He tardado, pero ya están puestas(Perdonen las disculpas)

Escuchando: Mr. Freeze (K’s Choice)

Tenía unas cuantas atrasadas, pero ya me he puesto al día. Nuevas fotos en mi página; con contraseña: el reportaje de la boda de mi hermana, y el recuerdo de aquella sesión de vídeo de (otra) boda + cena en un chino…

Y sin contraseña: mis experimentos de anoche cámara en mano (en trípode, más bien…)

Pues eso. Seguiremos informando.

Un poco de Magno es mucho

Escuchando: Money for nothing (Dire Straits)

No sé cuál será actualmente la participación de Telefónica en Antena3. Pero un pellizco debe de tener, porque los telediarios de esa cadena -que sólo debería emitir Los Simpson día y noche- muchas veces apestan a publirreportaje. Y odio los publirreportajes. Si me quieren meter publicidad que me lo digan, pero andarse con zorrerías no va conmigo…

Así, un reportaje sobre el SIMO en el que se habla única y exclusivamente de las novedades de Movistar me parece francamente lamentable.

Pero para lamentable y penoso, el que dediquen minutos de telediario a promocionar el nuevo disco recopilatorio de Alejandro Sanz. Desgraciadamente, tal y como tenemos el mundo, hay suficientes noticias de las de verdad para llenar las dos ediciones de los noticieros; pero no: la noticia realmente importante es la aparición en tiendas y mantas de los éxitos de este hombre. Y si uno fuese malpensado, que no es el caso, pensaría que el hecho de que Movistar le patrocine las giras influye. Que todo podría ser, ¿no?

En fin. Que conste que yo al señor Sanz le tengo cierto respesto musical. Ha sido capaz de reconvertir su carrera musical de ídolo de quinceañeras a músico más o menos serio. Se compone sus temas y eso le pone bastante por encima de otros engendros comerciales. Eso sí, su manera de cantar, sencillamente, me desagrada. Pero eso ya es subjetivo. Lo mismo que mi opinión sobre sus actuaciones extra-musicales: redentor de los lapidados injustamente (léase Farruquito), y Robin Hood (robar a los pobres para dárselo a los ricos, ¿era así, no?) muchimillonario siempre en defensa de la SGAE.

Por eso desde aquí quiero romper una lanza a su favor, y contribuir a que sus éxitos sean aún más conocidos. Y me autoimpongo la tarea de difundir material que por motivos puramente comerciales no aparecerá en su Greites Jis (¿saldrá el disco con anti-copia y lo tendrá que reeditar en cd normal pidiendo disculpas, como el anterior?)

Y es que hubo un tiempo en que no era Sanz, era Magno. Pero ya estaba ahí el germen del genio. O el germen, a secas. Con una portada de fotografía arrabalera, que cada vez que veo arrimo el culo a la pared instintivamente, y un título si cabe más pendenciero (Los chulos son pa cuidarlos), este disco iniciático contiene ripios que sería injusto relegar al olvido. Qué mejor que ofrecer a mis queridos lectores una muestra… El siguiente estribillo pertener al tema Señor Papá, en el que se abordan las siempre difíciles relaciones paterno-filiales, así como el problema del empleo juvenil. Pero mejor, que hable él:

Hijo Mío
tú quieres aprender a zapatelerelelelerelelero
¡No señor Papá!
entonces tú quieres ser carpinterelelelererelerelelelelerelero
¡No señor Papá!
Te gustaría aprender a carnicelerelelelelelerelero
¡No señor Papá!
entonces tú quieres ser sinverguencerelelelelerelelelero
¡Sí Señor Papá!

¿Sobrecogerdor, verdad? El disco está lleno de estos momentos inclasificables.

En realidad, pensándolo mejor, no es que se merezca minutos de telediario. Se merece el telediario entero. Voto a Bríos, se merece un cargo publico. ¡Pidásemoslo a Zapatelerelelelerelelero!

Seguiremos informando.

