A cenar. Por narices.

Escuchando: Pick yer nose (Ani DiFranco)

Creo que es justo que dedique unas líneas a una aclaración. En mi mensaje anterior, me he tomado la licencia (no creo que merezca la pena llamarla poética) de nombrar de forma anónima una nariz ajena. Nada más lejos de mi intención que hacer que alguien se sienta aludido. El accidente fue ajeno, pero en realidad hablaba de mi propia napia, y lo que contaba nada tiene que ver con esta persona. Al César lo que es del César.

En cualquier caso, como unos cuantos de los que leemos ésto sabemos de quién hablo, aprovecho la congregación de lectores v-pineros para ir anunciando que estas navidades hay que hacer una cena. Que hemos perdido práctica y ya casi no me acuerdo de cuándo fue la última.

Y no puede ser eso. Este año hay que preparar un buen reencuentro. Es más, lo mismo hasta lo reservamos el día antes y todo.

Sea como sea, habrá cena. Por narices.

Seguiremos informando.

This is old Tom Frost

Escuchando: Imagine (A Perfect Circle)

Puedo ser la persona más borde con un montón de personas, y no tener asomo de remordimientos de conciencia. Bien lo sabéis.

Pero si hago lo mismo con alguna de las pocas personas que me importan, el hombre marmota que suelo ser puede volverse y revolverse en la cama, sintiéndose mal. No valgo para hacer daño a nadie; a propósito no me sale, y sin querer, no me deja dormir.

Al final, muchos resentimientos, muchos enfados, muchas discusiones, sólo sirven para malgastar fuerzas, energía que mejor estaría dedicada a otras tareas. A plantar un libro. A tener un árbol. A escribir un niño.

Me sé de alguno que tuvo que pasar por quirófano a enderezarse la nariz por ir mirando donde no debía. Hacia adelante. Siempre hay que mirar hacia adelante. Si lo más interesante que tenemos entre manos son recuerdos, algo estamos haciendo mal.

Y yo intento hacer las cosas bien. Puede que no me salgan, pero lo intento…

Seguiremos informando.

A.K.F.A.C.(El Artista Conocido Anteriormente Como Cerrajero)

Escuchando: Keeper of the Seven Keys (Helloween)

Nos han cambiado la cerradura de la sala de la univiersidad donde trabajo. Un par de meses después de pedirlo, que las prisas son muy malas y dan stress. Y nos han dejado una única llave. Como sonos unos cuantos los que trabajamos o hacen el proyecto de fin de carrera allí, hemos tenido que hacer la habitual sesión de copia de llaves…

A mí me hicieron una llave el viernes. Una copia normal. La llave de toda la vida.

Pero hoy, mi compañera ha venido con dos copias más, y por la manera de empezar a contármelo, sabía que había algo que no iba a ser normal…

Y es que había pedido al señor cerrajero, o duplicador, o como se llame, que le hiciera las copias de colores, para diferenciarlas mejor del resto de sus llaves.

Ni corto, ni perezoso, ni falto de imaginación, este artesano del llavín, este avezado maestro de las artes plásticas, este frustrado artista pop-art, cumplió el encargo al pie de las nueve letras: d-e-c-o-l-o-r-e-s.

Creo que la imagen habla por si sola. No sólo habla, sino que se entiende perfectamente la palabra pronunciada: hortera. Suerte que llevaba la cámara encima para inmortalizar el momento…

Al menos, funcionan perfectamente. Arte práctico, ¿qué mas se puede pedir?

Seguiremos informando.

Mi contraseña esel nombre de una tía muerta(Tanned Tin #3)

Escuchando: By your side (CocoRosie)

Último capítulo del Tanned Tin. Vamos allá…

Scout Niblett

La propuesta parecía interesante: unc chica cantando y tocando la batería a la vez. Podía ser curioso. Su concierto empezó de forma un tanto decepcionante: ella sóla con una guitarra eléctrica (y completando su atuendo un chaleco reflectante, no sabemos si homologado), con más distorsión que técnica, y con cambios de ritmo que sólo eran coherente en su cabeza.

