeros gramos de las toneladas de papel que se desperdician en estas ferias… derechos a la recepción, a demostrar que somos profesionales del asunto (al principio no lo éramos, pero lo acabamos siendo) y a conseguir nuestra tarjetita. La tuya tiene nombre, la mía no, chincha.

Abren las puertas, primeros vistazos a los stands. El de Apple que no falte… a lo largo de la mañana, inevitable parar allí a escribir algún correo a los amiguetes…

Unas horas después, hora de hacer un descanso; huimos de la locura de la feria, y nos acercamos hasta el Pans de un centro comercial cercano, a reponer fuerzas; también a meditar lo de siempre: ¿me compro eso que he visto? ¿o eso otro? ¿por qué vengo a estos sitios, siendo como soy…?

Tras el descanso y una breve sobremesa, vuelta a la feria, paseando, disfrutando del buen tiempo y del solecito. Siempre me gustaron esos dos edificios, uno de una empresa informática, otro de una aseguradora. Me hacía gracia, además, porque hacía años que una revista de informática los usaba como motivo para hacer pruebas en sus análisis de cámaras digitales. No era para menos, son muy fotogénicos, con sus cúpulas y sus superficies acristaladas…

Esta mañana, cuando he leído que acababa de estallar una bomba allí, me podía imaginar perfectamente la escena, los cristales rotos, toda la gente que acababa de llegar al trabajo, los gritos, los sustos, los nervios, el miedo, las sirenas…

Qué pena que no les estallan todas las bombas en las manos mientras las preparan.

Seguiremos informando…

El orden de los sumandos

Escuchando: Amours (Louise Attaque)

Un día más, me parece leer, tristemente, la misma noticia

No podía vivir sin ella, la mató porque era suya, se veía venir, discutían a menudo, la había amenazado muchos veces, ella nunca pensaba que él se atrevería… seguro que al menos la mitad de estos detalles se cumplen también en este caso…

Y después él, al ver lo que ha hecho, se suicida, claro. Ni contigo ni sin ti.

¿Por qué en lugar de matarla, y después suicidarse, no lo harán al revés? Primero, que se suiciden. Luego, si les quedan ganas, que vayan de justiceros por la vida.

Cuánto hijo de puta suelto…

Seguiremos informando (pero espero que no lo mismo una y otra vez…)

¿Infalible?

Escuchando: Solid Rock (Dire Straits)

Venga, Jaime, ésta va por ti. Te voy a dejar el comentario a huevo…

Pero es que no lo puedo evitar, me lo ponen a huevo. Total, si ellos opinan hasta del plan hidrológico y de la reconversión naval, no voy a a ser yo quien deje pasar la oportunidad de comentar ésto

Lo bueno de tener marcadas tendencias apolíticas (por mucho que se me acuse de lo contrario) es que uno puede criticar a los de todos los colores. Me alegré de que hubiese un cambio de gobierno en este país, pero también hay que reconocer que los recién llegados no lo hacen todo bien, ni mucho menos.

Ahora, de ahí a que el Papa reproche a Zapatero que está relegando la fe a la esfera de lo privado, va un trecho. ¿Es que acaso la fe no debe ser siempre algo privado? Allá cada cual con su conciencia.

Ahora, lo que me encanta es esto:

Recordó a los obispos que los jóvenes deben ser «motivo especial de vuestros desvelos pastorales». No en vano, el porcentaje de chavales con edades comprendidas entre los 15 y los 29 años que se declaran católicos practicantes se ha reducido a la mitad y ha pasado del 28% en 2000 al 14% en 2004.

¿Y de quién es la culpa? Igual tienen que dejar de señalar con el dedo, y darse cuenta de que si su estrategia para resolver los problemas de la juventud en la sociedad es el inmovilismo más absoluto, lo mismo acaba influyendo en esa juvenil indiferencia…

When you point, your finger cos your plan fell through
You got three more fingers pointing back at you

Seguiremos pecando…

Señores de la Agencia Espacial Europea…

Escuchando: Sinking Planet (Freak Kitchen)

Buenos días señores aeronáuticos; les expongo mi caso.

