Inercias

Escuchando: Bell Bottom Blues (Eric Clapton)

A veces creo que la vida tiene cierta inercia a llevarnos hacia atrás, de una forma discreta, silenciosa, casi imperceptible, como un tren que empieza a moverse lentamente; ¿se mueve el tren, o es la estación la que nos deja atrás?

Hay días que es necesario vivir día y pico, para que no quedarse rezagado.

Lluvias

Escuchando: Only happy when it rains (Garbage)

Me gusta mi paraguas, porque es pequeño, porque lo puedo llevar encima y olvidarme de él. De hecho, es lo que suelo hacer, y a no ser que se ponga a llover mucho mucho, no lo saco, no lo abro. Un poco de lluvia no molesta, y ayuda a sentirse un poco más despierto, un poco más vivo.

Además, vivir en esta ciudad y no mojarse, aunque sea un poco, es tan natural como pretender que un niño juegue sin mancharse, en silencio, y sin caerse. Práctico, pero mucho más aburrido.

Sí, justo. Una semana.

Escuchando: Girls Can Really Tear You Up Inside (A Girl Called Eddy)

Es el tiempo que dedica mi móvil a intentar mandar un mensaje a un teléfono que parece estar siempre apagado. Me di cuenta ayer mientras cenaba.

Y una semana da mucho de sí. Es bastante tiempo. Me dan miedo los cambios de conjugación, lo reconozco. Y cuando buscar acaba sonando a perseguir, creo que es hora de quedarse en la segunda. Y desaparecer.

Seguiremos informando.

Universo privado

Escuchando: Private Universe (Crowded House)

Sé que a veces parezco bobo. Y también sé que muchas veces, lo parezco más aún. Hay gente que se encuentra conmigo por la calle, se paran a saludarme, y se encuentran con una persona que gruñe más que habla, que no tiene una conversación muy fluida… como si me acabase de despertar…

Y es que cunado voy por la calle, suelo ir en mi mundo, en mi universo privado. Pensando en mil cosas, o metido en -más que escuchando- la música que me empotro en los oídos.

Imaginaos. Love is blindness a tope, mientras doy un paseo de vuelta a casa. Volver a poner de golpe los pies en la tierra, volver a escuchar los ruidos del exterior, buscar las palabras para entablar una conversación así, de repente, me requiere cierto período de descompresión. Despertar.

Y si encima la persona que me para es un desconocido que me bloquea el paso, y me pregunta por una zona de la ciudad que tiene delante de las narices, y decide ir hasta allá en taxi, porque -si no le entendí mal, que es muy probable- literalmente no tenía media hostia, porque había dado positivo e iba fino, pues… cómo decirlo. Acaba siendo de lo más surrealista. Qué gente.

Claro que, por otra parte, en eso de hablar recién despierto estoy cogiendo bastante práctica. Sobre todo desde que alguien ha puesto en una guía telefónica que el teléfono del Ayuntamiento de Bezana es el de nuestra empresa, habitualmente desviado a mi móvil. Día sí, día no, cae alguna llamada a primera hora.

Anécdota verídica. Día de fiesta. Ocho de la mañana. Suena mi móvil, número desconocido… lo cojo a tientas desde la cama.

RTZ: … … s … ¿sí?
Desconocida: ¡Hola! ¿Sabe si hay hoy alguna fiesta en algún prau?
RTZ: … ¿¿¿¿???? ….

En fin. Seguiremos informando.

Mejor ven con una silla para hacer cola

Escuchando: No mistake (Siwel)

Esta tarde, mientras iba a la Filmoteca he pasado por sitios por los que paso muchas veces, pero hoy, por alguna razón, me iba acordando de anécdotas y de días en los que pasé por algunas esquinas, por algunos bares, por algunas plazas… Y he caído en detalles, me he dado cuenta de causalidades, de casualidades en las que nunca me había detenido. Es curioso ver las cosas de otra forma, después de cuatro o cinco años, al más puro estilo murciélago

Y me doy cuenta cuando los cambios de color son más suaves, más graduales, menos frecuentes…

Por supuesto, señor de barba fumando en su ventana, película, y vuelta a casa, disfrutando de un paseo a una temperatura a la que, por fin, se podía respirar a gusto…

En este regreso he hecho una parada. El guardia de seguridad y las chicas de información de Tantín son muy amables… pero desgraciadamente, no me han dado muy buenas noticias sobre el concierto de Marlango de la semana que viene. De hecho, una de las frases que me han dicho es la que he puesto como título de este mensaje. No todo está perdido, pero va a estar jodida la cosa…

Nunca pensé que diría esto, pero… mierda de conciertos gratuitos…

Seguiremos informando…

Me compraré un rotulador

Escuchando: Indeleble (Los Petersellers)

Hoy, después de grabar un dvd, le he puesto el nombre con mi rotulador. Con mi rotulador indeleble.

