El retorno del hombre feo

Escuchando: Always together (Sergio Makaroff)

Poniendo la otra mejilla: aquí dejo otra foto de Sergio Makaroff en concierto, perteneciente a su nueva visita a Santander, hace unos días. Con unas cuantas canciones nuevas componiendo un repertorio, como siempre, sencillo y simpático. Gran concierto, una lástima que el número de gatos apenas superase los cuatro. Estuvo interesante también su telonero, Pablo Moro. El disco suyo que nos llevamos de recuerdo, eso sí, no le hace justicia. Comercialote, trillado, y con una colaboración del mismísimo Melendi. En directo, sólo guitarra y voz, sonó mucho más interesante y maduro.

La foto, como decía, ahí queda. Para el recuerdo, y para quien la quiera, si la quiere bien.

Seguiremos informando.

Los Seis Días

Escuchando: Andante con Vespa (Los Seis Días)

Se me quedaron en el tintero algunas cosas que quería comentar del viaje que hice a Barcelona hace unos días. Una de ellas es el concierto en el que estuvimos. Lo bueno de una gran ciudad es que siempre hay mil conciertos pequeños por los que dejarse caer. En este caso, el elegido fue el de Los Seis Días, en la sala Be Good.

Los Seis Días son un grupo de pop con una fuerte presencia femenina, que están a punto de presentar su primer disco: Lunes. Los conocí porque cayeron en la órbita de la omnipresente Lyona: se ha encargado de sus fotos promocionales, aparece en uno de sus vídeos, y ha dirigido otro… éste último clip se presentaba unos días después de nuestra visita, y me dio mucha rabia perdérmelo: se trata de una emotiva canción de odio en la que canta Santi Balmes, de Love of Lesbian. Pimpinela para los tiempos modernos, y en versión indie. Hasta la fecha no he conseguido encontrar el videoclip en Internet, así que de momento habrá que conformarse con esto

El concierto al que fuimos estuvo muy bien, eso sí. Tuvieron teloneros, Le Vian Sonore, con más intenciones que resultados, pero ayudaron a calentar el ambiente pese a ser una música ideal para escuchar sentados. Luego ya con Los Seis Días comprobamos que acercarnos al Be Good había sido, definitivamente, una buena idea. Tienen muy buen directo, y así es fácil disfrutar canciones como Andante con Vespa. Una pena que Santi Balmes no apareciese por sorpresa para cantar su dúo.

En definitiva: interesantes. Habrá que seguirles la pista…

Seguiremos informando.

Se acabó lo que se impartía

Escuchando: School’s out (Alice Cooper)

Con un guiño final a Los Simpson (no ha sido el único) he terminado esta mañana mis prácticas de informática… como profesor. Mis alumnos han sufrido unas sesiones de teoría en un horario muy difícil (contar la historia de la informática en la sobremesa debería estar prohibido), y unas cuantas prácticas en las que han aprendido a manejarse con más soltura en Word, Excel, PowerPoint… y también a odiar Access, que sé que lo han hecho.

Ha sido divertido y una bonita experiencia… que, lástima, no se repetirá: el próximo curso esta asignatura desaparecerá del programa a la boloñesa, y no formará parte del programa de la carrera (de Fisioterapia).

Ahora ya sólo queda preparar el examen, que será de tipo test, y muy sencillo. Seguro.

Seguiremos informando.

Si la vaca muge, ¿qué hace el toro?

Escuchando: Marlene, la vecina del ártico (Love of Lesbian)

El largo fin de semana ha dejado un buen montón de recuerdos de tierras catalanas. Han sido unos días para disfrutar sin prisas ni preocupaciones, que de vez en cuando es buena medicina.

Allí han quedado las citas en el Phila para organizar las excursiones, los conciertos y los bares frikis; el bar de las bolas, sus batidos y las comilonas en las masías; los pueblos amurallados y los paseos por las calles de Barcelona, los atascos y las carreteras con curvas, los macarras y las bromas. Ya iré colgando alguna foto de las que me he traído; aunque no hayan sido tantas como otras veces, las guardaré a buen recaudo para no olvidar cómo es eso de viajar sin dejar de sentirse como en casa. Así da gusto. Mil gracias, vecina, y siempre serán pocas.

Seguiremos informando.

PD: Brama. El toro brama.

