Lo mejor, la pirámide

Escuchando: Hung up (Madonna)

1. Aperitivo miniatura
2. Terrina de foie grass artesana con frutos secos, zanahoria escarchada y diversidad de tostas.
3. Templado y crujiente de queso sobre variedad de hortalizas, manzana y orejones con aceite de frutos secos.
4. Lomos de merluza con batido de queso, y pochados al horno en Chardonnay.
5. Tronzón de solomillo sobre milhoja de patata trufada.
6. Pirámide de chocolate con praliné de avellana en su centro.

Y hoy, otra cena. Pero más tradicional. Milenaria, vamos. Toca japonés.

Seguiremos informando.

Escuchando música de pingüinos

Escuchando: All is white (Emilie Simon)

Pues sí. Nadie dijo que yo fuese normal. Pero en este caso, tiene su explicación. Llevo todo el día escuchando música de pingüinos, pero se trata de la banda sonora de un documental sobre los ídems.

Ya hace tiempo, un maravilloso documental sobre las aves migratorias me dejó impresionado por sus imágenes, y también por su música. En aquel caso era Bruno Colais el que estaba detrás de la partitura (también es autor de la de Los Chicos del Coro), con ayuda incluso de Nick Cave.

El viaje del emperador es un documental sobre pingüinos acerca del que tenía cierta curiosidad. Mal hecho, debería haber tenido mucha más. Lo he visto ayer y me ha encantado. La narración es un poco teatral para mi gusto, pero las imágenes y la historia son bellísimas. Y la música me llamó especialmente la atención. No, no sonaba Jean Michel Jarre mientras los pingüinos andaban hacia adelante y hacia atrás, no. La banda sonora está compuesta por Emilie Simon.

Me sonaba su nombre. Luego he caído. Alguna de las veces que estuve comprando música en Francia, vi un disco suyo (la portada era muy llamativa) y lo estuve escuchando en la tienda. Sonaba muy bien, aunque finalmente no lo compré (mal hecho, disfruten de esto, sobre todo los fans de Tim Burton)

En La Marche de l’empereur, Emilie suena como una mezcla de Björk con Sigur Rós, consiguiendo un sonido que le va perfecto a las imágenes de la película, y con dos o tres temazos que se quedan inmediatamente grabados a hielo. Ideal para días de frío.

I want to live
In paradise
I want to live in the South
I want to live
In paradise
At the south of the Earth tonight

Seguiremos informando.

Un tal Iván

Escuchando: Mi juguete personal (Carlos Rodríguez)

Estaba antes guardando unos discos, cuando me he encontrado con el cd. Hacía mucho que no lo escuchaba, lo he sacado para verlo y ha acabado sonando, claro.

No quiero pomelo es una recopilación casera de canciones pop que unos amigos han ido grabando, para sí mismos o para músicos allegados, en su local de ensayo. Hay de todo. Desde los principios duncandhunescos de alguno, hasta canciones presentadas a Eurovisión; pasando por temas de un musical infantil sobre Charlie y la fábrica de chocolate (lo siento Elfman, no puedes luchar contra esto) o por aquella versión del tema de Star Wars con la que hace tiempo poníamos banda sonora a las guerras de bolas de papel en el trabajo.

Y hay también canciones que me traen muchos recuerdos. Días de risas, de canciones, de coros, de alcohol, de casas en pueblos, de música hasta las tantas de la mañana. Una de esas canciones, que conocimos desnuda y fue creciendo con el tiempo, es Mi juguete personal, de mi amigo Carlos. Aunque siempre la llamábamos la canción del tal Iván. O del talibán. Me tomo la licencia de dejar aquí la letra…

Cuentan una historia los más viejos del lugar
Se sientan y narran las desgracias de un tal Iván,
Un hombre distinto
Al que Dios no quiso dar el viejo arte de amar

«Es guapo y apuesto», decían las damas sobre Iván.
En cambio, en silencio él caminaba hacia el bar.
Su vida era fría, no encontraba una mujer,
El amor se olvidaba de él.

Y todas las noches, Iván volvía solo de beber
Y todos los días preguntaba a Dios por qué
Y Dios le decía, humillando al pobre Iván
Tú eres mi juguete personal.
Maldito seas, Iván
Yo no te hice para amar
Tú eres mío y no de los demás
Mi juguete personal.

Pero llegó el día
En que nuestro hombre decidió morir
Cogiendo el cuchillo, lo clavó dentro de sí
Y entonces pensó: tal vez esto sea amor
Ese puñal en mi corazón.

Maldito seas, Iván
Yo no te hice para amar
Tú eres mío y no de los demás
Mi juguete personal

Y si un dia por el Cielo me encuentro contigo
Yo te hice y yo te destruiré
Tú no tenías derecho a acabar contigo
Te lo aseguro, me acordaré

Maldito Iván.
Maldito seas, Iván
Yo no te hice para amar
Mi juguete personal.

Seguiremos canturreando.

La Wikipedia del autoestopista galáctico

Escuchando: Fidelity (Starsailor)

Sigo leyendo la saga de la Guía del autoestopista galáctico, he empezado ya el segundo libro. En él, se habla precisamente de esa guía que da nombre a las novelas…

Y en muchas de las civilizaciones más relajadas del Borde Exterior Oriental de la Galaxia, hace tiempo que ha sustituido a la gran Enciclopedia Galáctica como fuente estándar de todo conocimiento y sabiduria, aunque tiene muchas omisiones y contiene mucho que es apócrifo o, al menos, muy inexacto, supera a la anterior y aburrida obra en dos importantes aspectos. Primero, es ligeramente más barata; y segundo: tiene las palabras DON’T PANIC impresas en letras simpáticas y grandes en la portada.

