La vida es una tómbola

Escuchando: Playground love (Air)

Hoy he estado en mi antiguo colegio. El 24 de mayo, María Auxiliadora, siempre fue el día de fiesta grande entre aquellos muros, y lo sigue siendo. Hacía muchos años que no iba por allí (sólo había entrado en la iglesia a alguna boda), pero todo sigue más o menos como lo recordaba.

Siguen poniendo los mismos banderines, siguen haciendo la misma tómbola (para alegría de mi sobrino, que se ha llevado una espada), siguen poniendo música en los patios (aunque con bastante peor gusto, antes los mayores nos ponían a Queen), algunos curas no envejecen, otros sí… Eso sí, nuestros juegos del Antiguo Testamento estaban mucho mejor que las atracciones hinchables que ponen ahora. Y en nuestro campo grande, ahora hay un parking y un polideportivo en construcción. He reconocido también algunas caras que hace años que no veía. Muchos iban empujando cochecitos de niño. Con niño, claro.

Ha estado bien, pero no me he quedado mucho tiempo. Me quedan ya muy lejanos aquellos años, y hay recuerdos que es mejor dejarlos quietecitos, sin menearlos demasiado, para que no se rompan.

¿Los tiempos cambian? No lo sé, pero para reflexionar sobre ello, me he comprado después Vientos de agua en dvd, que ya tocaba. Habrá que buscar este fin de semana un rato para ir viendo algún capítulo.

Seguiremos informando.

Le dijo la trucha al trucho

Escuchando: Weather with you (Crowded House)

Tengo que visitar más a menudo a los hijos de mis amigos. Hoy ha sido verme el careto y echarse a llorar. Ha durado poco, en seguida era ya verme el careto y ponerse a posar… ¡foto!

Después de una tarde de juegos infantiles, la vuelta a casa ha sido como un paseo bajo la lluvia, pero… no, sin pero: un paseo bajo la lluvia. Música, y un paraguas para que mi constipado no se haga fuerte en mí, aunque da igual: aquí eso de que llueve para abajo es una verdad a medias, y los paraguas solo son útiles así también; a medias.

Luego, mientras cenaba, salía la previsión del tiempo en La Primera. Siempre me hacen gracia, se aventuran a hacer previsiones para los próximos cuatro días, y ni siquiera aciertan con el tiempo que ha hecho hoy (decía el hombre que había habido algún chubascos débil por aquí, y ha estado toda la tarde lloviendo como si no lo hubiera hecho nunca). Las previsiones del tiempo en esta tierra son como las de mi humor: se pueden hacer pero no sirven para mucho. Prever algo tan cambiente es como tirar una moneda al aire y ver si sale cabeza o número (mi jefe dixit).

Después de la información meteoro¿lógica? ha empezado esa joya televisiva que es Mira quien baila. Sic. Poco se puede decir de un programa donde, por ejemplo, sale Miriam Díaz Aroca (algún día la gritaré, para vengarme) o el famoso Mariano Mariano (que es célebre por… por eso de.. ¿por qué es famoso?) es juez en un certamen de baile. No haré más comentarios. Engullí rápidamente un par de napolitanas de chocolate y huí de la cocina, lejos de la caja tan tonta.

En fin. Cosas de un lunes.

Seguiremos informando.

PD: Ya que hablaba de mi jefe. Yo trabajo de… ¿de qué? Hoy he estado evaluando un artículo sobre la cría de la trucha. Si, de la trucha. Lo que viene siendo una trucha. Ya saben. Trucha. Pues eso.

No he leído El Código Da Vinci y me da igual

Escuchando: Everybody’s gonna be happy (The Kinks)

Cada día que pasa de mayo, queda menos para junio. De cajón.

Este año me apetece que me apetezca el verano.

Hoy toca inauguración de una casa, una de esas invitaciones imposibles de rechazar. Pero antes, pasaremos por nuestro bar habitual. No, no lo tenemos aún, pero queremos empezar hoy.

Si siempre se deja para mañana lo que podrías hacer hoy, nunca podrás contar todo lo que hiciste ayer.

O algo así.

Seguiremos informando.

¿Blanco o negro?