Olympus y el sentido común

Sorprendentes declaraciones las de Akira Watanabe, responsable de planificación del departamento de cámaras réflex de Olympus, que ha hecho pública la decisión de la marca de plantarse en la carrera por los megapíxeles. Doce son suficientes para la mayoría de los usuarios, y se van a centrar en mejorar otros aspectos de sus cámaras réflex: reducción de ruido a altas sensibilidades, más rapidez y precisión en el enfoque, etc.

[OE]Se trata de un movimiento digno de aplauso. Una cámara no es mejor por tener chorrocientos megapíxeles. Seamos prácticos: tanta resolución sólo sirve para que nuestros archivos ocupen mucho, y tengamos que gastarnos más dinero en tarjetas de memoria. Así de claro. La mayoría de nosotros no nos vamos a dedicar habitualmente a ampliar nuestras imágenes en tamaño valla publicitaria, así que casi todos esos megapíxeles no son más que un reclamo publicitario. Nada más. Los que pasan por el salón de mi casa pueden comprobar de manera práctica -y enmarcada- cuánto pueden dar de sí seis humildes megapíxeles.

Hay otros factores que influyen mucho más en la calidad de las fotografías obtenidas por una cámara: su comportamiento con sensibilidades altas, la óptica que usemos (¡importantísimo!) y sobre todo: el fotógrafo. Todo lo demás, es secundario, y la competición que tienen algunas marcas por presentar sensores con resoluciones cada vez mayores sólo está beneficiando a los fabricantes de tarjetas. Ténganlo en cuenta.

Seguiremos fotografiando.

Santoral

Escuchando: Yes I’ts Fucking Political (Skunk Anansie)

Hoy, 12 de marzo, el santoral recuerda a San Bernardo, obispo; Edguno, presbítero; Maximiliano, Pedro, Mamiliano, Zono, Alejandro, Duno, Orión, mártires; Teófanes, Nicodemo, Paulo, Aureliano, confesores; Geraldo, abad.

Y además, es San Martín. Habrá que celebrarlo.

Seguiremos informando.

Vicky Cristina Barcelona

Escuchando: Barcelona 92 (La Habitación Roja)

Después de haberme quedado en la puerta de la Filmoteca sin entradas para verla, este pasado fin de semana alquilé por fin Vicky Cristina Barcelona. Las películas de Woody Allen siempre me terminan gustando: o me parecen muy buenas, o en el caso de sus obras menores, son una manera muy digna de pasar un buen rato.

Pero no. Vicky Cristina Barcelona me ha decepcionado, mucho. Y eso que no tenía las expectativas muy altas. Dejando a un lado su recreación en los tópicos (al menos no se bailan sevillanas, eso sí), la historia y muchas de sus escenas están traídas por los pelos. La banda sonora acaba siendo bastante rayante, y las interpretaciones no son nada del otro mundo… especialmente la de Penélope: ¿por qué le han dado un Oscar? ¿por gritar? Pse.

Lo único bueno es haberla visto en versión original. Las dos turistas americanas que protagonizan la historia hablan con el personaje de Javier Bardem en inglés. Penélope Cruz, en cambio, va cambiando del inglés al castellano según su humor, lo que ocasiona continuos reproches por parte de Bardem, y convierte algunos diálogos en algo parecido a un spanglish, que las americanas entienden sólo a medias. El del idioma es un recurso clave en toda la película.

Cuando llegué a los títulos de crédito, probé a revisar alguna de sus escenas, pero en su versión doblada. Qué desastre. Ya es suficientemente malo que Scarlett pierda su sensual voz original. Añádase que ni Bardem ni Penélope se doblan a sí mismos, con lo que también tienen voces extrañas. Pero lo peor con diferencia es que todos esos juegos de cambio de lenguaje se pierden en la traducción, y los diálogos más que doblarse se reinventan, algunas veces con resultados surrealistas. Por ejemplo, la escena del desayuno en el jardín pierde todo su sentido.

En fin. De lo peor que he visto de Woody Allen. Aún así, si aún no la han visto, o si han ido al cine y se la han metido doblada, recuerden: versión original. Siempre, y en este caso más.

Seguiremos informando.

PD: Ver las calles de Barcelona en la pantalla siempre invita a visitar la ciudad. En este caso será fácil. Este mismo viernes estaré por allí, visitando a mi vecina del ártico, que ya tocaba.