El manual del imperfecto caballero

Escuchando: Only Time Will Tell (Asia)

Tú no te acuerdas de mí. Pero a mí no se me ha olvidado aquella mañana. Es una de esas anécdotas que se quedan ahí mientras un montón de cosas que realmente importan, se van olvidando…

Estábamos en plena época de exámenes, y los sábados había que ir tempranito para coger sitio en la biblioteca. Una biblioteca que, en estos casos de aglomeraciones, mostraba una de sus carencias: la de sillas. Faltaban unas pocas, y cuando aquello se llenaba había que estar al cuidao de que no te la birlasen… Surrealista, pero cierto.

Había tanta gente aquella mañana que incluso abrieron una sala pequeñita que generalmente estaba reservada para grupos. Y allí me dispuse a estudiar con un amigo, a dejar pasar una de tantas mañanas…

Y llegaste tú, con tu novia. Ella, discreta, muy guapa, muy mona. Una chica de esas que no llaman la atención por nada en especial, pero la llaman. Tú, el más duro al oeste del Pecos, mezclando el look del Brando más efervescente con la del tradicional macho ibérico, mirando por encima del hombro a todos los presentes (lógico, por otra parte: estábamos sentados). Tú y tu novia dejásteis los trastos en la mesa y al poco rato os fuistéis. Café o reajuste hormonal, a saber. El caso es que os fuisteis y alguien vino y se llevó la silla de tu novia. Ale, cómo se pasan. Qué gente.

Viniste, y no tardaste en darte cuenta de lo que había pasado. Aquí se va liar, pensaste. Y la liaste, efectivamente. Como buen caballero, te sentaste en tu silla, y comenzaste a jurar, gritando, pegando puñetazos en la mesa, soltando amenazas e improperios contra el desalmado que había osado ofender a tu novia. Novia que, por cierto, no sabía dónde meterse, pero de pie, eso sí, mientras tu seguías gritando sentado y sin hacerla caso, hasta que ella se fue a buscar una silla; no sé si para sentarse o para que te callases.

Situaciones como éstas son las que le hacen pensar a uno ¿qué coño pinta una chica como ésta con un energúmeno como éste? Vale que lo del puntillo malo pueda resultar atractivo (circunstancia que me hace tener el mismo sex-appeal que un Osito Amoroso, más o menos), pero tampoco es cuestión de llevar las cosas a los extremos. Digo yo.

Eso sí, dicen que el tiempo pone a cada uno en su sitio. A ella la he vuelto a ver, en compañías que no caen tan mal a primera vista.

Y tú y yo nos hemos vuelto a encontrar en circusntancias muy distintas, hay que ver las vueltas que da la vida, ¿no?

Seguiremos informando.

Mil grullas de papel, Babel, y otras historias

Escuchando: Lost Snow (Mono)

Pardiez. Qué comienzo de semana más agotador. Por la mañana yo me levanto, y voy corriendo desde mi cama, pero no para ver a ninguna chiquilla por mi ventana (lo flipo si se me pasea alguien por el patio interior), sino para terminar encargos que se acumulan.

Por la tarde, sesión babélica improvisada. Teniendo en cuenta que mi jefe es alemán, y que tenemos otro germano de visita, se me han pasado las horas oyendo hablar en alemán (entiendo lo suficiente como para no poder desconectar, y lo bastante poco para no enterarme de mucho) y hablando en inglés con el visitante, mientras yo aprendía sobre la marcha a hacer una dll. Apasionante. Y me temo que toda la semana será parecido, así que adios a la oportunidad de acercarme el jueves a Bilbao a ver a Low + Tindersticks. Sic.

Al menos al paseo de vuelta a casa (gracias, lluvia, por la tregua) lo he aprovechado para disfrutar de un disco que no sé cuántas veces he podido escuchar hoy. Pero muchas. Es de un grupo japonés que se llama Mono; si el nombre de la formación es sencillo, parece que lo quieren compensar con el nombre del disco: Walking Cloud And Deep Red Sky, Flag Fluttered And The Sun Shined. Ahí queda eso. Seguro que en japonés lo escriben con cuatro trazos. En cualquier caso, un disco delicioso (basado en la historia de Sadako y las mil grullas de papel, o eso he leído) por el que dejarse caer, no es lo más alegre del mundo, pero hoy era exactamente lo que quería escuchar.

