No estoy suficientemente cerca

Escuchando: Magnum Opus (Kansas)

No hay excusa que valga. Corran al quiosco más cercano. Salvat acaba de lanzar una colección de libros dedicados a los fotógrafos de la agencia Magnum Photos. Palabras mayores.

La colección, en sí, tiene muy buena pinta, pero estas cosas siempre hay que tomárselas con calma: 60 libros a 10 euros cada uno, hacen un total de cien mil de las antiguas pesetas. A mí, al menos no me compensa, me puedo comprar un buen libro sobre Magnum en una librería y bucear durante horas en la web de la agencia, gastándome quince veces menos dinero.

Ahora bien, el primer número, etiquetado con esas tres palabras que tanto me gustan (oferta, de, y lanzamiento, respectivamente) es de compra obligatoria para quien quiera llevarse a casa un trozo de historia. Por sólo tres euros, lámina y libro de Robert Capa, uno de los fotógrafos más míticos de la historia. Si no el que más.

Suya es la fotografía del republicano muerto por un disparo, una de las imágenes más famosas de nuestra Guerra Civil. Suyas son también las fotografías del desembarco de Normandía, cuyos negativos fueron estropeados durante el revalado y sólo se salvaron 11 imágenes borrosas e históricas.

El libro está bien, echo en falta un texto más extenso sobre la biografía del autor, pero por 3 euros no se puede pedir más. No haré la colección, pero sí compraré algún número más. El segundo, por ejemplo, caerá seguro: Henri Cartier-Bresson es uno de mis fotógrafos más admirados, y la lámina de la colección, una de mis fotografías favoritas. El número 5 me servirá también para resarcirme por no haber podido visitar la exposición sobre Steve McCurry en Barcelona.

Y para investigar un poco más sobre el resto de autores, nada mejor que dedicar el tiempo libre a perderse aquí. Merece la pena.

Seguiremos informando.

Mis 12 meses, mis 12 fotografías (III)

Escuchando: Un año más (Mecano)

Inevitable, mi resumen fotográfico del año que termina. Hace 365 días también hacía balance, miraba hacia atrás, pero las conclusiones eran muy distintas. Hoy, al recordar lo que ha significado 2006 no puedo evitar sonreír. Mucho.

Laboralmente tampoco es que ande en mi momento más estable. Pero tengo mil planes, mil ideas, y ese impagable cosquilleo que siento cuando me siento inquieto, animado, y con ganas de enredar. Desde el 6 del 6 del 6 soy autónomo, y este año que empieza espero ver nacer algunos proyectos con los que estoy muy ilusionado.

El año, por lo demás, ha tenido su ración de desgracias, catástrofes y penas varias, como siempre. Pero no pueden eclipsar ni de lejos el que me sienta feliz al llegar hoy al final de un 2006 en el que he viajado (Madrid, Roma, Irlanda, Toulouse…), me he lanzado a pinchar música, he disfrutado de conciertos (Yann Tiersen, Depeche Mode, Muse) y de festivales (Santander Summer Festival, Summercase) en los que incluso he podido tener acreditación y pasear la cámara; cámara que ha estado menos sola que nunca, porque ya son nueve los aparatitos que tengo para hacer fotos: ha sido el año de la regresión al carrete; ha tenido también dos exposiciones, algún concurso ganado, un curso de fotografía y bodas… en algunas he estado como invitado, y en otra, incluso, además, como fotógrafo. Y aunque sean celebraciones que no me apasionen, me lo he pasado genial en todas ellas, porque cuando las cosas se hacen bien, salen muy bien. O mejor.

He disfrutado de la compañía de amigos de aquí y de allí. Las cenas navideñas sólo están siendo el colofón de un año en el que he hecho visitas, y también he recibido alguna muy especial, que aún tengo que devolver. Nunets.

Y por si todo ello fuera poco, hace no demasiado ocurrió algo que me hizo, en una palabra, feliz. Estos tres últimos meses han sido especiales, inolvidables e incomparables. Y todo es gracias a ti. Poco más se puede añadir.

2006 ha tenido un millón de pequeños y bonitos momentos. ¿Qué se le puede pedir a 2007? Pues ya puestos….

…que en el año que viene
a ver si en vez de un millon
pueden ser dos.

