Curioso despertar el de hoy. Desagradable al pincipio, a golpe de llamada de teléfono, al fijo, que he dejado sonar porque seguro que no era para mí… Como ha sonado bastantes veces, he llegado a dos conclusiones:
#1 – Que no había nadie más en casa, ergo hace día de playa…
#2 – Que es una putada que se encienda la tele del salón sola. Más si se enciende para deleitarme (sic) a todo volumen con el discurso del rey en Santiago. Dejando a un lado mis tendencias antimonárquicas, lo que es innegable es que el hombre éste tuvo que hacer novillos en las clases de dicción para irse a perseguir princesas helenas, o algo así….
Total, que me tuve que levantar a apagar la tele.
Y el día mejoró. Primero al ver la primera página de El Diario Montañés de hoy. Ya me lo habían adelantado hace unos días, pero hoy se he confirmado públicamente la noticia. A partir de Septiembre, Ryanair opera en Santander. Vuelos directos a Londres y a Roma. Y poco después se unirá Frankfurt. Cuesta hacerse una idea de la magnitud, de la importancia que esto puede tener para la región. Se trata de una grandísima noticia.
Ayer por la noche, fondeado un rato en La Cala, comentaba esto mismo con Salva, sobre todo las diferencias brutales de precio entre estas compañías de bajo coste y las compañías tradicionales. Hoy también, el suplemento dominical del periódico incluye un reportaje sobre el tema, demostrando que es posible recorrerse Europa por 120 euros, tasas incluidas. ¿Los trucos? Los que ya sabemos: compra de billetes (electrónicos) por internet, no estar atado a una fecha específica, ausencia de ventanillas de las compañías en los aeropuertos, ningún tipo de servicio a bordo, plazas más estrechas, limitaciones estrictas en el peso del equipaje, retrasos, vuelos de aeropuertos de segunda…
Claro, que más de la mitad de estos inconvenientes también se pueden aplicar a las compañías tradicionales, y cobran 10, 20, 30, 100 veces más por el mismo trayecto…
Después de remolonear un rato más en la cama, acabé levantándome, a ritmo de máquina de efectos encadenados como banda sonora…
Habrá que disfrutar del día…
Seguiremos informando…
PD: Nuevo local de copas en Cañadío, Loft. No llegué a entrar, pero algunos de mis amigos sí lo intentaron. Dudo que con mis Adidas yo lo hubiese conseguido. Aunque sí que cumplo el otro requisito que parece imponen en la puerta. Carnet de identidad. Edad mínima: 25 años. Un día de estos que me aburra me pondré a investigar qué permite y qué no permite legalmente un derecho de admisión.
PD #2: A ver si la gente vuela ahora a Europa, ve que hay vida más allá del Sardinero, y comprueba que en el resto del mundo, lo cool es irse a tomar una copa con calzado deportivo