Ya estoy en Madrid, desde ayer. El viaje fue perfecto, y nada más entrar al primer metro, en el mismo tren y vagón me encontré con un amigo de Santander, una agradable sorpresa. Madrid también es muy pequeño.

Hoy ha sido el primer día que he estado pateando la capital. Siempre son agradables los reencuentros, algunas veces más. Incluso. Me han regalado una alfombrilla de ratón con forma de pinta de Guinness, traída directamente de Irlanda.

Por mi parte, yo me he comprado una cámara (otra más, y no será la última: antes de venir aquí me dieron la noticia de que he ganado otra en un concurso, no sé nada más, los detalles el lunes), también he comprado carretes: caducados y sin caducar. Con uno de éstos últimos hemos estado todo el día sacando fotos, las hemos llevado a revelar, y las hemos visto con una ilusión que ni niños pequeños. Niños que beben mucha Guinness, todo hay que decirlo.

Ah, y hemos comido en un restaurante persa, que queda añadido a la lista de locales recomendables. Sin duda.

Esto, muchas risas y algunas compras más, es lo que ha dado de sí el primer día. Desde luego, sólo por hoy ya ha merecido la pena la visita. Gracias…

Seguiremos informando.

PD: Y lo que queda… el fin de semana, festival Summercase, aunque he vendido mi entrada. Sí, tal cual. Al final, me han dado pase de prensa. Pondré a cargar la cámara….