Por su culpa

Escuchando: My friends (Red Hot Chili Peppers)

Lo habitual es que después de un fin de semana de albergue, de naturaleza y de aire libre, aparezca aquí una foto que intente dar idea de la grandiosidad de algunos rincones de esta tierra, de sus paisajes, bla, bla, bla.

Esta vez no. Esta vez voy a hacer algo de muy mala educación: señalar con el dedo. No están todos los que han ido, ni han podido ir todos los que son… pero los que aparecen arriba son parte importante de los culpables de que esta escapada haya sido una colección de risas (muchas), de paseos (no me he caído, pero sigo igual de patoso), de visitas a castillos, de chimeneas, de mucha gente en un albergue muy chulo, de partidas de trivial (ganamos por agotamiento, yo creo), de mucha comida, de cañas y cervezas de verdad (que el albergue tuviese Grimbergen fue un plus), de ronquidos, de disparos (de cámaras, y de pintura, qué divertido el paintball, impresionante), de descensos (no, yo no me animé, quizás para la próxima, pero alguien tenía que hacer las fotos a los que sí se decidieron a hacer rappel), de nieve, de telesillas, de meditación, de budas, de trucos de magia, de orujos…

Hay personas con las que, sencillamente, es muy difícil no pasarlo bien. Prácticamente imposible

¡Gracias gente! ¡Nos vemos en la próxima!