Escuchando: Life is a lemon (and I want my money back) (Meat Loaf)
Distinguido cliente:
Le participamos, en respuesta a su escrito recibido en este Servicio el día de ayer, lo siguiente:
– Usted acudió al cajero automático de nuestra Oficina Urbana nº 24, constando registrado a las 18:38 horas que, tras efectuar una consulta de saldo, realizó dos disposiciones de fondos, la primera de 20 y la segunda de 100 .
– No resulta posible comprobar si el billete que nos ha mostrado se corresponde o no con uno de los que retiró del cajero automático.
– La cuestión concreta que nos expone es totalmente inhabitual, teniendo que indicarle que se intentará averiguar la posible causa de la misma.
– Nos complace informarle que, valorando la credibilidad de su testimonio, se ha tomado la decisión de ingresar en su cuenta la cantidad de 20 , previa entrega por su parte del billete falso que nos ha mostrado.
Pidiéndole excusas por las molestias que indudablemente se le han ocasionado, y esperando poder darle en el futuro un servicio satisfactorio, reciba un atento y respetuoso saludo.
Javier Giganto, Director del
SERVICIO DE ATENCIÓN AL CLIENTE
Pues sí, ya tengo los veinte euros de nuevo en mi cuenta. Así que en cuanto pueda, la cancelo. Un par de detalles curiosos más sobre esta historia:
Detalle #1: Cuando llevé el billete, me hicieron allí mismo el ingreso a cuenta. Pero me dieron el recibo escrito a mano. La oficinista encargada de la operación mandó el recibo a la impresora, pero la tenía apagada, y ya no se podía hacer nada. De todas formas, yo podía comprobar que me lo habían ingresado «actualizando la libreta». La libreta. High-tech, oiga.
Detalle #2: Utilizan en la carta el adjetivo inhabitual. Que lo será, porque no existe, por cierto. Y que leo con cierta ironía. Unos pocos días después de mi incidente, a una amiga también cliente de esta caja, le dieron en un cajero un billete de 20 , de curso totalmente legal. Una pena que había solicitado uno de 50 . La reclamación está en curso, también.
Ahí queda eso.