La cosa cambió cuando dejó la guitarra por la batería. Los cambios de ritmo eran igualmente desconcertantes, pero con la batería se expresaba mejor, pasando de la dulzura más ñoña a violentos ataques rítmicos que daban un poco de miedo. Interesante comienzo del día. Un concierto que mereció la pena.

The Rivulets

Ya lo decía el programa; no es la alegría de la huerta. Un tipo muy serio, con una guitarra, cantando muy bien, con temas muy bonitos, pero que acababan cansando a los 10 minutos. Dos amigos suyos que salieron a hacer unas percusiones un tanto extrañas, no consiguieron animar la cosa. El bluf de la noche.

Polar

El toque español de la noche. Valencianos, llevan 10 años sobre los escenarios aunque yo sólo había oído su último disco (Comes with a smile, que me parece fantástico). Demostraron en Tantín que son capaces de llevar al directo la atmósfera de sus grabaciones, sonaron muy bien, aunque uno de los guitarristas tenía la instrumento sensiblemente desafinado, y en algunas canciones los solos me chirriaban bastante. Una pena, porque por lo demás estuvieron fantásticos, como bien expresaban todos sus amigos y familiares presentes en la sala (bastante ruidosos…)

The New Year

Comencé a ver su actuación con cierto escepticismo. Un grupo más de rock, muy correctos, muy compenetrados, con muchas guitarras, con una voz interesante, con una buena base rítmica… pero más de lo mismo.

Sin embargo, canción tras canción fueron ganando mis simpatías, y cuando se acercaba el final, se marcaron un tema tan intenso, tan espectacular, tan vibrante, que acabó con el auditorio puesto en pie, ovación cerrada, y volviendo con un bis (cosa poco habitual a no ser que se sea cabeza de cartel). A tener en cuenta.

CocoRosie

Parecía difícil superar lo de Xiu Xiu del día anterior. Pero se consiguió.

CocoRosie es un grupo formado por dos hermanas francesas, que colaron un tema suyo en un anuncio de Larios. Gracias a ese detalle, me hicieron descubrir su disco, que me pareció de lo más original. Por eso, tenía bastante curiosidad por ver la forma de llevarlo al directo.

Quizás alguna asistente al festival tenga una opinión más objetiva que yo. He de reconocer que desde el principio sucumbí a la presencia en el escenario de estas dos bellezas. Súmese una puesta en escena brillante, con imágenes proyectadas de su universo particular, unas voces… qué manera de cantar, qué armonías vocales, cúanta sensualidad. Ponían los pelos de pollo. Sí, ya sé que los pollos no tienen pelos. Pero los ponían.

Con formación musical clásica desde niñas, fueron desgranando temas acompañándose de instrumentos tradicionales (piano, trompeta, arpa) o peculiares (electrónica de todo a euro), y estuvieron acompañadas por algún que otro músico que ponía su granito de arena en forma de voz, piano, guitarra, o bases rítmicas a capella. Incluso algún rap entre el público, también.

Nunca había disfrutado de un concierto tan hermoso, tan emotivo, tan delicado. Qué belleza. Nos dejaron sin palabras. En este concierto entramos cada uno por un lado, y lo vi sólo. Cuándo nos juntamos a la salida, ninguno sabíamos qué decir. Nos habían dejado conmocionados.

Y no exagero. La gente salía directamente del teatro al puesto de discos a comprarse su álbum. Estoy seguro de que vendieron todos los que tenían. Y cuando minutos después, las dos hermanas aparecieron por allí, el revuelo que se formó fue de órdago; todos queríamos ver de cerca sus indumentarios y maquillajes circenses, sus bigotitos pintados. Se convirtieron en el centro de todas las miradas y cámaras mientras firmaban posters, recibían felicitaciones y más felicitaciones, y dejaban sin palabras a base e sonrisas.

Un concierto del que se hablará durante mucho tiempo. Magia.

Piano Magic

Después de lo anterior, muchos se rindieron. Nada iba a ser mejor que el concierto de CocoRosie. Y era totalmente cierto. Pero a mi lo que me había llevado a este festival era la oportunidad de ver a Piano Magic en directo. Grupo que descubrí gracias a PGB, tienen una canción que me obsesiona, Password. Uno de esos temas que puedo escuchar durante horas y horas sin cansarme. De hecho, a veces lo hago.