Disfruten saludablemente del fin de año, rodéense de buena gente y sean felices. Yo, pienso hacerlo.

Seguiremos, cómo no, informando.

PD: LAs fotografías, de izquierda a derecha y de arriba a abajo. Enero: playa de la Concha, Santander, por la noche. Febrero: estación de metro de Príncipe Pío, Madrid. Marzo: Roma. Abril: espectáculo Más allá de los elementos de la compañía Imbira. Mayo: estación de esquí de Brañavieja, Cantabria. Junio: Braña de los Tejos, Cantabria. Julio: Plaza de España, Madrid. Agosto: boda de Pedro y Mónica. Septiembre: abadía de Kylemore, Irlanda. Octubre: museo Guggenheim, Bilbao. Noviembre: Cantabria, en algún lugar de algún valle pasiego. Diciembre: plaza de St. Georges, Toulouse.

Pequeños momentos

Escuchando: White Hole (Christina Rosenvinge)

Una bomba es una de las peores noticias con las que podíamos acabar el año. Una soga por la libertad tampoco ayuda mucho a ser optimista. El mundo a veces parece una mierda; y muchas veces, lo es.

Afortunadamente, otras muchas es todo lo contrario. Y los pequeños detalles, los pequeños placeres, ayudan. Por ejemplo, un concierto intimista, entrañable, extraño, arriesgado, desconcertante, apacible, ruidoso a ratos. Elegancia y buen gusto por parte de alguien que ya ni hace chas, ni va en un coche. Ni falta que le hace.

Christina.

Love is a big white hole

¿Qué sería de la Navidad sin villancicos?

Escuchando: Corpus Christi Carol (Jeff Buckley)

Fácil: una época mucho más llevadera. Los que atronan este año por los altovoces de nuestro ayuntamiento son capaces de disolver manifestaciones. Comprobado. En persona.

En la foto, tipica postal navideña santanderina. Enhorabuena a los promotores de obras, porque de ellos será el reino de las temporadas pre-electorales.

Seguiremos informando.

PD: El de Buckley no cuenta, claro.

Incorregibles

Escuchando: Camera eye (Rush)

A veces nos juntamos unos cuantos para una cena, y sacamos tantas cámaras que sorprenderíamos incluso a una japonesa si se sentase con nosotros a cenar.

De hecho, fue el caso.

Grandes, nuestras cenas, siempre. La próxima, en Salzburgo.

Seguiremos informando.

Mis setentas

Escuchando: Shoe box (Barenaked Ladies)

Mi último regalo [1] de Navidad llegó ayer por la noche.

No sé si merezco tener tanta suerte, pero es indudable que la tengo junto a alguien muy especial, que no sólo soporta mis vicios (hace falta valor, que decían aquellos), sino que se preocupa tanto por ellos. Podría llenar mil líneas con la palabra gracias [2], y serían pocas. Es más, a veces sobran las palabras, todas.

Ahora, a terminarme el manual de instrucciones, y a estrenar la nueva cámara de la colección, que tiene muchas papeletas para convertirse en mi favorita. Porque ella lo vale. Y la cámara, también.

Seguiremos informando.

[1] Nikon F70. Ahí es nada. En la foto, en primer plano; al fondo, su prima digital, mi Nikon D70. Se llevan bien y comparten accesorios.

[2] Gracias extendidas a los cómplices.

Right hug is dead

Escuchando: I got you / I feel good (James Brown)

Nos ha dejado el rey del Soul, que seguirá presente en su música… y en el messenger. Para mí, ese icono siempre ha sido, es y será el «abrazo de James Brown«…

When I hold you in my arms
I know that I can’t do no wrong
and when I hold you in my arms
My love won’t do you no harm

and I feel nice, like sugar and spice
I feel nice, like sugar and spice
So nice, so nice, I got you

Junto a la Deina y a toda su familia

Escuchando: Wishing Wells (Ron Sexsmith)

Lo mejor de estas fechas: salir a la calle y encontrarme con amigos a los que hace tiempo que no veía; las reuniones para brindar en el lugar de siempre, toda una tradición; la cena familiar; los regalos cuando el que los descubre junto al árbol es un niño -y más si tenemos efectos especiales-.

Sí, hoy es Navidad, y aún no ha terminado el día. Ni mucho menos.

Felicidad para todos.

Seguiremos informando.