Imágenes de un recuerdo

Escuchando: Qualquier Coisa (Caetano Veloso)

Ya están en mi página las fotos del viaje a Lisboa. Las he separado en dos galerías: una con las fotos turísticas, y otra con las fotos con los amiguetes, ésta última con contraseña, lo siento por los curiosos empedernidos 😉

Este viaje, entre otras muchas cosas, ha sido mi primer experimento serio con la cámara nueva. Y he llegado a una conclusión. La cámara es grande, pesada, aparatosa. Pero merece la pena, con creces. Me encanta. Si las fotos con las que me he vuelto no son perfectas, no es por culpa de la cámara, sino del fotógrafo.

Seguiremos retratando.

Escenas de un recuerdo

Escuchando: Some days are better than others (U2)

Salida lluviosa. Ensayo sobre la ceguera, con ejemplos prácticos. Dos cántabros en Chamartín jugando a descubrir la ensalada restante. Compartimento internacional en el tren. Llegada, reencuentros.

Turismo metódico improvisado, una mañana muy productiva. Primera comida, más encuentros. Apretujados en un coche. Futbolines virtuales. Pasteles de Belén. Cinco tramos enormes de escaleras mecánicas para salir del metro. Mejor habría sido no bromear y callarse eso de «ya sería mala suerte que se estropeasen» porque fue lo que ocurrió nada más decirlo, por increíble que parezca. Cena, bacalao con natas, caipirinhas muy cargadas. Mahjongg con futbolín real.

Desayuno chino. Sintra. Increíble. Palacios del rey, o de Aladín, es lo mismo. Autobuses de parque de atracciones. Cocinas enormes, chimeneas descomunales. Fiesta MTV, metro gratis. Cena con carne, qué rico estaba todo, sin bacalao, pero con bakalao. Más caipirinhas, ¿300 euros en copas? Manué no te arrime a la paré…

Centro cerrado, maratón, tranvías; metro gratis. Visita al castillo, Lisboa sólo tiene españoles en sus calles. Colas enormes, nos cuelan, gracias señora. Fotos, torres, escaleras que suben, escaleras que bajan a ninguna parte y que luego hay que volver a subir. Comida africana, caboverdiana, a horas indecentes. Pero qué rica. Sobremesa ya nocturna, y aún así, cena temprana. Bacalao á Bras, lo mejor del viaje. Pabellón Chino. El sitio más espectacular que he conocido en mucho tiempo. Miles de objetos en vitrinas, una caricatura de Aznar, espectaculares coktails, brainstorming surrealista. Preciosa y preciosista: la carta de cocktails, todo un libro. Fui cómplice de que se cayera en mi mochila por descuido. No señor juez, sólo más tarde nos dimos cuenta de que pertenecía a una tirada limitada de 1000 ejemplares. Y mucho menos, su señoría, sabíamos que era el número uno de ese millar de ejemplares.

Cascais. Playas, acantilados, pescadores. Los Morancos no se inventan nada. Paseos al atardecer, espectaculares fotos. Cena con pizzas portuguesas. Con vino verde se hace sangría blanca que nos acaba sacando los colores (rojos). Acercamiento en espiral para escuchar fados, pero cerrado sin motivo. Cambio de estilo: mojito. Y cocktail de rigor en un pub de jazz.

Último día. Oriente. Expo 98. Puentes descomunales, torres, teleférico: fotos desde las alturas. Compras de queso en el super. Visita a FNAC para hacer tiempo, hicimos mucho. Compré, pero más para regalar que para mí. Aunque me volví con dos souvenirs muy portugueses. Comida bajo los azulejos. Tarde de paseos, miradores, más fotos. Saco el trípode, y me toman por periodista. Alcalde de Lisboa, inauguraciones por todo lo alto, luces, fuegos artificiales, se les va la mano. Cena, nachos. Se hace tarde. Recogida apresurada de maleta, no llego en tren a coger mi tren, corriendo al metro, se me ha olvidado el iPod, mi anfitriona corre a su rescate. Cojo por los pelos el tren a Madrid y no me puedo despedir. Llamadas de móvil desde el tren. Mi salida más apresurada de un país. Me da rabia no poder dar las gracias con calma a Cris por estos cinco días.

Desayuno en Chamartín. Nuevos Ministerios, doble asalto a un VIPS, en otro esperado reencuentro. Muchas risas, cámaras, agendas, negocios, fotos. Otra despedida, ésta más pausada. Otro reencuentro inesperado, viaje en autobús, aburrido sin música. Películas malas, películas que no me apetece ver. Gracias señor conductor por meter un concierto de Michel Camilo por el canal 4 del hilo musical. Me salvó. Regreso a Santander. Cuatrocientos mensajes de correo esperándome. Más de doscientas fotos por descargar; que espero poner en mi página en breve.

Seguiremos informando.

Bella Lisboa

Escuchando: Bonita (The Gift)

Difícil resumir en palabras lo que han sido estos días en Lisboa. Mañana igual lo intento. Lo que sí puedo avanzar es que han sido unos días increíbles, conociendo a gente genial con la que me he reído muchísimo, conociendo lugares, platos, costumbres, rincones… y tirando muchas, muchas fotos.

