A mí no me abla nadie

Escuchando: Don’t speak (No doubt)

Coincidiendo con la nueva imagen de Movistar (ya, saben, esa campaña en la que se han gastado 75 millones de euros para calcar el logo del Canal Megatrix), ha abierto una nueva tienda de telefonía en Santander.

Ahora bien. Me da igual que tengan el nombre regitrado; me da igual que sea el resultado de obtener el acrónimo de la denominacion social de la empresa, o las iniciales del árbol genealógico de la comercial a la que tira los tejos el primero. Me da igual. Me la suda.

Pero eso sí, como nombre para una tienda de telefonía, me parece muy poco afortunado. Muy poco. Nada, vaya.

Y ya que hablo de Telefónica y filiales, aprovecho para dejar por aquí el enlace al weblog de El Teleoperador, donde un sujeto que se gana las perras (pocas, seguro) haciendo lo que indica su nombre, cuenta sus desventuras. Sin desperdicio, claro. Y es que teleoperador que controla y usuario inepto es una de las dos combinaciones que pueden producir conversaciones surrealistas. La otra es teleoperador inepto + usuario que controla (todavía no me he recuperado de aquella llamada en la que me ofrecían un móvil con inflarrojos… sic…)

Hoy he hablado yo también con una teleoperadora. De FNAC, en concreto. Tienda a la que (al menos en su versión on-line) estoy cogiendo un poco de tirria. Su pasarela de pago no funciona ni con Mac (no problem, ahora mismo no tengo) ni con otro navegador que no sea el Internet Explorer (vayapordió). Y encima, compro un producto en el que ponía disponible en 24 horas, y en la confirmación del pedido me dicen que lo recibiré el día 14. Cojonudo.

Lo que he comprado es el disco duro externo para intentar sacar mis datos del Mac. Sí, aún sigo así. Después de patearme la semana pasada todas las tiendas y centros comerciales para comprobar que no había lo que yo quiero en todo Santander, lo encargo en Pc-Box, me dicen que me lo traen para hoy, pero, oh, cielos: no hay existencias y no saben cuándo tendrán. Qué dolor, qué dolor, que pena. Quién me mandaría a mi vivir en un pueblo sin existencias de nada…

En fin. Seguiremos despotricando. Informando. Pero nunca ablando.

PD: Echo de menos mi Mac. Cuando usaba el PC sólo para un par de cosas, iba de fábula. Ahora que lo uso por narices para todo, ya llevo un par de reseteos súbitos y alguna pantalla azul. Viva.