Camarero, ponme un Kas

Escuchando: Love Vibration (Josh Rouse)

Añado el concierto de ayer de Josh Rouse a la lista de momentos a recordar. Esperaba un buen concierto, pero su simpatía (es un tipo realmente entrañable) y su repertorio superaron todas las expectativas. Él sólo, con su voz, su guitarra y una armónica, se bastó para llenar la sala. Eso sí, tiene que pulir sus escasas (tres) composiciones en castellano. Las letras de Los Lunnis tienen más enjundia.

El fin de fiesta, cantando Love Vibration a pelo y entre el público, fue el broche perfecto para la primera jornada del festival CuVa, cuya nota más destacable fue la asombrosa ausencia de público dada la calidad del cartel. No hay quien entienda a la gente.

Hoy más. Con concierto de Low a la vista, estoy seguro de que será otra gran noche. Seguiremos disfrutando.

Somos una ciudad moderna

Escuchando: Mussolini’s Mind (Freak Kitchen)

Van a quitar la estatua, y Don Julián Fernández Fernández no está de acuerdo. El homenaje a Franco desaparecerá de la Plaza del Ayuntamiento de Santander (hasta hace nada, Plaza del Generalísimo) no por cumplir ninguna ley, sino a consecuencia de unas obras de remodelación. Así, perderemos esa peculiaridad que nos convierte en la aldea de Astérix del franquismo.

Curiosamente, a la vez que desaparece este lúgubre símbolo, nos van a plantar en otro punto bien visible de la ciudad una bandera de España tamaño Colón madrileño. Que no es que tenga nada en contra de nuestra bandera (entiendo que ondeará sin pollo), pero estoy seguro de que se acabará convirtiendo en el nuevo punto de reunión de Don Julián Fernández Fernández y sus amigos. Eso si el trapo aguanta: espero que lo hayan calculado todo. Tal y como sopla el viento por esos lares, como se suelte del mástil la bandera, aparece por lo menos en Perejil. Español.

En fin. Cada vez que se quita una estatua de Franco, Dios mata un gatito. Y Don Julián Fernández Fernández, santanderino de pro, se disgusta.

No sé si podré dormir con esta carga de conciencia. Seguiremos informando.

El penúltimo mohicano

Escuchando: Color en el blanco (Sergio Makaroff)

Decía Sergio Makaroff que en tiempos de fax, es el penúltimo mohicano de la era postal. Y en una época en la que todo está en Internet, la información se ha convertido en la protagonista, mientras que su soporte ha perdido relevancia. La mayoría de nosotros, si nos compramos un disco, por ejemplo, lo primero que hacemos es digitalizarlo para llevarlo en el reproductor portátil, o para escucharlo en el ordenador. El contenido vence al continente.

En un tiempo en el que los discos se fabrican por millones, como churros, los únicos lanzamientos que acaban llamando la atención son los que aportan algo original, artesanal, diferente. Los vinilos y las pequeñas tiradas caseras se están poniendo de moda porque además de escucharse se pueden disfrutar con la vista, con el tacto, con el olfato.

Me apetece ser uno de esos penúltimos mohicanos. Quién sabe. Hay una idea dando vueltas, y está a punto aterrizar.

Seguiremos informando.

Mapple

Escuchando: The Simpsons Theme (Danny Elfman)

Aunque los Simpson han perdido fuelle en sus últimas temporadas, siguen teniendo momentos geniales. En el capítulo que se emitió ayer en yankilandia, la familia amarilla protagoniza una crítica demoledora a «Mapple» y a sus productos. Real como la vida misma. Una pena que los vídeos más largos que circulaban esta tarde por ahí hayan sido retirados de YouTube por la Fox.

Seguiremos informando.

Quita niño, que yo era friki antes que tú

Escuchando: Stars Wars – Main Theme (John Williams)

Uno de los momentos estelares del pasado fin de semana fue la visita a la exposición sobre el universo de Star Wars. Fue un momento que viví con la madurez y seriedad que el evento merecía; esto es: paseando entre «ooooohes«, «aaaaaaahes«, y apartando niños para hacerme una foto con un sable láser en la mano. Lo normal.

Una lástima que la Escuela Jedi estuviese tan saturada de gente, hubo que dejarlo por imposible. Pero la exposición merece la pena a poco aficionado que uno sea a las historias de la saga.

Yo salí de allí con unas cuantas fotos, y unas ganas enormes de volver a ver las películas. Ah, y con una pequeña maqueta de un Tie Interceptor. Bueno, y también con un Luke Skywalker como el de aquella boda. La tienda a la salida de la exposición tiene mucho peligro, y nuestra habitación de los juguetes tiene dos más.

Seguiremos jugand… informando.

Vagamos por las calles

Escuchando: Bright lights, big city (X-Wife)

Hacía mucho, demasiado, que no me paseaba por las calles de Madrid, y este fin de semana me he quitado la espinita. Ha sido muy fugaz, y no he podido quedar con todos los amigos que me hubiese gustado, pero ha merecido la pena. Supongo que vivir en una gran ciudad tiene que ser más monótono y bastante menos interesante que visitarla un par de días; pero yo necesito cada cierto tiempo perderme en una de ellas, aunque sea por unas horas, para sacudirme un poco el provincianismo.

Esta vez no ha habido Malasaña, ni siquiera visita a FNAC, pero sí alguna exposición, unas cuantas compras, visitas a restaurantes conocidos y desconocidos, shisha, Rastro, cañas, tapas, teatro y muchas risas. Mil gracias a nuestra anfitriona, y a los sospechosos habituales por hacer de guías.

Seguiremos informando.

Jorge Alderete

Escuchando: Maremoto (Los Coronas)

Esta mañana he estado ayudando a montar la exposición que presidirá el festival CuVa dentro de unas semanas. Una selección de trabajos (láminas, pero también vinilos, compactos, libros, muñecos…) del ilustrador Jorge Alderete. Color, imaginación y expresividad a raudales. Se puede visitar desde hoy en el Palacio de Festivales de Santander. Altamente recomendable.

Seguiremos informando.

Vuelve a tener pulso

Escuchando: Shine on you crazy diamon (Pink Floyd)

Se trata, en mi opinión, de uno de los discos en directo más grandiosos de la historia. Y además, tiene una lucecita. Sí, en el lomo. Lo compré allá por el lejano 95, y su luz estuvo parpadeando durante un par de años. Siempre me servía de referencia cuando mi habitación estaba a oscuras. Cuando la pila se agotó, mis rodillas lo notaron.

El otro día me perdí en Internet y acabé en una página en la que explicaban cómo reemplazar la batería, algo que nunca había intentado por pereza. Y el disco vuelve a tener pulso.

Seguiremos informando.