Nunca me cansaré de agradecer a mi anfitriona su hospitalidad, gracias Cris, te debo una (otra). Te mereces la luna… y más 😉

Seguiremos informando.

PD: Lo único malo, que me he dejado el iPod en Lisboa (lo que puede dar una idea de lo precipitado de mi salida del país). No importa, sé que queda en buenas manos, pero el viaje de vuelta se me ha hecho aburridísimo.

1664

Escuchando: Sao Paulo Rain (Tom McRae)

Con ese título, podría hablar perfectamente de cerveza, pero no. Para tranquilizar a los que me habéis pedido que haga fotos de Lisboa, y para inquietar a los que me habéis dicho que no haga demasiadas, es el número de megas que me llevo en tarjetas para la cámara… o cámaras, aún no lo he decidido… (Foto obligada: la catedral, que es esa iglesia con cara que sale en el anuncio del Audi A4… ¡me encanta!)

Lo que sí tengo decidida es la sección ocio para las horas de tren… para leer, Ensayo sobre la ceguera, de Saramago. Aunque por las pocas páginas que he leído, creo que lo acabaré devorando antes de terminar el viaje…

Y para escuchar, aparte de mis (gigas de) clásicos de siempre, la discografía de Massive Attack, que los tengo a medio descubrir, y un par de discos de un tal Tom McRae, recién recomendado…

No, no creo que me aburra…

Seguiremos informando…

Universo privado

Escuchando: Private Universe (Crowded House)

Sé que a veces parezco bobo. Y también sé que muchas veces, lo parezco más aún. Hay gente que se encuentra conmigo por la calle, se paran a saludarme, y se encuentran con una persona que gruñe más que habla, que no tiene una conversación muy fluida… como si me acabase de despertar…

Y es que cunado voy por la calle, suelo ir en mi mundo, en mi universo privado. Pensando en mil cosas, o metido en -más que escuchando- la música que me empotro en los oídos.

Imaginaos. Love is blindness a tope, mientras doy un paseo de vuelta a casa. Volver a poner de golpe los pies en la tierra, volver a escuchar los ruidos del exterior, buscar las palabras para entablar una conversación así, de repente, me requiere cierto período de descompresión. Despertar.

Y si encima la persona que me para es un desconocido que me bloquea el paso, y me pregunta por una zona de la ciudad que tiene delante de las narices, y decide ir hasta allá en taxi, porque -si no le entendí mal, que es muy probable- literalmente no tenía media hostia, porque había dado positivo e iba fino, pues… cómo decirlo. Acaba siendo de lo más surrealista. Qué gente.

Claro que, por otra parte, en eso de hablar recién despierto estoy cogiendo bastante práctica. Sobre todo desde que alguien ha puesto en una guía telefónica que el teléfono del Ayuntamiento de Bezana es el de nuestra empresa, habitualmente desviado a mi móvil. Día sí, día no, cae alguna llamada a primera hora.

Anécdota verídica. Día de fiesta. Ocho de la mañana. Suena mi móvil, número desconocido… lo cojo a tientas desde la cama.

RTZ: … … s … ¿sí?
Desconocida: ¡Hola! ¿Sabe si hay hoy alguna fiesta en algún prau?
RTZ: … ¿¿¿¿???? ….

En fin. Seguiremos informando.

Que sí: sé que es una tontería, pero…

Escuchando: Five to one (The Doors)

…pero joer, es que me ha hecho mucha gracia. Es uno de esos correos en cadena que hay que pasar a todos tus amiguitos. Cosa que nunca hago. Salvo hoy, que como excepción, reproduzco a continuación el texto de la misiva. Creo que la iniciativa merece la pena, y efectivamente, es algo que si no hacemos ahora, no volveremos a hacer en dos décadas. Y eso es mucho tiempo….

Ahí va…

El dia 31 de diciembre, cuando Ramon Garcia diga ¡Feliz 2005! toda España tiene que levantarse y gritar: ¡por el culo te la hinco! … Será un momento histórico y no se podra repetir hasta el año 2025.

Ánimo, pásalo a todos tus contactos.

Seguiremos informando…

iLuso

Escuchando: Point of know return (Kansas)

Practicando la economía del trueque. Hoy he cambiado billetes de euros por billetes de tren… bueno, y también por uno de autobús. Aunque prefiero mil veces viajar en tren, esto de improvisar los viajes unos días antes del puente me ha dejado sin plazas libres, así que el último trayecto me lo haré en bus…

Por cierto, de ahora en adelante compraré los billetes por internet, siempre que sea posible. Ir en persona sólo te garantiza perder el tiempo. La mujer que vendía los billetes no sabía nada de las clases ni de sus precios. Sólo podía emitirme los billetes y mirarlo en ellos. Así que tuve que volver a información, preguntar, volver a hacer cola. Organización, organización…

