Cine pasado por agua

Escuchando: A change of seasons (Dream Theater)

Supongo que después del besuguil comentario anterior, el subconsciente me traicionó. Puede ser. Lo cierto es que las dos siguientes películas que vi después de escribirlo fueron El Espantatiburones y La memoria de los peces.

Sobre la primera, poco que decir. Con un argumento más que escaso, mucho ruido, mucho caos visual y pocas nueces, es una película totalmente prescindible. Donde esté Nemo

Y la segunda… la segunda es un ejemplo de que yo también veo cine –más o menos– comercial. Se trata de una comedia –más o menos– romántica, una película sencilla, manufacturada en Irlanda, y ambientada en esa ciudad de la que guardo tan buenos recuerdos… Sí, es una comedia romática, pero adaptada a los tiempos que corren. Lo del chico conoce a chica quedó atrás. Esto es más bien un chico/a conoce a chico/a y/o chica/o. Con todas las combinaciones posibles. Y adornado con una agradable combinaciónd de música irlandesa y brasileña.

Una película que no pasará a la historia, pero que hace pasar una buena hora y media. No aspira a más, pero lo consigue con creces.

Y no sé si yo sería un buen pez de colores. Sólo a medias…

Para no perder el hilo acuoso, hoy he visto otra cinta también bastante relacionada con el agua. Cine oriental, que se está convirtiendo en una debilidad. Coreano, en este caso. Primavera, verano, otoño, invierno… y primavera. Del mismo director que La Isla, que me dejó más inquieto que satisfecho. En este caso, nos propone un delicioso cuento, una metáfora, un paseo por la vida siguiendo el cambio de la estaciones. Fotografía espectacular, economía de diálogos y poesía visual. Una película imprescindible para los que quieran ver algo distinto.

Para acabar el fin de semana, y aprovechando la visita al colegio electoral, me he acercado otra vez a la Filmoteca. El agua esta vez ha sido el de la lluvia por el camino. Y he comprobado una vez más que el cine francés no me deja indiferente. O me apasiona, o me aburre soberanamente. Sin término medio. Ésta vez ha sido lo segundo.

En fin. Otro fin de semana lleno de películas.

Seguiremos informando.

Su realismo, gracias

Escuchando: You can leave your hat on (Joe Cocker)

El sueño de mucha gente es que le den un papel en una película. A mí ayer en la Filmoteca -cortos surrealistas entre llamadas sin respuesta- me dieron muchos; y es que parece que le cogieron el gusto a eso de poner y regalar papelitos y carteles…

A los ya habituales, como el de prohibido introducir comida y envoltorios ruidosos (eso va por ustedes, señores, tráiganse los caramelos pelaos), se añadieron algunos más: la sustitución de una película por otra, el aviso de que la proyección iba a ser en 16mm… o incluso un aviso de última hora que decía: Los cortometrajes «Rain» y «El vampiro» se intentarán dar más adelante ya que las copias que están en nuestro poder son improyectables por el mal estado en que se encuentran las mismas. Pues vaya. Alguna coma no habría estado de más. Y en cualquier caso, eso de dar una película es demasiado coloquial para un aviso de una Filmoteca, ¿no?

Y por cierto. Señora. En el interior de la sala, la temperatura es agradable. Nada que ver con el frío del exterior. Se está a gusto, no hay riesgo de coger un resfriado, no hay corrientes traicioneras. Por eso, y porque queda un tanto ridículo -a pesar de que en una noche de cine surrealista se le pueda permitir-, la próxima vez, hágame caso: quítese el sombrero.

Seguiremos informando…

PD: Gracias Jaime, por adelantarme la noticia. Qué fuerte. Cada vez estoy más contento de haber sido tan precavido.