Hoy he tenido un día de esos en los que uno se replantea muchas cosas; un día en el que a Farruquito le devuelven el carnet de conducir; un día en el que, tras la sorpresa, la Iglesia rectifica, y vuelve a poner los puntos sobre la i de preservativo; Fraga también lo ha hecho, aunque apenas vocalice; un día en el que jurará su cargo, sobre la Biblia, con una cruz en una mano y un rifle en la otra, el mayor defensor de las libertades y la democracia del mundo mundial, también conocido como Estados Unidos de América. El que se vaya a gastar en seguridad, sólo hoy, una de esas cantidades inimaginables, es un detalle anecdótico, pero importante. Al fin y a al cabo, el control policial es la mejor forma, y la más democrática, de evitar que hippies con pancartas contra la guerra salgan en la foto.

Pero discúlpenme ustedes, que me voy por las ramas. Lo que quería pedirles es que, viendo como está el patio terrestre, me mantengan al tanto de sus avances por Titán. Y que si ven ustedes que la cosa puede dar para sobrevivir por allí, tengan la bondad de avisarme. Total, si me ponen un enchufe, yo me llevo unos libros, el iPod y la cámara de fotos, y feliz.

Atentamente se despide,

Roberto

En enero, lluvias mil

Escuchando: The long and winding road (The Beatles)

Tanto buen tiempo, tanto solecito, tantos días de cielo azul… y se nos olvida que vivimos en Santander. Hoy la climatología nos lo ha recordado, aunque nos ha pillado a la mayoría a contrapié

Hoy al mediodía tenía que volver del trabajo a casa por el centro -un buen paseo, pero tenía que hacer un par de recadillos- y la cosa acabó siendo una lucha contra los elementos.

Las ráfagas de viento, sobre todo en algunas esquinas traicioneras, eran brutales. Que yo recuerde, es la primera vez que el viento me arranca (dos veces) los auriculares de las orejas.

Y claro, a ésto súmesele la lluvia, alternando entre calabobos y torrencial, sin previo aviso. En el tiempo en el que se abre un paraguas, uno ya está empapado. Aunque bueno, con esta combinación de viento y lluvia, llevar paraguas es tan útil como, por decir algo, ir con un botijo en la mano. Es igual de práctico. El paraguas no es que no sea útil, es que es super califragilístico; y expialidoso, tambien. Vamos, que hay riesgo de salir volando con él.

Con una humedad en ropa más elevada de lo deseable, y alguna varilla caída en acto de servicio, llegué a la conclusión de que donde mejor se está, es en casa. Afortunadamente, también llegué allí, a casa.

Abríguense. Seguiremos informando.

Rey negro sólo hay uno(pero hijos de puta hay muchos)

Escuchando: Rock for food (The Unfinished Sympathy)

El plan para la tarde de hoy era de lo más prometedor. Primero, aprovechando que tenía que ir de videoclubs a devolver películas, me escapé con la cámara por el centro, a sacar fotos del ambientillo de compradores de última hora, y también a preparar bocetos de una foto que quiero presentar a un concurso…

Y después, a ver la Cabalgata de Reyes… o en concreto, a ver cómo la ve mi sobrino… Le he hecho unas cuantas fotos, también he tirado algunas de la cabalgata, pero al final ha habido un detalle que me ha puesto de mal humor. Y no ha sido el que mi cámara haya acabado salpicada de nieve en spray, lanzada desde una las carrozas (no ha pasado nada grave, me he perdido un poco de cabalgata limpiándola a conciencia, pero nada más…)

No, lo que me ha puesto de mal humor tiene que ver con los sprays de nieve, pero no es eso. Y me explico. Viendo la cabalgata había muchos niños. Había muchos padres, hermanos, tíos, tíos, abuelos… Y también había bastantes yénifers y yónatans, chandaleros, kíes, o como se les quiera llamar. Y esos no estaba allí para ver la cabalgata, estaban para tocar los cojones, con perdón. Después de entretenerse con sus elaborados y maquiavélicos planes (rociar con el spray a los miembros de la banda municipal, y cosas así) han acabado poniendo la guinda a su diversión. Vamos, yo es que me he partido de risa, no veáis. Sic.

No se les ha ocurrido otra idea más brillante que, aprovechando que Baltasar se había acercado a un lateral de su carroza para saludar a los niños, vaciarle un bote de spray directamente a la cara, a bocajarro y con toda la mala intención posible. El pobre hombre, se ha limpiado como ha podido, ha mantenido el tipo como ha podido, y ha vuelto a sentarse en su trono, con gesto de estar llorando; me imagino que en parte por escozor, en parte por rabia.

