Octubre

Escuchando: Me llaman Octubre (Love Of Lesbian)

Me llaman Octubre, no pretendas saber más de mí.
Mejor no preguntes, soy luna nueva fácil de partir.
No pierdas tu tiempo.

Obstinado en mantenerte como un viento a mi lado,
yo te convertí en Noviembre, así es mi calendario.
A veces pienso que es un don olvidar.

Me llaman Octubre, desde que sólo hablo de ti
y ya no hay más solución que esconderme.

Hola, visión

Escuchando: M (The Cure)

The Cure contra la bachata. Curiosa noche la de ayer: doble concierto de los paisanos No Romance y los madrileños Gestalt, toques siniestros en una sala habitualmente dedicada a los ritmos latinos. De hecho, estaban desando echarnos (¡y con qué modales!) para reabrir la discoteca y poner su **** pachanga acompañada de ¿striptease?. No comment.

Da igual. Público y músicos nos fuimos con la música a otra parte. A la nuestra. Y cuando acabamos allí, a ritmo glorioso de Sigur Rós, terminamos donde los otros. Gran noche. Cuando me retiré, veía hasta animales en las paredes. Qué cosas.

Seguiremos informando

Treinta euros de música (esto es la pera)

Escuchando: Mr. Hat (Sexy Sadie & Big Toxic)

Ayer me gasté algo menos de treinta euros en discos. Compra que me ha venido bien hoy, porque necesito terapia de choque.

Y es que, además de hacer compras, acabé ayer el día en las casetas que plantan al lado de mi casa en esta la semana grande (minúsculas intencionadas) de Santander. ¿Casetas? Sí, sí, con portalón luminoso al más puro estilo Feria de Abril y todo. En fin, estos días esta zona está hasta arriba de gente: toros, sevillanas y olé. Ain’t my cup of tea, pero en lugar de quejarme y protestar por el ruido (como hacen vecinos de otras zonas cuando hay conciertos) me dejo caer a tomar algo… como ayer, en buena compañía (y mi camiseta más anti-taurina, eso sí)

Ahora bien, por mucha voluntad que le ponga, no me sale. Hay una peña taurina que monta una carpa, con discoteca y barra (mucho dinero, miedo me da pensar que el ayuntamiento dedique dinero a subvencionarlo…) en la que meten mucho, mucho ruido. Sólo hay algo que me irrite más que tener que tragarme la peor morralla musical de los últimos 15 años… y es que encima el dj y sus amiguetes animen el cotarro micrófono en mano, al más puto estilo verbenero. Que sí, que sí, que soy un elitista de mierda, y debería ser más mundano, disfrutar, bla, bla, bla. Sin duda.

Pero nadie es perfecto.

Total, que los discos que me compré ayer me vienen de perlas como reconstituyente musical. La sección de ofertas de Tipo siempre me sorprende. Recuerdo: no llegó a 30 euros. Y me llevé: la nueva edición del Automatic Imperfection, que incluye seis temas más y un dvd con un concierto, entre otros extras; un cd single con remezclas también de Marlango; un doble recopilatorio de Metropolis; un recopilatorio de Subterfuge; una reedición de un disco de Najwa con temas extra; el disco de Sterlin, y el grandes éxitos de Sexy Sadie, con dvd de videoclips y temas en directo.

¡Más volumen!

Las palabras son innecesarias

Escuchando: Enjoy the silence (Depeche Mode)

El concierto estaba yendo genial. Estábamos bastante cerca del escenario, sin agobios de gente, con sitio para movernos. El sonido era perfecto, el montaje digno de un grupo de su categoría.

Eso sí, la cerveza, te la vendan al precio que te la vendan (y en Anoeta fue a precio de oro) tiene sus efectos secundarios, así que la mitad del grupo aprovechamos un tema un poco más tranquilo para acercarnos a los baños.

Ya estábamos volviendo cuando comenzó la locura. Personal Jesus. En lugar de volver corriendo donde el resto de la gente, nos quedamos un poco más lejos, cerquita del escenario pero con todo el sitio del mundo para botar. Y vaya si lo hicimos. Qué locura. Y justo después, Enjoy the silence. Delirio ya, oiga.

Porque este verano estoy poniendo el listón muy alto, que si no habría sido el mejor concierto de mi vida. Sólo (¡sólo!) ha sido uno de ellos…

Seguiremos informando.

¿Los gaiteros van al cielo?

Escuchando: Entre el Ebro y Peñavieja (Cahórnega)

Gracias por insistir. Venciendo pereza y cansancio, finalmente fui ayer de festival folk. Y fue la mejor de las elecciones, porque la noche estuvo muy, muy, muy bien.