Por eso, cuando tras un soberbio concierto (se presentaron diciendo en imperfecto castellano «somos los amigos trágicos«, lo que da una idea del tipo de música que hacen), en el que sonaron perfectos, cristalinos, inmensos… cuando tras una buena colección de canciones volvieron para hacer un bis, y entre bromas (vamos a hacer un tema de Justin Timberlake) comenzó a sonar Password, sentí que era el broche perfecto al festival. Me emocionó su versión, desde ese enigmático e inquietante estribillo (my password is a dead aunt’s name) hasta la apoteosis instrumental final. Perfectos.

Salí del cocnierto, me compré un EP suyo de recuerdo, y nos fuimos de Tantín con la satisfacción de haber asistido a una noche histórica.

Balance del festival: ¿cómo me lo he perdido estos años anteriores? Imperdonable. Lo de este año ha sido una maravilla, por todo: por la música, por el ambiente, por el buen rollete del grupo de gente con el que he acabado yendo a los conciertos…

Desde luego, es una convocatoria totalmente recomendable. Pienso repetir. Lo úncio malo es que hay que ir preparado: 16 conciertos en los que predomina el tono intimista, triste y melancólico pueden acabar dañando la estructura anímica de cualquiera, y el espíritu del oyente desprevenido. Yo ya iba con algún jirón, así que no importó mucho…

Seguiremos informando…

PD: Al final no tuve tiempo de investigar, pero o mucho me engañaba la vista o conocía al encargado de la sonorización del evento. Me alegro mucho de que cuenten con él para espectáculos cada vez más importantes. Que siga la racha.

Al despertar esta mañana me di cuenta de que había muerto.

Escuchando: Until Death (Scout Niblett)

Y no deja de ser una forma bastante tonta de empezar el día. Bueno, supongo que era una de esas cosas que tenía pendientes, pero siempre se van dejando para el día siguiente. Mañana arreglo el trastero, mañana ordeno la colección de sellos; mañana me muero.

Pero no pienso resignarme. No. No me gusta que me digan lo que tengo que hacer. Vive. Muere. Paso. Pienso volver. No quiero reencarnarme, eso no. Reencarnarme en un árbol, como David el Gnomo, acabaría siendo un tostón. Además luego vendrían Luis y Natalia a grabarme en la corteza lo mucho que se quieren, enmarcándolo en un corazón con una navaja cutre. Y lo mismo se lo podía tatuar Luis en las pelotas. Y Natalia en las tetas. No. No me va eso.

Y lo de reencarnarme en otra persona… qué pereza, ¿no? Con lo bien que se me da ya lo de andar, mantener el equilibrio, masticar, hacer cálculos mentales, controlar emociones y esfínteres (viene a ser lo mismo), hablar, escribir… no, no quiero tener que aprender todo eso de nuevo, descartado. Ni un duro más a Rubio y sus cuadernos.

No voy a reencarname, así que voy a resucitar. No al tercer día, claro, que eso está muy visto, luego siempre comparan y te llaman copión. Además, que tendría que resucitar el lunes, y eso es una putada. Ahí, con toda la semana por delante, quita, quita.

Me daré unos días, quizás unas semanas. Y luego resucitaré. Es posible que no os déis cuenta. Que os parezca el mismo de siempre. Pero por una temporada, no me podréis hacer daño, tampoco podré sentir nada por vosotros, seré un espectador de mi propia vida una vez muerto. Estaré sentado en la butaca del cine viendo qué pinta tengo desde fuera.

Y cuando me canse de verme a mí mismo, me levantaré un día y estaré vivo de nuevo.

Piensa en verde(Tanned Tin #2)

Escuchando: Crank Heart (Xiu Xiu)

Versión corta (para los que escuchan los 40 Principales y Cadena Dial)
Ayer estuve otra vez en el festival de música rara. Seguiremos informando.