Cambio y corto

Escuchando: I want everything (Luna)

Ayer tenía pensado acercarme por la noche a la Filmoteca a ver cosas surrealistas (aparte de las que me pasan de vez en cuando, digo), pero una llamada de última hora me hizo cambiar de idea…

Oye, pásate por el Doménico, que hemos quedado allí, se presenta un corto y lo organiza la madre de no-sé-quién….

No me enteré de quién era no-sé-quién, pero me acerqué hasta el sitio ese… para los que no lo conozcan, es uno de los café-teatros más chulos de Santander… bueno, vale, también es el único

Una vez allí descubrí de qué iba la cosa: la madre de un amigo presentaba un corto del que era directora, guionista, intérprete, compositora… (además de que había alguna otra cara conocida entre el reparto…) así que acabé sentado en la mejor mesa del local, abarrotado de gente, con una pinta de cerveza y algún que otro canapé. Ya iría a la Filmoteca otro día…

Tras una breve presentación, se procedió a la proyección del corto, Algunos menos iguales. Proyección accidentada, desgraciadamente: el proyector dejaba bastante que desear (era mejor verlo por alguna de las televisiones planas que hay por el local que en la pantalla grande) y lo que es peor, la proyección se detuvo dos veces. Ley de Murphy y todas esas cosas, pero vamos… que con tanto corte, el corto se hizo un largo…

Me habría gustado verlo del tirón, porque así, a saltos, perdió un poco de chispa… Lo que más me gustó del corto: las reflexiones finales, con una fotografía muy bonita, y frases y melodías que se van repitiendo a lo largo del mismo, como hilos conductores de las historias que se van presentando…

En cualquier caso, lo mejor fue el ambientillo de la presentación, con esa divertidísima sesión de preguntas tras la proyección («Mamá, que no…») y las posteriores charlas y divagaciones con amiguetes y la autora, que se prolongaron hasta algunas horas después en una cafetería cercana, hablando de lo humano y de lo divino… en especial de lo primero.

Una noche diferente.

Seguiremos informando…

Tendencias (electroestáticas)

Escuchando: Electric Life (Mojo Project)

Lo que ven ustedes en la imagen es una prenda diseñada por un tal Philip Worthington. Y si no lo he entendido mal, la cosa funciona así: uno se pone eso, si se atreve, y sale a dar una vuelta por esos mundos de Dios. Y mientras nos sintamos a gusto, pues nada, a disfrutar de la vida…

Ahora, ¿qué pasa si algo nos turba? Si nos empezamos a sentir incómodos por la razón que sea, se empieza a erizar la cresta, cargándose de electricidad estática. Y cuanto más incómodos, más punkies, oiga.

Y ya si alguien nos toca… ¡zas! descarga de 100,000 voltios (¿cien? ¿cien mil? ¿cien mil no son muchos?) para el atacante.

En la página de tan original visionario podemos encontrar hasta un par de vídeos recreando un situaciones en las que la prenda podría ser útil: un bar o un callejón oscuro…

En fin. Cosas veredes, amigo Sancho

Fuente: Gizmodo

Seguiremos informando…

PD: Vale, como avance técnico-científico puede ser una tontería, sí. Pero imagínense a un servidor vestido de esa guisa, en un concierto de, pongamos, David Bisbal. Ahí, entre fans histéricas… Ave Maríaaaa¡ZAS! (una), cuando serás míaaa¡ZAS! (dos)….

Alcohol, café, tabaco y surrealismo

Escuchando: Bonnie & Clyde (Luna)

Interesante semana cinematográfica ésta; al menos en la sección alternativa de los cines de Santander. Aquí van unas cuentas propuestas…

Los cines Groucho dedican una sala a su programación regular (Confidencias muy íntimas) y la otra a un especial Premios Goya, con dos películas: la primera sesión es para Frío sol de invierno -premio al mejor director novel-, y las dos restantes para Whisky, película uruguaya ganadora del Goya a la mejor película extranjera.