Al leer este párrafo (la traducción improvisada es mía, el libro lo tengo en inglés) había algo que me resultaba vagamente familiar. Claro. A veces la realidad supera la ficción. Otras, sencillamente, la imita.

Seguiremos leyendo.

Pírate, viejo

Escuchando: Disappear (Dream Theater)

He visto el anuncio por televisión un par de veces. Es una campaña dedicada a las personas mayores, promovida por algún Ministerio. Por increíble que parezca el anuncio incluye la frase (cito de memoria, pero si no es literal, será por bien poco) siguiente: estás en una edad para desaparecer.

Y tan anchos. Con dos cojones.

Seguiremos informando.

¡Bobotonto!

Escuchando: Ciudadano A (Iván Ferreiro)

Que no digo yo que se lo esté llamando a él, ¿eh? Ahora, que si se da por aludido, es su problema. Yo no he dicho quién es el bobotonto. Y si no he dicho quién es, la pregunta que cabe hacer es por qué alguien podría salir en defensa de ese señor al que yo no he llamado lo que ellos habrían entendido que yo le llamé.

Pero qué patético. Ya no le ajunto, seño.

Seguiremos informando.

Poderoso caballero busca aparcamiento

Escuchando: The Trees (Rush)

Siempre ha sido una de mis zonas preferidas de Santander. La he recorrido mil veces, de niño, de mayor, de día, de noche, con prisas y sin ellas, encontrándome con gente o en solitario, sobre hojas y sobre cristales, en línea recta o jugando a que me invento un camino

Tiene una parada de autobús donde espero todas las mañanas con cara de sueño; tiene puestos de flores y de hippies, a veces una churrería; tiene bares, tiene terrazas, tiene columpios, tienes quioscos… y árboles, árboles centenarios que han vivido inviernos, temporales, bombas… alguno incluso decidió dejarse caer, hace unos meses…

En fin, una de esas calles con historia, nuestras Ramblas: la Alameda de Oviedo, o Alameda, a secas. Una zona con mucho pasado… pero con un futuro dudoso.

Nuestro querido Ayuntamiento tiene grandes planes para este paseo de nuestra ciudad. Levantarlo, construir un parking subterráneo, y los árboles… mmmm… ¿el cemento es signo de modernidad, no?

Argumentan grandes razones: 228 plazas de aparcamiento vendrán de perlas a los vecinos. Lo que no deja de ser un argumento peculiar. A ambos lados de este paseo hay sendos aparcamientos subterráneos, siempre con plazas (uno de ellos sólo usa todas sus plantas cuando hay toros en julio). Gran parte de las viviendas de la zona tienen garaje privado, y hay otro garaje de generosas dimensiones por allí. Los vecinos dicen que NO quieren ningún parking y se han lanzado a la calle, han llenado sus ventanas de pancartas, y andan recogiendo firmas. Con razón.

El proyecto, que yo sepa, sigue adelante. Esperemos que la movilización ciudadana haga ver la luz a nuestro raramente excelentísimo alcalde. Porque… ¿qué razones puede haber más importantes que el bienestar de los ciudadanos?

Seguiremos informando.

PD: Ah, sí, se me olvidaba. La cadena El Corte Inglés ha comprado el local que ocupaba el antiguo Cine Capitol. Lo van a convertir en un hipermercado. Está justo en la zona donde planean construir el parking, pero… no creo que tenga nada que ver, ¿no?

Postal y cual

Escuchando: Slow man (Mist)

Objetivo para esta noche: terminar mi postal navideña.

Objetivo cumplido. Ha quedado… original, creo yo. Sencilla, muy sencilla, pero distinta.

Si a lo largo del día de mañana no se la encuentran en sus buzones de entrada, avísenme. Lo mismo se me ha traspapelado su dirección. O sus programas de correo lo han tomado por spam, que todo puede ser.

Pero mañana, mañana lo envío, que hoy tengo mucho sueño, y no son horas ya de andar despierto.

Seguiremos informando.

Historia de tres postales

Escuchando: The district sleeps alone tonight (The Postal Service)

Postal #1. Todos los años, la Universidad nos hace un pequeño obsequio por estas fechas. Un grabado, un disco de villancicos, un libro. El típico detalle elegante y totalmente prescindible, una tontería en la que se dejarán, seguramente, una buena suma de dinero. Este año no, este año sólo nos hemos encontrado con una escueta postal navideña. En ella, explican que el dinero lo han dedicado a una causa benéfica. Loable iniciativa, bravo. Eso sí, no habría estado de más indicar también a qué iniciativa benéfica se ha destinado. No vaya a ser que se trate de una cesta para el rector.

Postal #2. La del V-Pino. O sea, la postal que hacemos los que trabajamos en la sala de la Universidad donde trabajo. Todos los años hacíamos una. En 2002 pusimos el liston tan alto que nunca lo llegamos a superar, aunque el año siguiente no lo hicimos mal. En 2004 no estaba inspirado y no hice nada (porque siempre soy yo el encargado del tema), y este año hemos retomado, con sencillez y humildad, la buena costumbre.

Postal #3. Mi postal. Todos los años felicito las fiestas a amigos y familiares con mi propia postal navideña. Y la de esta temporada, la tengo ya a medio terminar, así que permanezcan atentos a sus buzones de entrada.

Seguiremos felicitando.