Y creo que nunca lo había pensado, pero es la leche lo del rotulador este. Porque me lo compré a la vez que mi primera grabadora de cds. Y desde entonces ha llovido mucho (sobre todo si contamos estos dos últimos días). Vamos, que no sé ni cuántos años hace de aquello. Para que os hagáis una idea, hablo de una grabadora de CDs, a 4x (20 minutos en grabar cada disco), en la que me dejé 55,000 de las antiguas pesetas (ahora casi las regalan con cuatro tapas de Danonino)

Desde entonces he cambiado de ordenador dos o tres veces, pasé a una grabadora externa, y hace poco a otra, pero de DVDs. Pero en todos y cada uno de los discos que he grabado en estos años, he puesto el título con el mismo rotulador. A veces no escribe demasiado bien y tengo que repasar las letras un par de veces, pero ahí sigue. Staedler sí que sabe.

En fin, como reflexión es una chorrada, lo sé, pero me sirve también de homenaje a ellos. Porque para mí ya es imposible separar la palabra «indeleble» de la frase «me compraré un rotulador», y acordarme de esos cuatro personajes de cómic encima del escenario. Los Petersellers.

Seguiremos informando…

PD: A todo esto, aquella primera grabadora también sigue funcionando todavía.

En los vértices del tiempo

Escuchando: Love Is Blindness (Trespassers William)

Hoy me he encontrado por la calle con gente abrigada. Profundamente abrigada. Abrigos y chaquetones dignos del mismísimo invierno. Vale que llueva, vale que el tiempo nos atormente… pero… sigue siendo Septiembre y hace bastante calor… Pero hay gente que decide que ya no es verano, da carpetazo y da igual lo que diga el termómetro: hemos cambiado de temporada. Hoy ya no hace bueno; y mañana, Navidad.

Algo parecido ocurre en Junio. En cuanto empieza a ver buen tiempo, la calle se convierte en una mezcla de personas con tiempo libre y atuendo veraniego, y de personas ocupadas que se niegan a reconocer que haga calor, que salga el sol, y mezclan trabajo o libros con jerseys, chaquetas y botas.

Al final, la temperatura, la estación y el clima son sensaciones subjetivas…

Yo, de momento, sigo en camiseta. Con paraguas, pero en camiseta…

Seguiremos informando…

K’s choice

Escuchando: Nowhere to go (Friends of Dean Martinez)

Ayer por la noche, a eso de las cinco de la mañana volvía a casa después de unas cuantas horas de lugares y situaciones comunes, y el cielo se iluminaba continuamente, en silencio, avisando de una inminente tormenta que, aunque aún estaba lejos, ya se dejaba notar…

Pero sí que debía de estar lejos, porque hasta hoy por la tarde no se ha acercado…

Es difícil resistirse a citar una vez más la canción de los Dire Straits. Aquí nunca llueve, solo diluvia. El ruido de la lluvia a traves de la persiana de mi habitación, junto a un trueno contínuo que lleva ronroneando más de una hora, compiten con el disco que estoy escuchando toda la tarde, como si fuese música para ascensores, pero sin ascensor. Y es una lucha peculiar, tromba de agua frente a sonidos hipnóticos con reminiscencias desérticas. Siempre me han gustado los contrastes…

Y así voy dejando pasar la tarde. Una tarde de domingo en la que si me llega un correo, es spam, y si me suena el móvil es que se han equivocado de número (no, no soy Lorena, lo siento). Como me siga creciendo el aburrimiento, a este paso voy acabar pidiendo información sobre esas fantásticas hipotecas o esos maravillosos medicamentos que tantas veces se empeñan en anunciarme, o dando conversación a alguien que no pregunta por mí.

Lo peor es que este domingo casero, gris y lento es el preludio de una semana que se prevé sin alicientes, aburrida, y demasiado ocupada con tareas por las que no me apetece preocuparme. Y de mientras voy pensando si el próximo fin de semana me voy con mis amigos a las fiestas de un pueblo, basadas en la ingesta y pringue de alcohol, o me quedo en Santander solo solísimo, pero descansando…

En fin… creo que dedicaré un rato a empezar un nuevo libro, que tengo unos cuantos esperándome. Kafka puede ser una buena elección…

Seguiremos informando…

Too late to re-stage the play

Escuchando: Script for a jester’s tear (Marillion)



Esto de escuchar música nueva tiene sus cosas… hay veces que no sé qué es lo que me voy a encontrar, o qué sorpresas me va a dar la siguiente canción…

Y claro, a veces hay sorpresas, unas agradables, otras desagradables, y otras inclasificables…

Hace un rato, escuchando un disco al azar de un grupo cualquiera, en una canción me ha parecido oír una palabra, un nombre… y por casualidades de la fonética, así era…

Una canción que en otro momento habría acabado grabada en un disco y viajando hasta quién sabe donde, o cambiando de manos antes de alguna película o de algún concierto…

De repente me he acordado de tardes, de gente, de números que he olvidado, que he borrado, pero que sé dónde buscar… y me han entrado ganas de ser curioso…

Pero no. Si era el bufón de aquel cuento, lo seré hasta al final. Final que creo que ya fue, a todo esto…

En fin: cosas mías…