Versión larga (para los musicalmente inquietos)
Segunda jornada del Tanned Tin, ya metidos en harina, una noche maratoniana con 7 conciertos. Empezamos igual que ayer: llenando el buche con una buena ración de empanada para no molestar con gruñidos estomacales durante los recitales. Y regada con una cañita, claro. Al llegar al teatro, acto reflejo, pedimos una cerveza. Y justo después nos damos cuenta de que la música ya estaba sonando. Bueno, suponíamos que era Tara Jane O’Neil, que venía en plan artista invitada, así que nos lo tomamos con calma. Después nos enteramos de que en realidad el que estaba tocando era Darren Haynes, y sólo pudimos ver la última canción de su concierto. Es igual, volvimos a salir y nos tomamos otra cervecita.

Ahí va el resumen de lo que dio de si la segunda jornada, desde las 8:30 hasta las 3:30. Que se dice pronto, pero se acaba tarde…

Darren Haynes

Como decía antes, sólo vimos la última canción de su actuación. Entramos corriendo y nos encontramos a un tipo extraño, sentado con una guitarra minúscula, y cantando con una voz de lo mas particular. Curioso. Puede que el resto del concierto estuviese bien. Quién sabe. No me dio tiempo ni siquiera a sacarle una foto, pero sale hoy en el periódico, donde dicen que siempre toca con los ojos cerrados. Así que no pudo darse cuenta de que hicimos novillos.

Tara Jane O’Neil

Agarrados una vez más a una botella verde, nos perdimos la primera canción de su concierto. Y teniendo en cuenta que sólo cantó cuatro, luego supo a poco. Tara a la guitarra y voz, acompañada de una teclista, dejó caer unas pocas canciones, con tranquilidad pero poderío, y con una voz que sabia transmitir emoción. Poco más dio de si este concierto extra del cartel. Salimos de nuevo al decanso, donde creo recordar que empecé a moderar mi consumo cervecil.

Grupo Salvaje

Curiosos. Rock fronterizo español, cantado en inglés. Sonaban como si con cada tema aspirasen a crear la banda sonora de una película de Tarantino. Sin embargo, esperaba algo más de un grupo con cuatro guitarristas sobre el escenario. No fueron malos, pero tampoco lo más destacable de la noche.

Nacho Vegas & Fernando Alfaro

A Nacho sí le conocía, a Fernando no. Una vez más, entré con el concierto ya empezado. Estaban los dos sobre el escenario, donde interpretaron un par de canciones juntos, la segunda una adaptación de Nacho de lo que no dejaba de ser una canción religiosa. Bonita, pero no sé si pintaba mucho allí.

Después, dos canciones de Nacho en solitario, con tanta delicadeza que hacían levitar, y que dejaron el teatro lleno de palabras, de ideas, de sueños, flotando como globos cerca del techo. Magnífico narrador de historias.

Finalmente, Fernando Alfaro hizo lo propio con otros dos temas que no conocía, menos oníricos, más agresivos, pero igualmente disfrutables. Con un Nacho que salió atropelladamente al escenario para hacerle los coros en los dos últimas frases, se despidieron del respetable.

Xiu Xiu

¿Sabéis cuál es el icono éste del messenger, de una carita con los ojos abiertos de par en par? Así me (nos) dejaron Xiu Xiu.

Había oído discos suyos, y no me convencían. Electrónica ruidosa en la que me perdía buscando una melodía. Raro. No sé, no me entraron a la primera y no tuve tiempo de escucharlo mucho más.

Ahora, qué pedazo de concierto. Por los 40 minutos que estuvieron encima del escenario de Tantín, merecía la pena pagar los 30 euros del festival, o el doble o el triple. Sus dos primeras canciones me dejaron literalmente pegado a la butaca y con la boca abierta, perguntándome cómo dos personas podían hacer que algo sonase tan brutalmente provocativo.

Composición de lugar: Xiu Xiu son una pareja de músicos, él canta y toca la guitarra (y también una cosa que sonaba a guitarra, pero que no tengo ni la más remota idea de lo que era). Ella estaba a los mandos de la electrónica, de la percusión, y de un montón de cachivaches que se aglutinaban en muy poco espacio. De hecho, los dos componentes del grupo estaban muy juntos en el centro del escenario, casi sin ocupar sitio, pero escupiendo desde allí toda su genialidad sonora.

