Fin de un reportaje casi infinito

Escuchando: Fin de un viaje infinito (Deluxe)

Hace exactamente un año que me fui de viaje, mis vacaciones del año pasado. Hace aproximadamente un rato que he terminado de seleccionar, editar y preparar las fotografías de aquellos días. A mi ritmo.

Hacer fotos es muy divertido, pero el trabajo que llevan después ya no lo es tanto. Revisar, seleccionar, ordenar, editar, ajustar, guardar. Un proceso que acaba llevando mucho tiempo si el número de fotos (como era el caso) supera los dos millares. Además, en este año he tenido otras imágenes que corrían más prisa; si no a mí, sí a los demás: conciertos, festivales, exposiciones, bodas, hijos de amigos y familiares…

En cualquier caso, más vale tarde que nunca: una gran parte de las fotografías (las publicables) está en mi flickr; con ellas y con otras muchas más (las nuestras, las fotos con los amigos, las más divertidas) haré un dvd para recordar aquellos días con los compañeros de viaje.

Ahora, a buscar ratos libres para hacer lo mismo con el viaje a Francia del pasado otoño. Todo a su tiempo.

Seguiremos informando.

Tres días que se convirtieron en cinco meses

Escuchando: Exhibiciones (Tachenko)

Sí, iban a ser tres días, pero al final mis fotografías pasaron a ser parte del mobiliario del Palacio de Festivales durante más de cinco meses. Todo un honor.

Hoy, finalmente, he retirado la exposición. Algunas fotografías se convertirán en regalos, otras pocas adornarán las paredes de casa, y con el resto… ya pensaré qué hacer.

Tener la oportunidad de exponer allí ha sido toda una experiencia, y no me cansaré de agradecer a toda la gente que me ayudado con ello. Así da, literalmente, gusto.

Gracias también, por supuesto, a todos los que pasaron a verlo.

Seguiremos informando.

Un paseo por las nubes

Escuchando: Como nubes a mi té (Maga)

Ayer por la mañana, mientras me perdía entre fotos de flickr, encontré una frase que me llamó la atención: aprender a ver la lluvia como un inconveniente, no una razón para quedarse en casa. Buena filosofía, que nos tomamos al pie de la letra, justo después.

El mal tiempo no pudo evitar que disfutásemos de una espectacular excursión a Tresviso, un pueblo de Cantabria que aún no conocía, al que sólo se puede llegar desde nuestra región mediante una ruta a pie (que aún no he hecho, ayer no era el día más indicado, además) o en coche dando un rodeo por Asturias.

La lluvia no deslucía el paisaje, ayudaba a hacerlo más espectacular mediante constantes y caudalosas caídas de agua, se mirase donde se mirase. La primera parada fue en Asturias, en Tielve, rincón que ya conocía y del que tenía un recuerdo magnífico y gastronómico. Ayer la fabada y el cabrito no me hicieron cambiar de opinión. Inmensos.

Después, carretera de montaña hasta llegar a Tresviso, un pueblo en el que todo va a su ritmo, donde nos entonamos con un fantástico té del puerto, y nos pegamos un paseo aprovechando que no llovía (aunque no pensaba yo pasar tanto frío a estas alturas del año). Allí también nos encontramos con gente muy acogedora, y con un resquicio de cobertura que nos permitió enterarnos, foto incluido, de que la pequeña Claudia acababa de nacer. Bienvenida. Viva la tecnología, cuando ofrece estas pequeñas sorpresas.

Al final, después de muchas curvas, baches, niebla, ríos embravecidos y cambios de vehículo, llegamos a casa para comprobar que se nos había pasado el día volando y ya era hora de dormir y descansar. Buena forma de aprovechar un sábado lluvioso.

Seguiremos informando.

Merienda en la feria

Escuchando: Books from boxes (Mäximo Park)

Ayer estuve en la Feria del Libro de Santander, que aún no había tenido tiempo de pisar. Cambio de ubicación, buen tiempo, y una surtida colección de librerías por las que deambular sin prisa. Este año no falta ningún establecimiento clásico, pero los que más destacan son los que aportan ofertas que se salen del best-seller de rigor: libros de temática social, en idiomas extranjeros, infantiles…

Eso sí: hay un stand que destaca por encima de todos, por su original oferta (literatura infantil, diseño, cómics, ediciones propias) y por el buen gusto en su diseño y distribución: sillones, una mesa baja, un tocadiscos. Definitivamente, a esta ciudad le tocó alguna lotería cuando abrió sus puertas la librería Merienda en el tejado. Bravo por ellas.

Por mi parte, ayer me quedé con ganas de comprar algo, pero cerraron cuando aún no me había decidido. Dudaba entre Persépolis o Maus. Hoy he vuelto, y no había decisión que tomar: sólo quedaba ya el segundo. Ya tenía yo ganas de leerlo.

Seguiremos informando.

PD: Hoy he empezado un libro, yo también he caído en la fiebre Zafón, pero a mi manera. Marina me dijo una vez que sólo recordamos lo que nunca sucedió…

A mi ritmo

Escuchando: Accelerate (REM)

Llevo desde junio del año pasado seleccionando y editando las fotos de aquel viaje a Austria y Alemania. Y lo que queda. Otras fotografías (bodas, cumpleaños, conciertos, festivales…) corrían más prisa, y a éstas siempre les toca esperar su turno. Da igual: con imágenes de Hallstatt como la que acompaña a estas líneas, mejor ir con calma, procesarla con mimo, y publicarla como se merece, aunque sea muchos meses más tarde.

Mi objetivo: terminar con esas fotos antes de que cumplan un año, y crear con ellas un dvd para enseñar y recordar. ¿Lo conseguiré?

Seguiremos informando.

U ce por erre te zeta

Escuchando: School’s rules (Phoenix)

Estas últimas semanas he estado cámara en mano por la Universidad, para realizar un reportaje sobre el campus, intentando poner al mal tiempo buenas fotos. Por allí anduve, acechando en las facultades, en las esquinas y en las alturas. Acabo de publicar en flickr y en Ojo Espejo una selección de mis fotos favoritas del reportaje, para los curiosos.

Seguiremos fotografiando.