Escuchando: This red book (Pinback)
Ya he comentado por aquí alguna vez que tengo un lector de libros electrónicos de Amazon, un Kindle. Es un modelo con teclado, lo compré el pasado marzo, cuando sólo se podía pedir directamente a Estados Unidos. Me llegó muy rápido, y desde el primer día estoy encantado con él.
Ahora Amazon España ya vende directamente su modelo nuevo (pero sólo ese, una lástima), a un precio muy tentador, y con su tienda de libros también disponible (aunque los editores, esos visionarios, siguen manteniendo el listón de precios bastante alto).
Amazon no me paga por hacer publicidad, pero me gusta compartir mis experiencias. Y no solo las malas, las pataletas. También las agradables. Hace unos días, al leer con mi Kindle en la calle, descubrí que con cierto ángulo de luz se veía una minúscula raja en el plástico del aparato, en la esquina inferior derecha de la pantalla. Recuerdo que cuando lo compré, estuve investigando un poco por Internet, y era un fallo relativamente común, supongo que algún desliz en el diseño. Dicho esto, se trataba de algo que sólo se veía si te fijabas y que tampoco parecía tener mayor importancia. En cualquier otro caso me habría fastidiado, y habría seguido usándolo sin más.
Pero me acordé de que en su día leí que Amazon respondía bastante bien ante defectos de sus equipos. Y decidí ponerme en contacto con ellos. Por probar.
Amazon España dispone de un número de teléfono gratuito de contacto. Llamé un martes por la tarde. Me atendieron con amabilidad, tomaron nota de la incidencia, y tras una pequeña espera, me comunicaron que me enviaban otro lector a casa. Eso sí, tenían que mandármelo desde Estados Unidos, y toda la información relativa al cambio (tenía que devolver el estropeado, obviamente) me la enviarían en inglés. Ningún problema.
Ese mismo viernes al mediodía, un repartidor de UPS me trajo un nuevo Kindle, idéntico al mío. Cambié todos mis datos y libros de uno a otro, y asunto solucionado. Al martes siguiente, el mismo repartidor se pasó a por el equipo antiguo, que había embalado en la misma caja. Portes pagados por Amazon, por supuesto.
En resumen: en menos de tres días, Amazon me había resuelto el problema (que no era grave, ni mucho menos). Dudo que en muchas tiendas físicas sean tan eficaces. Si antes estaba contento con mi Kindle, ahora lo estoy mucho más.
Seguiremos informando.