En fin. Difícil explicar con palabras cómo sonaba aquello. Era exactamente lo que esperaba encontrarme en un festival como éste: música totalmente inclasificable, experimental, provocadora, potente, sorprendente. Una delicia. Y qué voz. El cantante llenaba él solo todo el teatro, y si se ponía, las cuatro manzanas colindantes. Y se cuidaba para hacerlo: ya al principio de la noche nos sorpendió en la barra cuando le pidió al camarero un vaso de agua caliente, y luego vimos que sobre el escenario no dejaba de meterse tazas y tazas de té.

Distintos. Geniales. Creo que la siguiente conversación a la salida de su concierto, es un buen resumen:

– ¿Xiu Xiu son ingleses o americanos?
– Americanos. Pero podrían ser marcianos.

The American Analog Set

Como cambiaron el orden del cartel, pensábamos que se trataba de The Decemberists. Es igual, había escuchado tan rápido los discos de ambos grupos, que tampoco me acordaba de cúal era cuál.

Después de Xiu Xiu cualquier grupo iba a parecer soso y convencional. Sin embargo, The American Analog Set nos devolvieron a la realidad de un rock tranquilo, elegante, con un sonido perfecto, y con toques de sonido jazz a golpe de vibráfono. Fantástico batería, lo mejor del grupo para mi gusto. Y lo peor, el vibrafonista, que debería entender que si no toca todo el rato durante todas las canciones, es mucho más digno retirarse fuera del escenario que quedarse allí en medio presa de algo que se podria clasificar como mezcla de ataque epiléptico y moonwalker michaeljakcsoniano. Me ponía nervioso verlo.

Acercándose al final de su actuación tocaron Kindness of Strangers, una canción que en la pasada por sus discos me había llamado la atención inmediatemente, una de esas joyas en bruto que se quedan para siempre en la memoria. Y en directo, sonaba perfecta.

Una pena que acabaran alargando excesivamente su último tema con una coda instrumental muy repetitiva. Eran ya pasadas las dos de la mañana y la cabezadita era una tentación.

The Decemberists

Con algunas bajas entre el público, nos dispusimos a ver qué nos ofrecía el útimo concierto, el que pensábamos que iba a ser de The American Analog Set, pero resultó ser de The Decemberists.

En su primera visita a España, The Decemberists demostraron ser una banda de pop enérgico y vitalista, muy divertidos sobre el escenario, muy compenetrados, muy frescos. Pusieron la que hasta la fecha ha sido la única contribución optimista al festival. Con el jet lag a cuestas, y con un último tema que fue un dardo envenenado a Bush, pusieron el broche final a esta segunda jornada.

Jornada que estuvo marcada por el llenazo absoluto, por el buen ambiente, por público de lo más variopinto. Y por la cerveza.

Y hoy más.

Seguiremos informando.

Que empiece el espectáculo…(Tanned Tin #1)

Escuchando: The Kindness of Strangers (The American Analog Set)

Esta mañana lo escribí, pero tuve un percance y se me borró el mensaje. Así que ahora, justo después de haber roto una promesa, retomo la tarea de hablar del inicio del Tanned Tin.

Ayer fue el primer día de festival. Antes de meternos allí, estuvimos comiendo algo en el Río de la Pila, para que luego el estómago no se quejase por las horas de conciertos ni por las cervezas de los descansos. Como curiosidad, descubrí que ha cerrado uno de los bares más míticos e insalubres de Santander: el Bar Pepe. Otro trozo de historia colectiva y alcohólica que desaparece.

¿Estómago lleno? Bien, al concierto. Allí, caras conocidas, caras desconocidas, muy buen ambiente (como a los toreros, me gustan las alternativas) y a eso de las nueve, aviso de que empieza la cosa. Aquí va un breve resumen de lo que dio de sí la noche…

Shannon Wright

Seguro que acaba siendo el concierto más potente de todo el festival. Directo, crudo, enérgico, con rabia, como un puñetazo en el estómago. Shannon, sólo con su rompedora voz y su guitarra, y con el resto de la banda consistiendo única y exclusivamente de un batería, logró montar tal bulla sobre el escenario que el cartel de Tanned Tin se descolgó de la pared.

