Todo está hecho para romperse

Escuchando: Iris (Goo Goo Dolls)

When everything seems like the movies
You bleed just to know you’re alive

And I don’t want the world to see me
Cause I don’t think that they’d understand
When everything’s made to be broken
I just want you to know who I am

Cierren un ojo, asómense y verán

Escuchando: Dress up in you (Belle & Sebastian)

Y yo sin enterarme. Millás ha publicado un nuevo libro, El ojo de la cerradura. Es su continuacíón a Todo son preguntas. Si el primero me pareció genial, estoy seguro de que éste no va a ser menos. Pueden leer un fragmento acá, y participar en el sorteo de ejemplares acullá. Yo lo he hecho, aunque creo que pasaré ahora mismo por la librería que tengo enfrente del trabajo.

Seguiremos informando.

«Por un puñado de euros» y otras historias aburridas

Escuchando: If you’re feeling sinister (Belle & Sebastian)

Esta mañana he participado en una escena en la que un cliente estafado le grita a un director de sucursal bancaria que se lava las manos, con algunos extras haciendo de clientes. Nadie se ha salido de su papel. La escena final ha tenido lugar en la sede central de la entidad, donde mi personaje ha presentado personalmente una reclamación. Es ridículo tener que perder el tiempo en algo así. Pero soy más cabezota que cualquiera que se considere cabezota.

Por la tarde, he estado trabajando un rato, también pensando en alguien a quien quiero mucho, y que hoy ha comprado un billete de avión para irse a otro país. Al final de la tarde, ha sufrido un ataque por sopresa de cansancio, de aburrimiento y de pereza, y me he rendido con cierta desgana. He vuelto a casa, he cenado y he visto el sexto episodio de The IT Crowd. Uno de los protagonistas llevaba una camiseta con un 42. Me he puesto la sintonía de la serie como melodía del móvil. Soy un puto friki.

Es la noche ideal para escuchar Belle & Sebastian. He terminado de leer una revista que tenía casi terminada; he terminado de leer un libro que tenía casi terminado; me he puesto a escribir ésto; y ahora, aunque dejo por contestar algún correo electrónico y algún mensaje en el móvil, me voy a la cama. Soy un puto friki asocial. A veces.

Seguiremos informando.

Keli Finder y su puta madre buscan piso en Alcobendas

Escuchando: Our house (Madness)

Nuestro Gobierno se preocupa porque los jóvenes no tenemos acceso a la vivienda. Digno. Aunque la verdad, visto lo visto, no sé si se preocupa o se gasta el dinero en estupideces para aparentar.

Bueno, sí lo sé. Es lo segundo.

Se acaba de presentar un portal en internet dedicado al loable fin de que los jóvenes podamos encontrar toda la información necesaria para acceder a ese bien de lujo denominado casa. Ahora bien:

1) El portal se llama Keli Finder. Mola mazo, cantidad. Uh, que modernazos, estos del ministerio de la viviendo. Ridículo el nombre, ridículo el uso del inglés, y ridículo que acabe en .com, siendo una iniciativa oficial del gobierno. El .es también funciona, pero redirige rápidamente al ¿políticamente correcto? dot com.

2) La página ha costado 140,000 euros. Más de 20 millones de las antiguas pesetas. De ese dinero, parece que poco han destinado a un alojamiento en condiciones, porque ahora mismo la página está saturada y no se puede acceder: sale un mensaje diciendo que lo solucionarán en breve. Igual pensaban que el tema este de la vivienda no interesaba a nadie, y no iban a tener visitas. De todas formas, es una página cara teniendo en cuenta que -por lo poco que pude ver ayer antes de la presentación oficial- ni siquiera se veía correctamente usando Firefox. Lamentable.

3) Aparte de gastarse los (nuestros) cuartos en la página, han montado una campaña de publicidad en televisión, radio, cines… campaña que personalmente no me gusta, y que además incluye el reparto de 10,000 pares de zapatillas como las del banner de la página. Zapatero a sus zapatos, sin duda. Lamentable, también. No habrá cosas mejores en las que gastar el dinero, no.

En fin. Espero que al menos, cuando arreglen el condensador de fluzo del servidor, la cosa sirva para algo. Porque si no, es para cagarse en Keli, en su puta madre, y en la forma que tienen nuestros políticos de abordar un problema de primera necesidad para los jóvenes.

Seguiremos informando.

Mi cámara Lomo

Escuchando: Smiling to camera (Second)

En mi relato del pasado fin de semana, había dejado caer algo sin explicarlo mucho. Era ésto:

No resisto la tentación de comprarme otra cámara. De carrete.

Ha llegado el momento de aclararlo. Es cierto: tengo otra cámara, y es de carrete, no digital.

Podría decir que añoraba esa sensación de recoger el sobre con las fotos, y descubrir si han salido bien o mal, mientras se recuerda el momento inmortalizado. Podría decir que había oído hablar del tipo de cámara que me he comprado, y que siempre me había parecido algo divertido y original.

Podría decirlo y sería cierto. A medias. Porque la realidad es que me he comprado la cámara, básicamente, porque mi vecina del ártico me ha picado. Así, tal cual. Y claro, a uno le cuesta resistirse cuando atacan donde duele.

Me he comprado una cámara Lomo. En concreto, una Supersampler. Es muy peculiar, parece de juguete. Totalmente mecánica, no tiene flash, ni usa pilas, ni nada. De hecho, para pasar la foto hay que tirar de una cuerda con una anilla. Tal cual.

