Escuchando: Private Universe (Crowded House)
Sé que a veces parezco bobo. Y también sé que muchas veces, lo parezco más aún. Hay gente que se encuentra conmigo por la calle, se paran a saludarme, y se encuentran con una persona que gruñe más que habla, que no tiene una conversación muy fluida… como si me acabase de despertar…
Y es que cunado voy por la calle, suelo ir en mi mundo, en mi universo privado. Pensando en mil cosas, o metido en -más que escuchando- la música que me empotro en los oídos.
Imaginaos. Love is blindness a tope, mientras doy un paseo de vuelta a casa. Volver a poner de golpe los pies en la tierra, volver a escuchar los ruidos del exterior, buscar las palabras para entablar una conversación así, de repente, me requiere cierto período de descompresión. Despertar.
Y si encima la persona que me para es un desconocido que me bloquea el paso, y me pregunta por una zona de la ciudad que tiene delante de las narices, y decide ir hasta allá en taxi, porque -si no le entendí mal, que es muy probable- literalmente no tenía media hostia, porque había dado positivo e iba fino, pues… cómo decirlo. Acaba siendo de lo más surrealista. Qué gente.
Claro que, por otra parte, en eso de hablar recién despierto estoy cogiendo bastante práctica. Sobre todo desde que alguien ha puesto en una guía telefónica que el teléfono del Ayuntamiento de Bezana es el de nuestra empresa, habitualmente desviado a mi móvil. Día sí, día no, cae alguna llamada a primera hora.
Anécdota verídica. Día de fiesta. Ocho de la mañana. Suena mi móvil, número desconocido… lo cojo a tientas desde la cama.
RTZ: … … s … ¿sí?
Desconocida: ¡Hola! ¿Sabe si hay hoy alguna fiesta en algún prau?
RTZ: … ¿¿¿¿???? ….
En fin. Seguiremos informando.