Escuchando: Paint it black (The Rolling Stones)

Pues hoy ha sido el día: Apple acaba de presentar sus nuevos portátiles de gama baja, los sustitutos del modelo que tengo yo.

Qué decir. Evidentemente, son preciosos, tienen cámara integrada, un micro muy potente… y ¡negros!

Bueno, se puede elegir: blanco, o negro. Más o menos, porque los números no me cuadran. O esto es un gazapo de Apple, o aquí algo no encaja. Fíjense en la captura de pantalla: hay tres modelos: dos blancos y uno negro. El de 1069 euros, vale, lleva un micro más lento, y por eso es más barato. Perfecto.

Pero… ¿y los dos que tienen el micro a 2 GHz? La única diferencia que veo son 20 Gb de disco duro… ¿200 euros por eso? No lo veo muy normal: el blanco se puede ampliar hasta 80 GB de disco duro, pero el negro no se puede poner con un disco duro más pequeño. Es más, un MacBook blanco a 2 GHz, personalizado con un disco duro de 80Gb, sale por 1309 euros… ¿160 euros más barato sólo por la diferencia de color? ¿raro, no?

En cualquier caso, el blanco es mucho más bonito.

Mucho.

Vaya si es bonito.

Seguiremos informando.

Desde que planté un mandarino en mi jardín, el cuco de la montaña espera ahora allí

Escuchando: A l’envers à l’endroit (Noir Désir)

Contrastes. Ayer fue un sábado con mucha pereza, que pasé en casa perreando, leyendo, escuchando música, y viendo alguna película.

Hoy, en cambio, ha sido un domingo muy bien aprovechado. A primera hora ya estaba echando un vistazo por un mercadillo que ponen aquí en el interior de un túnel (sí, suena raro… en realidad lo es), donde no he visto nada interesante, salvo algo muy interesante (las cámaras antiguas son muy bonitas… quizás otro día me acerque y pregunte)

Después, tocaba fiesta matutina. De Intermón Oxfam, para ser exactos. Allí nos dejamos unos euros para la causa (yo los cambié por un bolso ¿banderola? bien chulo) y disfrutamos de un poco de buena música: folk con Cahórnega, y rock con Lazy… aunque a éstos últimos me los tuve que perder: hoy había comida familiar y conciertos hay muchos, pero madrenohaymásqueuna y todo eso…

Después de empezar a digerir la más que copiosa comida, ha comenzado la tarde lúdico/cultural. Ha empezado en una curiosa exposición de caligrafía japonesa, y ha seguido con otra visita a la feria del libro. Después, último intento para ver de nuevo la exposición de fotografías de la naturaleza (esfuerzo inútil: ¿para qué pondrán en los carteles que termina el día 7, si los domingos no lo abren?), y fin de gira en una exposición de Chillida, bastante interesante.

Café sin café (pero con zumo y té), y retirada. Un poco de conversación telefónica y punto final al domingo. No ha estado mal, no.

Seguiremos informando.

Por su culpa

Escuchando: My friends (Red Hot Chili Peppers)

Lo habitual es que después de un fin de semana de albergue, de naturaleza y de aire libre, aparezca aquí una foto que intente dar idea de la grandiosidad de algunos rincones de esta tierra, de sus paisajes, bla, bla, bla.

Esta vez no. Esta vez voy a hacer algo de muy mala educación: señalar con el dedo. No están todos los que han ido, ni han podido ir todos los que son… pero los que aparecen arriba son parte importante de los culpables de que esta escapada haya sido una colección de risas (muchas), de paseos (no me he caído, pero sigo igual de patoso), de visitas a castillos, de chimeneas, de mucha gente en un albergue muy chulo, de partidas de trivial (ganamos por agotamiento, yo creo), de mucha comida, de cañas y cervezas de verdad (que el albergue tuviese Grimbergen fue un plus), de ronquidos, de disparos (de cámaras, y de pintura, qué divertido el paintball, impresionante), de descensos (no, yo no me animé, quizás para la próxima, pero alguien tenía que hacer las fotos a los que sí se decidieron a hacer rappel), de nieve, de telesillas, de meditación, de budas, de trucos de magia, de orujos…

Hay personas con las que, sencillamente, es muy difícil no pasarlo bien. Prácticamente imposible

¡Gracias gente! ¡Nos vemos en la próxima!