Yo también quería un final feliz…

Escuchando: Blue train (John Coltrane)

2046. Una película a recomendar, pero sólo a algunos. A los que sean capaces de entrar en una sala de cine con la mente abierta, no sólo con la idea de pasar un par de horas entretenidas, sino también de dejarse envolver por las imágenes de uno de esos pocos directores que tienen eso que tanto me gusta: su universo privado.

Por eso ayer, en la Filmoteca, había gente que se aburría. Que se aburría soberana y sonoramente, además. Podrían haber salido de la sala discretamente en lugar de andar dando el coñazo, pero no. El pesado que tuve por anónimo compañero de butaca, al finalizar la cinta lo primero que soltó fue un necesito un café. Pues sí, que se lo tome. Y mientras lo hace, que aproveche para echar un vistazo al programa de la Filmoteca para evitar futuros errores.

Hay gente que va a ver una película oriental porque parece que está de moda. Porque ha oído hablar de ella en la tele y ha leído una reseña en una revista de tendencias. Así que se convierten en elitistas cinematográficos por una noche, y toman al asalto la Filmoteca. Eso sí, quieren una película independiente, distinta, original… pero por favor: que empiece con una secuencia de acción; después que expliquen toda la trama claramente; al final, que el bueno luche contra el malo, recate a la chica, y salve el mundo. Como tienen que ser todas las películas. Y si no es así, tienen permiso para bostezar haciendo ruido, para pasarse media película hablando y para hacer chistes cada vez que sale algo escrito en chino. Qué pena. Me recuerda a esos americanos que vayan al país que vaya, siempre comen en el MacDonalds. Y si no tienen, es una mierda de ciudad. Pues eso.

Bien tras este desahogo contra los maleducados, he de decir que la película me gustó… Eso sí, creo que si no hubiese visto la anterior película del director, me habría quedado a medias: personajes, obsesiones, recuerdos, símbolos, imágenes… en 2046 hay mucho de Deseando amar. 2046 no es una película de ciencia ficción, no es una película sobre el futuro, sino sobre el pasado. Sobre 2046, que no es un año, no es una ciudad, no es una habitación de hotel, no es un tren, no es un tren; es dondequiera que permanezcan los recuerdos.

Bellísimas imágenes, mestizaje musical, estribillos visuales y sonoros, frases memorables (detrás de cada recuerdo hay un rastro de lágrimas…), miradas, sentimientos. Otra forma de hacer cine. Puede que ni mejor ni peor (aunque yo tenga una opinión bien clara)… pero totalmente distinta, sin duda.

Yo también quería un final feliz,
pero no sé cómo escribirlo…

Seguiremos informando.

PD: Como bien me había adelantado Pan (por un día no hemos podido ver y comentar la película al tiempo, lástima) la publcidad subliminal que mete LG es de todo menos subliminal. Son optimistas y esperan seguir existiendo dentro de 41 años, con el mismo logotipo. Esperemos que no caigan en desgracia, como les pasó a otros