Rabia ciega, además, porque si nosotros no la veíamos la cara, dudo que ella pudiese ver algo con esos pelos… (y cuando se veía algo, era una boca enorme…)

Salvo un tema en el que se sentó a los teclados, su concierto fue una impresionante descarga de adrenalina que nos dejó con la boca (las nuestras de tamaño normal) abierta. Magnífico arranque del festival.

Thalia Zedek

Había escuchado algún disco suyo. Y me parecían preciosos, aunque tristes a intimistas. Sobre el escenario, al ver la formación (batería, violín, y ella misma a la guitarra y a la voz) y al escuchar los primeros temas, la comparación fue inevitable. Para mi, guitarra, batería y violín son siempre una referencia a los geniales, tristes y peligrosos Dirty Three. Y sí que redordaba a su sonido.

Sin embargo, el concierto fue potente, consiguió crear una atmósfera muy agradable, con un sonido perfecto, que nos hizo disfrutar a todos, dejarnos envolver en nuestras butacas. Se me pasó volando.

El clima de música intimista se volvío clímax al final, cuando terminaron grabando y superponiendo loops de guitarra, violín e incluso trompeta. Demoledor. Genial. Demasiado breve.

Migala

He de reconocer que iba predispuesto a que me gustasen. Su último disco, La increíble aventura, me parece uno de los más soprendentes y cuidados de los editados en nuestro país últimamente. Capas y capas de arreglos preciosistas para arropar composiciones que tocan todos los palos, y salen airosas del lance.

Sin embargo, para mi fue la decepción de la noche. Entiéndase, no fue un mal concierto, pero fue excesivamente frío para mi gusto. Los seis músicos sobre el escenario no alcanzaron a transmitir la textura cálida y virtuosa de sus grabaciones. Una pantalla gigante proyectaba imágenes relacionadas con lo que se iba escuchando. Pero quizás se les fue la mano, ya que dejaron todo el dinamismo de su concierto a esas proyecciones. Los músicos, todos sentados, o escondidos en la penumbra, no me consiguieron transmitir nada especial.

Un concierto interesante, pero poco más. No deberían haber sido cabeza de cartel de este primer día. Habría preferido mil veces un concierto más largo de cualquiera de las dos anteriores.

En cualquier caso, la valoración global de la noche fue muy positiva. Dejó con ganas de más. Sin problema, ayer fue sólo el aperitivo. Hoy disfrutaremos de siete conciertos y mañana de otros seis. Ya os contaré, y dejaré caer por aquí alguna foto, si puedo (ayer, en el segundo concierto, tras pedirme el carnet de prensa, me hicieron guardar la cámara, y eso que era la pequeña… lo cual no impidió que sacase alguna mas de tapadillo…)

Anoche se me hacía extraño pensar que estaba en Santander. Cuesta entender que un festival como éste, totalmente independiente y experimental, con relavancia nacional (e internacional) tenga lugar en una ciudad como la nuestra, donde sigue habiendo personas para las cuales la música en directo no es cultura, y debería ser desterrada a las afueras, como poco.

Seguiremos disfrutando…

Reelecciones

Escuchando: Another brick in the wall (part II) (Pink Floyd)

Dicen que los pueblos tienen los gobernantes que se merecen. Va a ser que es verdad.

Hoy los fabricantes de armas estarán que tiran cohetes.

Pero yo no lo voy a celebrar… ¿quién me mandaría a mí ser pacifista?

Al menos, seguro que nos encontramos con un tercer documental de Michael Moore. Pero ni por esas.

Seguiremos informando.

Instrucciones para dar cuerda a un reloj

Escuchando: Instrucciones para dar cuerda a un reloj (Migala)

«Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente un reloj, que los cumplas muy felices, y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo, pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de a atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se te rompa. Te regalan su marca y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia a comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.»

Mañana es día. Comienza el Tanned Tin. Shannon Wright. Thalia Zedek. Y Migala. Qué grandes, Migala.

Seguiremos informando.