Ésta última tenía ganas de verla, tiene muy buena pinta. Curiosamente, estaba prevista también en la Filmoteca para esta misma semana. Que manda huevos. Dos cines independientes en Santander, y van y programan la misma cinta. Al final en la Filmoteca la han cambiado (no pueden programar películas aún en cartelera comercial) por Es más fácil para un camello…

En cualquier caso, lo interesante es el resto de programación de la Filmoteca para esta semana: Fellini, con Las Noches de Cabiria; y una película que me muero de ganas de ver: Coffee and cigarettes. Del mismo director, Jim Jarmush, que ésta otra genialidad que vi la semana pasada, se trata de una serie de cortos que tienen como hilo común el tabaco y una taza de café. Y entre sus protagonistas, hay de todo: Tom Waits, Iggy Pop, Roberto Benigni, Cate Blanchett, Steve Buscemi, Bill Murray… ¿Jack White, Meg White? ¿estos no son The White Stripes? En fin, que tiene una pinta muy, muy apetecible.

Para completar la programación, una serie de cortos y documentales sobre el cine surrealista, que se prolongarán hasta la semana que viene…

Lo dicho. Propuestas más que interesantes. Y por dos euros la sesión filmotequera, bien se puede ver algo diferente por una vez… Avisados quedan…

Seguiremos informando…

Making movies

Escuchando: Skateaway (Dire Straits)

Hay que ver con lo que se puede hacer en un momento, con un Mac, iDVD 5, unas cuantas fotos y un par de emepetreses«Haga su propio DVD en dos patadas, fácil y divertido».

Y eso que lo he instalado antes, y aún no he investigado mucho… promete, promete…

Seguiremos informando…

¡Taxi!

Escuchando: Back in the Good Old World (Tom Waits)

Leí unas líneas sobre ella en el programa de la Filmoteca, y sonaba tan bien, que tenía que ir a verla. Y lo hice, fui anoche…

Después de comprar mi entrada, mientras esperaba a que abriesen las puertas y salieran los de la sesión anterior (El milagro de Candeal), me puse a mirar al resto de la gente que hacía cola, y llegué a la conclusión de que con esa variedad de audiencia, la película seguro que iba a estar bien. Y es que había gente con pinta de persona cualquiera, como yo; señores y señoras mayores; atractivas chicas alternativas; algún músico callejero; y un tipo con chupa de cuero y bombín. Qué cosas.

Entré, me senté en mi butaca habitual (manías que tiene uno) y a los pocos minutos comenzó Noche en la Tierra. Una película compuesta de cinco historias independientes, cada una ambientada en una gran ciudad del globo (Los Ángeles, Nueva York, París, Roma, Helsinki), pero con dos denominadores comunes: todas transurren por la noche (la misma noche, y a la vez), y todas giran alrededor de un taxi.

La propuesta era muy atractiva. Empezó bien y mal. Bien, porque la música era del maestro Waits. Mal, porque la primera persona en aparecer en pantalla fue Wynona Ryder. Pero bueno, no todo iba a ser perfecto…

Un par de horas después salí del cine con la sensación de haber visto una de las películas más interesantes y divertidas que me han pasado por delante de los ojos en los últimos meses. Lo mejor, para mi gusto, las historias ambientadas en Nueva York, y sobre todo, en Roma. Un Roberto Benigni sobreactuando (raro en él, ¿no?) como taxista parlanchín, caradura y pecador…. El final de la historia acaba pareciendo uno de aquellos números de Pepe Viyuela, pero bueno, se le perdona…

Una película altamente recomendable, sí. Además, ¿quién no ha tenido alguna vez una aventura extraña en un taxi?