Y dejarme envolver por sus canciones, por sus latigazos de rabia, por sus momentos de sublime tranquilidad…

Y que cuando termine una canción, y justo antes de que empiece la siguiente, pase justo por al lado un coche tuneao, con la mierda de la Bulería a todo trapo. Eso se llama romper la magia, y no enterarse de que los reyes son los Borbones.

Seguiremos informando.

PD #1: La noche ha terminado de la forma más tonta, con una charla a cuatro bandas con gente a la que hace tiempo que no veo (al menos a todos a la vez), y con pruebas de un programa de telefonía IP. Que funciona. No hace nada que no haga el Messenger (a no ser que pagues), pero se puede charlar entre un PC y un Mac (o un Linux, o un Pocket PC, en teoría) sin problemas. Curioso. Divertido.

PD #2: ¿Puedo saludar? Un saludo a todos los que últimamente habéis dejado unas líneas por aquí, muchísimas gracias. A falta de una sección de donativos, lo de los comentarios es lo que mas ilusión me hace 😉

El Retorno del Pedido

Escuchando: Two Things (Jaga Jazzist)

Con esto de haberme gastado los cuartos (y los quintos, y los sextos…) en la cámara nueva, pensaba que podría entrar en una etapa tranquila sin importantes desembolsos…

Pero no: esta semana he hecho un pedido a FNAC por una cantidad indecente de euros o de pesetas, da igual. De las dos formas suena bastante escandalosa. Pero no se me asusten, que no me he vuelto (¿más?) loco…. se trata del pedido anual con el que unos amiguetes nos hacemos de las versiones extendidas de las pelis de El Señor de los Anillos.

Evidentemente, después de tener las ediciones de coleccionista de las dos primeras películas, no ibamos a dejar la colección a medias. Y hemos acabado haciendo un pedido con unas cuantas ediciones de coleccionista, alguna edición extendida, y un par de trilogías completas. Em total, casi una cincuentena de discos. Ahí es nada.

Y así, este año la maqueta de Minas Tirith acabará haciendo compañía a los sujetalibros de los Argonaths, y a la figura de Sméagol. Se supone que el día 9 o 10 de diciembre me llegará el pedido, así que ya organizaré alguna sesión de visionado (de ésta última o de toda la trilogía) en mi casa, como estos años. Aquel que se quiera apuntar, que avise (*)… Y que se fastidien los vecinos, hay veces que merece la pena subir el volumen…

Seguiremos informando…

PD: Somos unos putos frikis

(*) Aforo limitado

Sombras chinas

Escuchando: Chasing shadows (Kansas)

En la pared parecen perfectas. Definidas, reales, vivas. Uno puede soñar con ellas, imaginar lo que la falta de color nos oculta. Fantasear sobre ellas. Y sí, en algún lugar de nuestra consciencia, sabemos que sólo son eso: sombras. Reflejos de una realidad que tiene la misma forma, pero distinto contenido, un contenido más complejo, pero menos atractivo porque no coincide con lo imaginado.

Y un día, en un doloroso momento, nos decidimos a girar la cabeza, a volver la vista hacia la luz, y a descubrir cegados el truco, la realidad. Ora chi ho perso la vista, ci vedo di piu.

Y algo hace click en el interior de nuestra cabeza, algo que nos haría pegar un puñetazo en la mesa si hubiera mesa, beber el vaso de un trago si hubiese bebida. Abrir los ojos de una puta vez. Y decidir que el invierno es la mejor estaciòn para abrigarse, aunque sea con un abrigo hecho de amabilidad, sonreír, aprender a fingir. Convertirse en el perfecto anfitrión de una fiesta a la que no va nadie; beberse uno mismo el ponche de ilusiones, y despertarse con resaca, sintiéndose mal, pero vivo.

No esperar nada ni a nadie. Pero de verdad. Sin engañarse.

Meditaciones de un sábado, demasiado tarde, demasiado sereno.