Lo dicho: hijos de puta hay en todas partes, y muchos. Lo malo es que mañana tendrán regalos y todo.

En fin. Menos mal que estando con niños estos enfandos se olvidan pronto. Y hablando de niños, seánlo ustedes esta noche. Duérmanse pronto, no se me levanten de madrugada a hurtadillas… y que mañana se encuentren su árbol de navidad enterrado en regalitos…

Compartan también un poco, no se olviden…

Seguiremos informando.

PD: Y no, a mí no me van a traer nada. Aunque me gusta más la tradición de los Reyes que la de Papá Noel, en mi casa sólo nos juntamos todos en Nochebuena y Navidad, así que mis regalos ya me los trajo el representante gordo de Coca-Cola. Eso sí, si encuentran en sus casas un paquetito a mi nombre, háganmelo saber, ¿eh? Nunca se sabe… 😉

Sufre. Mamón.

Escuchando: A part, and yet apart (Bill Bruford’s Earthworks)

El año 2005 será el 250º aniversario del título de ciudad de Santander. Claro que una cosa es tener título, y otra merecérselo, pero bueno…

El caso es que en el año que entrará, están previstas un montón de actividades, festivales musicales, marítimos, celebraciones… cosas que suenan muy bien, peor que no me creeré hasta que las vea.

Una pena que haya otras iniciativas que peligren. Como el Festival de Jazz, que en 2005 celebrará su IV edición; o eso espero, a pesar de nuestras queridas autoridades. La noticia sale hoy en el periódico. El cartel que están preparando es de altura, de mucha altura. Sólo los nombres de Bill Bruford (mi batería preferido, con discos que no me canso de escuchar) y de Allan Holdsworth (un guitarrista del que si dicen que es el mejor del mundo mundial, no seré yo quien lo niegue) prometerían llenazo absoluto y un montón de visitantes de otras regiones.

Pero ni nuestro Gobierno Regional ni nuestro excelentísimo ayuntamiento (minúsculas intencionadas, y sorna implícita) parecen dispuestos a soltar un duro para subcencionarlo, como hacen otras regiones, que miman sus Festivales de Jazz (y por ello atraen turismo, se llenan sus ciudades -doy fe-, y se puede disfrutar de grandes conciertos)

Eso sí, seguro que siguen subvencionando otros conciertos más culturales. Y cada tres meses seguiremos teniendo tocatas de Bisbal, los Hombres G, Álex Ubago y la puta Oreja de Van Gogh.

Seguiré sufriendo a ver si consiguen cerrar el cartel.

Almóndigas y prisas varias

Escuchando: Words (The Christians)

Hoy, mientras comía, y sufría a mis espaldas la verborrea televisiva de Arguiñano, ha habido algo que me ha chirriado, y ha hecho que prestase más atención al resto del programa. Sí. Lo había dicho. Y lo ha vuelto a decir. Está preparando almóndigas.

Uno, que es de ciencias pero siempre se ha llevado bien con las letras, sobre todo las impresas, no puede dejar de preguntarse… ¿será correcto decirlo así? A mí siempre me ha sonado como el culo, la verdad, pero… si lo dice un profesional de la cocina…

El mejor sitio para resolver la duda es, evidentemente, el diccionario de la RAE. Sorpresa, existe almóndiga. ¿Significado? Albóndiga, claro. Y el significado de ésta última sí que es más explícito, indicando el origen del vocablo (griego, reutilizado por los árabes). O sea, que se dice albóndiga, pero al final se ha aceptado también la versión devaluada. Si no puedes con el enemigo, únete a él. Siempre he pensado que la frontera que separa la corrección del idioma de la evolución popular por dejadez o incultura, debería estar más marcada… pero eso es otra historia…

Al menos, me he quedado mucho más tranquilo: he buscado cocreta, y no existe. De momento.

Por otro lado, y sin ninguna relación con todo lo que acabo de decir, hoy me he cruzado con una persona que me ha hecho pensar: yo nunca quiero terminar viviendo así. Un hombre de mediana edad, en un Mercedes enorme, afeitándose mientras conducía, con una niña con cara de llevar aburrida los últimos dos o tres años, en el asiento de atrás.

No sé por qué, pero he pensado que ni él ni ella eran felices…

Cosas mías…