Eso sí, tiene 4 objetivos en serie, y en cada disparo toma 4 instantáneas espaciadas durante 2 segundos y lo junta todo en el mismo fotograma. Como en la foto de arriba. Da mucho juego, es muy divertido, se pueden hacer barridos, mover la cámara, fotografiar orbjetos en movimiento…

De momento, he hecho pruebas con el carrete que venía con la cámara, aunque han salido todas las fotos tirando a oscuras (sólo he podido disparar en días nublados). Hoy me he comprado carretes más acordes a la cámara y a mis intenciones, y la cosa promete. Me lo voy a pasar muy bien la semana que viene en Roma.

Sí, lo sé. Soy un caprichoso. Nunca lo he negado. De hecho, no descarto (preveo, más bien) adquirir en breve alguna cámara más.

Seguiremos lomografiando.

PD: Para los curiosos, unos pocos datos técnicos. Lleva 4 lentes de 24mm, con distancia de enfoque entre 0,2 metros e infinito. La velocidad de obturación es fija: 1/100 segundos. No tiene ningún tipo de visor (bueno, sí, uno totalmente simbólico). Y los 4 disparos se pueden hacer durante 2 segundos, o durante 0,2 segundos, a elegir. El resultado: técnicamente discutible, pero con una estética muy particular. Me gusta, mucho.

Caja Cantabria me ha estafado

Escuchando: Money (Pink Floyd)

Hoy tenía que ir a recoger unas fotos. Después del fin de semana en Madrid, y de comprar ayer la National Geographic, me quedaban en la cartera unos 5 euros. Así que antes de ir a la tienda pasé por un cajero de Caja Cantabria (el que está en la Avenida de los Castros, frente a la Universidad). Saqué dinero, para las fotos y para otra deuda que tenía pendiente, me lo guardé y me fui a recoger las fotos.

Ya de paso, al recogerlas, compré unos carretes (¿unos qué? sí, ¿quién me lo iba a decir?) y lo pagué todo con un billete de 20 euros que acababa de sacar del cajero.

Perdona, pero el billete es falso.

Me han dado un billete falso en un cajero de Caca Cantabria. Me cago en la puta madre del que revisa los billetes en sus cajeros. El billete no es falso, es muy falso. Es una putísima mierda de falsificación. Así que he quedado mal en una tienda, me han timado 20 euros, y me he puesto de muy mala hostia. Así, tal cual.

Tengo una cuenta de Caja Cantabria que estaba usando sólo para gastos, para irla vaciando y cancelarla. Creo que voy a hacer ésto último, directamente. Eso sí, previo paso por la oficina donde saqué dinero. Puede que me crean o no, pero mañana les monto allí un número. Les pago (demasiado) para que me guarden el dinero, no para que me lo cambien por billetes del monopoly. Si sus sistema de detección de billetes incluyen a Rompetechos como encargado, yo no tengo la culpa. Imbéciles. No me gustaría ser mañana el cajero de esa oficina. Ya lo siento. Pero hay cosas que me ponen de muy mal humor.

Ya lo saben, si sacan dinero, revisen los billetes. Si me doy cuenta en el acto, habría podido hacer un gesto feo con el dedo mirando a cámara, al menos.

Hijos de puta.

PD: Para hacer esto aún más surrealista, no he podido editar la foto del billete falso (ésa que ven ahí arriba) con Photoshop. Se negaba a abrirla, para evitar posibles falsificaciones. Nos ha jodido. A buenas horas.

El extraño incidente del club de jazz a medianoche

Escuchando: Love me or leave me (Nina Simone)

Ayer por la noche, a estas horas, escuché una canción de Nina Simone. Me trajo recuerdos, muy buenos recuerdos. Y me puse a escribir aquí un mensaje sobre ellos.

Era otra ciudad, era otro país, había sido un día divertido, hacía mucho frío y acabamos en aquel club de jazz. Estuve un buen rato ayer, escribiendo; había un montón de detalles pintorescos: el ambiente, las conversaciones en un idioma desconocido, el pequeño escenario, el pianista ciego… y la versión de Nina Simone interpretada por aquella chica que se unió a los músicos a mitad de su concierto.

Love me, or leave me and let me be lonely
You won’t believe me but I love you only
I’d rather be lonley than happy with somebody else

Era una historia muy buena, pero cuando le di a guardar, me dijo que no. Que había pasado demasiado tiempo escribiendo -era cierto-, había expirado mi sesión, y que casi mejor, en lugar de guardarlo, lo borraba para siempre.

Una pena, me había quedado muy bien. De verdad. Ya lo siento por ustedes, yo sigo teniendo el buen recuerdo.

I intend to be independently blue

Seguiremos informando.

Y una manzana colorada

Escuchando: Sur le fil (Yann Tiersen)

Las fotos que hice en el concierto de Yann Tiersen son prácticamente lamentables. Llevé la cámara pequeña, y no se pueden hacer milagros con ella, estando relativamente lejos del escenario. Pero es que no iba a hacer fotos, iba a disfrutar del concierto. Y lo disfruté, mucho. Siempre recordaré esos temas intimistas con Tiersen al piano. O el que fue para mí el momento más especial de la noche, Tiersen y su violín: Sur le fil.

También es cierto que esos momentos no pueden dar idea de lo que fue el concierto; porque no fue nada tranquilo, en general. Fue muy, muy potente.

Aunque oscuros, ahí quedan los vídeos, de recuerdo. Qué noche la de aquel concierto.

Seguiremos informando.

PD: ¿Ese punto rojo a la derecha de la foto? Un portátil de Apple, con la manzana colorada.