Escuchando: Nada que decir (fito & Fitipaldis)
Poco hay que decir del concierto de Fito & Fitipaldis de ayer. Cumplió y superó espectativas. Llenazo, buen sonido, una buena selección de sus tres discos, canciones rearregladas para el directo y para la formación sobre el escenario (dos guitarras, bajo, saxo y batería), increíbles duelos instrumentales, e invitados: Soldadito Marinero fue interpretada a dúo con el cantante de La Fuga; canción que en directo podría haber sido ñoña, pero que con una nueva coda acelerada al final, y coreada por el respetable, se convirtió en el himno de la noche.
Más sorprendente fue el espectáculo de la telonera, Mürfila. No me cabe ninguna duda de que, antes de salir al escenario, alguien le ofreció a ella y a su banda sustancias psicotrópicas y no las rechazaron. Su concierto no fue normal. No es que fuera malo, fue efectivo, divertido. No sonaba especialmente mal, tampoco especialmente bien, pero teniendo en cuenta que parecía que tenían dificultades para manternese en pie, tiene su mérito.
Mürfila intentó hacer dos veces el pino sin éxito. Mürfila casi le revienta la cara a su bajista de un guitarrazo. Mürfila se tiró/cayó al suelo en un par de ocasiones. Mürfila interpretó Mamá cómprame unas botas, en plan punk. Mürfila entre canción y canción dijo cosas como a,e,i,o,u, o jadeos varios. Mürfila se atrevió con un poco de ópera, pero lo acabó con un hay que follar más.
Mürfila me dejó con una sensación mezcla de miedo y morbo, pero se marcó un medley con el no woman no cry y el so lonely, que hizo botar a todo el mundo, y acabó por encender los ánimos de la noche.
Loca. Pero efectiva.
El resto de la noche estuvo bien. O al menos lo suficiente para que yo acabase llegando a mi cama a eso de las siete de la mañana, con los pies reventaos después de once horas por ahí, y con camisetas importadas del pasado. Qué cosas.
Seguiremos informando. Que ahora me voy a ver 7 vidas.
PD: No llevé la cámara al concierto (la foto que he puesto ahí arriba es cortesía de mi móvil), no estaba seguro de que me la dejasen meter, y además no quería estar pendiente de ella toda la noche. Una pena, porque desde donde estuvimos creo que habrían quedado fotos muy majas. La silueta de Fito es inconfudible.