Escuchando: Días extraños – Reprise (Bunbury & Vegas)
Hoy ha sido, básicamente, un día de mierda.
Escuchando: Días extraños – Reprise (Bunbury & Vegas)
Hoy ha sido, básicamente, un día de mierda.
Escuchando: Photograph (Air)
DIPLOMA
Que otorga el Excelentísimo Vicerrector de Extensión Universitaria, a propuesta del Director del Curso a:
D. Roberto Ortiz García
Por su satisfactoria participación en el curso de:
Fotografía en Blanco y Negro: Teoría y Práctica
Celebrado del día 19 al 23 de Febrero de 2007, cuyas sesiones sumaron un total de 10 horas de clases teóricas y prácticas.
Santander, 23 de Febrero de 2007
PD: Joder, qué bien me lo he pasao.
Escuchando: Uma Thurman me toca la banana (Los Petersellers)
Ha llovido en lo que habría sido un día normal; si los tuviere.
Por la mañana, trabajando. A veces le doy mil vueltas a las cosas, hay días que todo se tuerce, otros que algo hace click, y sale a la primera. Me encanta que los planes salgan bien. O que parezca que vayan a salir, al menos.
Regresión a la infancia número #1: últimamente no quito ojo a eBay. Lo puedo dejar cuando quiera. Pero no quiero, claro. Ach so.
Por la tarde, curso de fotografía. Hoy, prácticas de tiro pasadas por agua; ergo, se convierten en reportaje fotográfico sobre un edificio muy visto, pero con mil rincones. ¿Por qué la gente se sorprende tanto al ver a alguien tirarse al suelo con una cámara en una biblioteca? Nota al margen: una reflex hacer mucho ruido cuando nadie habla. Nota al margen, bis: qué gran tipo, Manfrotto.
Última hora de la tarde: buenas noticias por sorpresa, y regresión a la infancia número #2. He regalado medio juego, me han obsequiado con otro medio. Y en la caja aparece un futuro de subjuntivo. Eso es una señal. ¿De qué? Ni idea.
Por la noche: más trabajo, anaranjando páginas e imaginando otras. Y ahora que me sobra un rato, preparo alguna foto más de las que hice en Roma: próximamente en sus pantallas. Lo que ven sobre estas líneas es un descarte. ¿Qué fue primero, el sidecar demasiado lento o el fotógrafo demasiado ansioso? La gallina.
Mañana será otro día, y tomaré el revelo.
¿Cómo dice, joven? ¿que no ha entendido nada? Bien, nadie dijo que yo fuese una persona especialmente comprensible.
El gato tragón y un servidor seguiremos informando.
Escuchando: Colorblind (Chroma Key)
Y por eso me he apuntado a un curso de fotografía en blanco y negro, la semana que viene.
Seguiremos aprendiendo.
Escuchando: Boy Toy – I’m the boy (Marc Almond & Trash Palace)
Este sábado estuve jugando al Palabras Arriba. Lo descubrimos en un café de Santander, y volvimos para jugar un par de partidas con tiempo. Es un juego tipo Scrabble, pero en el que se pueden apilar las letras unas encima de otras. Divertido. Fue además uno de los juguetes de mi infancia, y me hacía ilusión echar una partida (aunque acabase perdiendo, tras consulta al diccionario de la RAE en el ordenador de la dueña del local).
A raíz de eso, y de hacer memoria, acabamos buscando por Internet juegos antiguos. Y me acabé acordando de uno genial, que nos trajeron siendo niños de Suiza. Ya había olvidado cómo se llamaba, pero en cuanto lo he visto he recordado todo: el tubo, las varillas, el plato que hacía de base, las canicas, el ruido que hacían al caer…. ¡KerPlunk! Hay gente que lo vende en eBay, creo que será cuestión de investigar…
Y ya puestos, he seguido indagando. Y he encontrado otro juguete que llegó de Suiza, uno de los primeros LEGO Technic que se vieron por aquí, propiedad de mi hermano, que posteriormente heredé, y que fue el origen de mi afición por LEGO. Desgraciadamente, ese y otros muchos desaparecieron de casa hace tiempo. Supongo que en algún momento di la falsa impresión de que iba a madurar. Lástima.
Creo que echaré un rato en la sección de juguetes de eBay, definitivamente.
Seguiremos jugando.
Escuchando: First day of my life (Bright Eyes)
Escuchando: Fading lights (Genesis)
Poco a poco iré preparando y publicando las fotos del viaje a Roma. De momento, aquí va una curiosa anécdota fotográfica. La imagen de la izquierda está tomada el pasado sábado, a las veinte horas, doce minutos y veinte segundos. La imagen de la derecha, exactamente un segundo después. En aquel momento no me fijé, pero asistí e inmortalicé el fundido de una bombilla del Coliseo. Como diría Gates: Wow.
Y es que en un viaje en el que la reserva del hotel tiene el número 123456, puede pasar de todo.
Seguiremos informando.
Escuchando: Soy un accidente (El último de la fila)
He vuelto, pese a los imprevistos de última hora.
¿Qué posibilidades había de que el autobús que nos llevaba hoy desde el centro de Roma al aeropuerto se averiase en medio de la autopista? Pues sí, me ha pasado. La caja de cambios.
Afortunadamente, tras un cambio de autobús con las maletas a cuestas, en medio de un respetable atasco, llegamos a tiempo para facturar.
¿Qué posibilidades había de que, un par de horas después, el autobús que nos llevaba desde la terminal al avión se averiase en medio de la pista? Pues sí, me ha pasado. Menos mal que ya casi habíamos llegado.
Dicen que no hay dos sin tres, pero afortunadamente a la tercera fue la vencida: el avión no se ha estropeado, ni nada.
Roma, como la recordaba: sucia, ruidosa, desordenada, turística, con indigentes durmiendo en las mismas calles por las que circulan Ferraris. Y cada dos pasos, una lección de Historia y/o un vendedor ambulante de bolsos falsos de Prada.
En una palabra: Roma.