Escuchando: Blood Thirsty Bastards (Disrty Pretty Things)
Se supone que en estas fechas todos somos mejores. No me va mucho eso, prefiero a la gente que intenta ser moderada o inmoderadamente buena durante todo el año. Desgraciadamente, también se da el extremo contrario: esas personas que son unas auténticas hijas de puta. También en Navidad.
Aún recuerdo aquel día de Nochebuena, cuando iba camino de la cena familiar, y vi cómo un conductor atropellaba a una persona en pleno centro de Santander, sin detenerse después.
Me he acordado de ello hoy al leer esta noticia. No se queden en el titular, fíjense en los detalles. Yo, lo leo, lo vuelvo a leer, y me sigue sin entrar en la cabeza: ¿cómo es posible que haya gente así? Triste, muy triste.
Seguiremos informando.