Los problemas para aparcar ya daban pistas del llenazo y del ambiente que había por allí. Tras situarnos y plantar la tienda de campaña (uno se aburguesa, se hace mayor… hacía un montón de tiempo que no dormía en tienda) y dar cuenta de parte del avituallamiento, llegamos al recinto de los conciertos cuando ya habían empezado The Chieftains.

En fin, qué decir. Cuando se lleva tantos años encima de un escenario, difícilmente se pueden disimular las tablas. Una gozada escuchar el acento de Paddy, sus repasos a los clásicos más clásicos (cayó la que escuchaba yo ayer, con guiño a los Stones incluido) y el buen hacer de todos y cada uno de los músicos de la banda (qué solos de arpa…)

Eso sí, lo más llamativo del concierto fue cortesía de los miembros más jovenes del grupo; no llevé más que la cámara de emergencia (no quería cargar con trastos), así que no tengo casi fotos, pero sí algún video. Siempre es espectacular ver estos bailes.

Durante un tema, Carlos Núñez acompañó sobre el escenario a los irlandeses, y su banda de gaiteros también tocó con The Chieftains en su bis. La noche empezaba bien, muy bien.

Mientras llenábamos más el estómago con una hamburgandwich, comenzó el concierto de Carlos Núñez. Nunca lo había visto en directo, y he de reconocer que iba con prejuicios, porque siempre me ha parecido bastante divo y creído. Pero las cosas como son: su concierto fue para quitarse el sombrero. De hecho consiguió lo que no lograron los Chieftains: poner a todo el mundo a bailar. La noche seguía bien, muy bien.

Cuando terminó Núñez, nos cambiamos al escenario pequeño, a disfrutar de la música de Cahórnega. Impresionantes. Los he visto ya unas cuantas veces, y creo que la de ayer fue la mejor. No por el sonido, no porque tocasen mucho mejor que otros días. No. Sencillamente, fue uno de esos conciertos que acaban siendo especiales, en los que todo el mundo se lo pasa bien, encima y debajo del escenario. Mucha gente, muchos coreando sus canciones, todos botando, todos pidiendo más y más bises. Bravo por Cahórnega. La noche terminaba bien, muy bien.

Y digo que terminaba porque aunque después tocó El Hombre Pez, su mezcla de folk con electricidad y performance no nos acabó de convencer (o quizás andábamos ya demasiado cansados), y nos retiramos, entre risas y patatas, a dormir… algo que conseguimos pese a la impresión de haber tenido a un gaitero al lado de la tienda durante toda la noche.

Hoy, tras levantarnos y recoger los trastos, hemos desayunado la palmera más grande del mundo. Una buena forma de reponer fuerzas tras una memorable noche de sábado.

Seguiremos informando.

¡Ausente!

Escuchando: Can’t get enough (Infadels)

Si me notan como ausente estos días, es porque estoy cubriendo y descubriendo el Santander Summer Festival, que comenzó ayer.

Infadels es mi nuevo grupo preferido, y el concierto de Marlango, justo después, se hizo aburrido. A Leonor le sientan los tirantes como a nadie, eso sí.

Seguiremos informando.

Uno más uno son siete

Escuchando: C’mon, Rajoy (Beef)

¿Quién nos lo iba a decir? Pues Marianico, claro. Espero que en su época de registrador de la propiedad hiciese mejor las cuentas. Ay, Mariano, Mariano, ¿cómo se te ocurre decir esto?

«Dos de cada tres ciudadanos de Cataluña no han apoyado el proyecto de reforma»

Aquí el de barbas mete en el mismo saco a los que se acercaron a votar que NO, a los que votaron en blanco, y a los que pasaron de votar y se fueron a la playa. ¿El que calla otorga? En este caso no. De hecho, más vale callar y parecer idiota, que abrir la boca y demostrarlo. Porque la frasecita es un insulto a cualquiera que tenga dos dedos de frente. Lo peor es que haya gente que le crea, que le ría las gracias, y que le voten, en lugar de botarle, que es lo que se merece…

Teniendo en cuenta que el NO ha tenido aproximadamente un 20% de los votos, con un 50% de participación, la cuenta es bien sencilla: el 10% de la población ha votado lo que Mariano quería. Uno de cada diez. Con una partipación muy baja, pero peores se han visto y entonces no pasaba nada…

Todo el mundo manipula, pero que en tiempos de Google Maps, y de Internet, haya gente que desprecie de forma tan descarada el rigor a la verdad y a las matemáticas más elementales, me parece sorprendente. E indignante.

Seguiremos informando.