Bueno, en cualquier caso, ya está todo preparado, aunque no haya preparado mucho, la verdad. El jueves por la tarde echaré la cámara a la mochila y, con una breve parada para cenar en Madrid, me meteré en otro tren y apareceré a primera hora de la mañana en Lisboa, con cinco días por delante para patearme la ciudad y hacer fotos, disfrutando de la hospitalidad de mi amiga y v-pinera más viajera (de mayor quiero ser como tú) que lleva allí un año ya, y se conocerá todos los rincones interesantes de la ciudad… un buen plan…

Eso sí, al final me ha quedado un descubierto, no en la cuenta bancaria, que a este ritmo no tardaré, sino en el horario… vuelvo a Madrid en tren el próximo miércoles por la mañana, y estaré dando vueltas por la capital (al menos una: de la estación de tren a la de autobuses) hasta las cuatro y pico que vuelvo a casa… así que si algún lector y/o lectora de estas páginas anda por allí y se anima a acercarse, que avise… (me sé yo de una con la que tengo que hacer negocios, ¿verdad? tengo una Palm buena, bonita y barata que…)

En fin. Lo dicho. Me apetece mucho hacer este viaje, y sobre todo hacerlo así: solo, medio improvisado, medio a la aventura, con tiempo para pensar en horas de tren, y con días para disfrutar de la estancia. Las mejores ideas no suelen ser las que se planean durante mucho tiempo, sino sencillamente, las que se ponen en práctica, sin más.

Seguiremos informando.

PD: Y sí, ya sé que vosotros también vais a estar por aquellas tierras, seguro que nos acabamos viendo. Ya es casualidad que planeemos sin saberlo sendas escapadas a Lisboa. Claro que, como yo me voy un día antes, y me salto la parada salmantina, para cuando lleguéis yo ya llevaré tres días allí y ya habré visto todo todo todo 😉

Recuerdo empeñado y empañado.

Escuchando: Termite Song (Joseph Arthur)

Podría engañarme, pensar que detrás del cristal empañado, desdibujando formas, no hay más que formas desdibujadas. Nada de detalles, nada de aristas; sin puertas ni ventanas: sólo luces sin sentido, sin sentidos.

Podría pensar que la lluvia de invierno nada tiene que ver con las tormentas de verano, que la madera estaba más curvada entonces, cuando no había polilla; que ni siquiera se trata del mismo lugar, ni se habla el mismo idioma.

Podría engañarme, y no conseguiría sentirme mejor. Tampoco peor.

¿Para qué engañarme?

Ante todo, tolerancia

Escuchando: Both hands (Ani DiFranco)

Eso es lo importante, tolerancia. Yo intento tenerla, mis ataques a Camilo Sesto o a Eurojunior no son más que intentos de ponerle un poco de humor a la cosa, que siempre viene bien. Pero mientras nadie me obligue a comprar discos de OT, o a ver la tele, o a ir a misa, allá cada cual con su conciencia y con su forma de gastar su dinero y su tiempo…

Sin embargo, hay gente para la que eso de la tolerancia debe de ser una ONG o una enfermedad; o algo que han oído que existe. Como los gamusinos.

Me cuesta hacerme a la idea de que cuando paseo por la calle, algunas de las personas con las que me cruzo puedan ser las autoras de cartas como las que se pueden leer cada poco en nuestro periódico local.

Y como muestra, dos botones, por el precio de uno. El primero, carta de ayer, viene a cuento de la estatua del Ayuntamiento. Para los que me leéis desde fuera: creo que Santander, ciudad que elección tras elección sigue siendo feudo del PP, es la única ciudad de España que queda con una estatua de Franco presidiendo el ayuntamiento. Cosa que a mi me da igual, mientras las palomas se encarguen de expresar perfectamente mi opinión, pero que no deja de ser fuente de discusiones en los plenos. A lo que iba, en la carta de ayer, sobre el tema de la susodicha estatua, un conciudadano se lamentaba de que el PP haya perdido la presidencia de la comunidad en las últimas elecciones, y dice que el PSOE se hará con ella en las siguientes, «si el PP no recupera la mayoría absoluta, tal como corresponde a la mentalidad de los montañeses»

O sea. Que como soy montañés, tengo que ser del PP. Es nuestra mentalidad, y no se puede luchar contra natura.

Lo que hay que leer.

Hoy en cambio, la sección de cartas al director aborda el tema de la homosexualidad. En una carta tolerante, y de tono afable…

Hemos pasado de considerar a los homosexuales como delincuentes […] a tratarnos de hacer aceptar que lo suyo es «otra opción sexual». No, es una desviación sexual, ese es el nombre correcto y, además, es una actitud contra natura; lo demás es, sencillamente, demagogia. Esto no es una guerra entre homosexuales y heterosexuales, es una batalla entre el sentido común y la gilipollez, entre lo evidente y lo imaginado, entre la verdad y la falsedad. […] Ellos son diferentes y anormales, la normalidad es aquello que es mayoritario (léase el diccionario de la lengua) y, como tal, deben ser tratados por la Ley.

Sin comentarios. La normalidad es aquello que es mayoritario. Bravo. Yo soy heterosexual, y por lo tanto normal, pero en otros aspectos de mi vida, según este pesonaje, soy raro, soy anormal.

Pues mucho mejor.

Seguiremos informando.