En fin. Que visto lo de ayer, ya estoy deseando ver otra película del mismo director, y con un variadísimo reparto, Coffee and cigarettes, que tienen por allí el cartel con un letrero de próximamente (al igual que 2046, por cierto…)

Seguiremos informando…

No hay huevos

Escuchando: The Extremist (Joe Satriani)

Me gustaría añadir una foto para acompañar estas líneas, pero sinceramente, me he quedado en blanco. Así que sencillamente, dejo la noticia… Cómo anda al patio, madre mía. Cómo anda el patio…

Un fanático celebró la victoria de Gales cortándose los testículos

Un fanático aficionado de la selección galesa de rugby se cortó los testículos para cumplir una promesa hecha a varios amigos a raíz de la victoria de Gales sobre Inglaterra por 11 a 9 el pasado sábado, el primer triunfo en 12 años. Poco antes del partido, Geoff Huish, de 26 años, había prometido a los amigos con quien bebía en un bar: «Si Gales gana el partido, me corto los testículos». Sin embargo, sus amigos pensaron que estaba bromeando. Después de que la selección de Gales selló su victoria, el joven salió del bar en dirección a su casa y se cortó los testículos con un cuchillo. Después retorno al bar, donde mostró la ‘hazaña’.

Fuente: El Diario Montañes.

Seguiremos… ¿informando?

El escritor escribe

Escuchando: Un lugar encendido (Maga)

«El escritor escribe. Si alguien quiere aprender a escribir podrá llegar a ser una persona que escribe, pero nunca será un escritor». Según Raymond Chandler, entonces soy un escritor, ya que escribo. Me faltaría saber si escribo bien, y si tengo un estilo propio. El estilo no se busca, se tiene o no se tiene y no se sabe el porqué. […]

No sé si lo que nos pasa es una historia que valga la pena contar. No sé si hay una historia o si esto será un diario o un cuaderno de notas. Sé que hay desorden, decepción, desconcierto. Hay un país que nos destruye, un mundo que nos expulsa, un asesino difuso que nos mata día a día sin que nos demos cuenta. No tengo una respuesta. Escribo desde el caos, en plena oscuridad.

Ya hablé hace tiempo de esta película, ya transcribí estas mismas líneas, pero nunca está de más recordarlas… yo me acuerdo mucho de ellas cada vez que intento hilvanar cuatro palabras seguidas…

Lugares comunes… película descubierta por casualidad en la Filmoteca, se convirtió al instante en una de mis películas imprescindibles. Desde estas primeras líneas que introducen la cinta, hasta los títulos de crédito, una completa y absoluta delicia. Hay escenas antológicas, como esa gresca del protagonista con el rector de su universidad, o esos literarios flirteos maduros fotocopiadora mediante.

Una película para emocionarse, para pensar, para disfrutar, para sentir

Esta noche, a eso de las diez, por la Primera. Luego no digan que no se han enterado, o que no dan nada decente por la tele. De vez en cuando, sí.

Seguiremos informando…

PD: ¿Alguien sabe si la novela Renacimiento, en la que está inspirada la película, se ha editado en España? Nunca he conseguido encontrarla. Su autor es Lorenzo F. Aristarain, primo del director…

7:35 de la mañana

Escuchando: Moving Pictures Silent Films (Great Lake Swimmers)

Hasta ahora no había comentado nada, porque no lo había visto…

Siempre es interesante que un cortometraje español esté nominado a los Oscar… y si además su autor es cántabro, pues mejor que mejor…

Lo de los cortos no suele defraudar. Economía de medios, de presupuesto, de metraje… pero no de ingenio. Una pena que, al menos aquí, no existan canales regulares para su distribución…

Con 7:35 de la mañana, encontramos la excepción. Porque lo tienen fácil, lo pueden ver ustedes en el magnífico weblog del autor; o, si piensan que el tamaño sí importa y prefieren disfrutarlo a lo grande, esta semana todas las películas de la Filmoteca van precedidas por la proyección del corto.

Que, todo sea dicho de paso, me gustó. Mucho más que la prescindible película que vi a continuación. Y como hoy igual repito visita a la Filmoteca, lo volveré a ver. Aunque ya me sepa el final.

Seguiremos informando.