Escuchando: Un domingo de sol (TCR)
Es curioso, pero vivir consiste en construir futuros recuerdos
Escuchando: Bend down the branches (Tom Waits)
(Y en eso estamos).
La frase no es mía (¡ojalá!), sino de Ernesto Sábato; me la traje de recuerdo de mi visita ayer al teatro, viento huracanado mediante. Acabamos con arena en los bolsillos.
Seguiremos construyendo.
Ora che ho perso la vista ci vedo di più
El espejo de Ojo Espejo
Escuchando: El ojo espejo (Maga)
No es que fuese un secreto especialmente bien guardado, pero hasta que no lo he tenido más o menos completito, no he querido darle publicidad. Pero yo creo que ya es el momento: Ojo Espejo, mi página de fotos, tiene una nueva versión: mi cuenta de flickr se ha convertido en un espejo de Ojo Espejo.
Ahora en ambas páginas se comparte la base de datos de fotografías, y he actualizado los contenidos… hacía ya casi un año que no publicaba nada nuevo, y había material pendiente: mi viaje por Cádiz, mis fotos del Santander Summer Festival y del Summercase, mi viaje por Irlanda… y así hasta completar la colección de 799 imágenes que tengo ahora mismo disponibles.
Desde Ojo Espejo se pueden ver como siempre, y desde flickr además se pueden realizar búsquedas y (para los que tengan cuenta, algo gratuito y recomendable) comentar, añadir notas…
Poco a poco iré añadiendo las fotos que me faltan hasta ponerme al día.
Seguiremos fotografiando.
La broma o la mano del destino
Escuchando: Nunca el tiempo es perdido (Manolo García)
No tuve tiempo ni de despedirme, pero ya he vuelto. Esta vez tocaba fin de semana rural, buena compañía y aperos fotográficos para intentar presentarme a un concurso.
Y ha estado muy, muy bien… aunque no tanto como me hubiese gustado. No ha acompañado ni la luz ni el tiempo, no hemos podido ver las estrellas, y he estado torpe hasta enfocando. Incluso. Todo en esta vida necesita su tiempo. Y práctica.
Afortunadamente, los pequeños detalles no suelen serlo tanto, y hacen olvidar todo lo demás.
Seguiremos informando.
¡Avance de la vigésima tercera edición!
Escuchando: Virtuality (Rush)
Lo dice el diccionario de la RAE:
internet.
1. amb. Inform. Red informática mundial, descentralizada, formada por la conexión directa entre computadoras u ordenadores mediante un protocolo especial de comunicación.
ORTOGR. Escr. t. con may. inicial.
Así que ya podemos hablar de internet e Internet con toda propiedad. Qué menos, no es una palabra tan fea, no tanto al menos como otros engendros admitidos por la academia en ediciones anteriores (cederrón, por ejemplo).
De todas formas, yo este diccionario nuestro lo consulto siempre con gesto de escepticismo (y una ceja visiblemente levantada) desde el día en que descubrí que habían admitido almóndiga. Sic. Miedo me da que en su siguiente edición (que será la 24, porque los ordinales están tan, tan pasados de moda), nos encontremos algo similar a lo de la foto (real, de este fin de semana, por cierto)
Seguiremos limpiando, fijando, y dando esplendor.
PD: Tuesday, Wednesday stay in bed
Gastronomía razonable
Escuchando: Amor de estómago (Pecker)
No estábamos todos los que somos, pero éramos todos los que fuimos. Fiesta del Orujo en Potes. Este año, más tranquila y con menos gente. Ha sido muy divertido, aunque al final el orujo ha quedado como mero acompañamiento de los homenajes gastronómicos que nos hemos pegado, en parajes idílicos de Cantabria y Asturias.
Tiene que ser muy aburrido no saber disfrutar de la vida.
Seguiremos informando, en esta semana que se presenta agotadora. I don’t care if Monday’s blue…
Cómo desaparecer en la niebla
Escuchando: How to disappear completely (Radiohead)
¡Hasta mañana!
El bueno, el bueno y el bueno
Escuchando: El éxtasis del oro (Ennio Morricone)
Histórico el concierto de ayer, Ennio Morricone en el día de su cumpleaños, con la Orquesta Sinfonetta y el coro Intermezzo, doscientos músicos sobre el escenario y unas composiciones tan míticas que ponían la piel de gallina.
Quizás esperaba un final más épico con La Misión, pero al final el momento álgido de la noche llegó con los temas de El bueno, el feo y el malo. Un interpretación irrepetible, que conseguimos que se repitiese a base de aplausos y en forma de bis. Insisto: histórico, no somos dignos.
Eso sí, como soy un gruñón, van los peros: un Palacio de Deportes no es el sitio adecuado para un concierto de estas características. Las percusiones y, especialmente, la batería producían ecos por todo el recinto. Una lástima, sobre todo teniendo en cuenta que en nuestra ciudad tenemos un Palacio de Festivales con una acústica idónea, y con un aforo similar. Cuántos caminos inescrutables
Voy a recordar otra vez el concierto de ayer, y a imaginarme que estoy en un duelo… seguiremos informando.
Hola, ¿está el libro?
Escuchando: Pongamos que hablo de Madrid (Joaquín Sabina)
Me he traído de vuelta de Madrid mucho cansancio, una buena dosis de sueño, dos carretes caducados que me regalaron, un nuevo fotómetro antiguo, un caleidoscopio, un par de discos y una fonera.
Lo de la fonera ha sido una de las pocas cosas que he sacado de un SIMO más soso incluso que años anteriores. Ni siquiera la zona Apple tenía algo especial. Lo más destacable, lo dicho: la generosidad de la gente de Fon (y mejor aún con buenos contactos), y poder echar un vistazo al nuevo Windows Vista. No tiene mala pinta, lo que no es decir mucho: utilidades y aspecto calcados de otros sistemas operativos (y no miro a nadie) con prestaciones inventadas ya hace tiempo… sólo que con Windows hace falta un ordenador monstruoso para que vaya decente. Prepárense, ustedes usuarios ansiosos de Windows, a cambiar de equipo para probar lo último.
El resto de la visita a la capital se resume en: muchas risas, aglomeraciones en el metro, una visita al teatro, descubrimientos de rincones, jazz, cenas en sitios curiosos (viendo incluso alguna cara conocida), encuentros, reencuentros, presentaciones, y falta de tiempo para quedar con mucha más gente. Me hacen falta días de dos días.
Tiempo. Eso es lo que tuve que hacer en la T4 antes de coger el avión hacia Santander. Colas, retrasos, facturaciones caóticas y desayunos tardíos nos llevaron de vuelta desde el lluvioso Madrid hasta la cálida y soleada Santander. Quién me lo iba a decir.
Seguiremos informando.