Los Autos Locos

Escuchando: Voy en un coche (Christina y los Subterráneos)

El Plan B. El sábado participé como copiloto, en el I Rallye de Automóviles Clásicos de Cangas del Narcea, Asturias, en la joya que ven sobre estas líneas, un Porsche 911 Targa (ergo, descapotable), de 1972.

¿Sorprendidos? Imagino que igual que yo, cuando me lo propusieron el viernes. Un amigo que había participado ya un par de veces en este tipo de encuentros, se había quedado sin copiloto a última hora, y yo era su última esperanza. O debía de serlo, porque insistió a pesar de que ni soy aficionado al automovilismo (ni siquiera tengo carnet), ni sabía cuáles eran las tareas de un copiloto, y para rematarlo apenas podía hablar…

Pero la oferta era demasiado tentadora para rechazarla. Como digo, todo lo relacionado con los coches no me apasiona, pero hubo una época, de niño, que sí que lo hizo, influencia de mi hermano. Así que participar en una competición con coches de aquella época, y montado en uno que hizo historia, en medio de Asturias, y finalizando con noche de sábado por Oviedo, me acabó resultando una idea demasiado atractiva para dejarla pasar.

El sábado salí prontito hacia Oviedo, en el primer bus de la mañana. Al final me bajé en Gijón, donde me estaba esperando ya mi amigo con el coche (la última adquisición de su hermano, que es el forofo de este tipo de competiciones, él participaba con un Seat 124) para salir zumbando hacia Cangas del Narcea y llegar allí antes de las 11 de la mañana. Conseguirlo fue el auténtico rallye del fin de semana, el Porsche demostró la fiera que llevaba dentro desde hacía ya más de tres décadas…

Una vez en el punto de reunión de los coches, me dediqué a hacer una ronda de fotos a las joyas que había allí aparcadas. Tunning de alto standing, con gusto y elegancia (bueno, menos en algún caso, había un 600 un poco deforme…)

Yo era un total ignorante de las reglas de la competición, pero me pusieron rápidamente al día… se trataba básicamente de cumplir una serie de etapas, separadas en tramos, en un tiempo dado, exactamente. Para ello, se proporcionaba un libro de ruta con distintos puntos de paso, y las velocidades medias que había que mantener entre ellos. Con lo cual, la metodología consistía en calcular la hora exacta a la que había que pasar por esos puntos, e intentar cumplirlo a rajatabla. Cada segundo de diferencia, sumaba un punto. Un aliciente -o inconveniente- de estas pruebas es que no se corta el tráfico (en teoría, no se pasa nunca de 50Km/h). El rallye transcurrió por carreteras de monte de los alrededores, con el pueblo como punto de encuentro. Y dependiendo de la suerte, uno podía toparse con un 4×4 de frente, con un coche de domingueros, con atascos, con una vaca, con muchas vacas, con una excursión de ciclistas…. todo ello nos pasó a nosotros, por ejemplo.

Afortunadamente, dentro del coche 33 teníamos más ganas de pasarlo bien que espíritu competitivo. Y menos mal, porque de los tres relojes que llevábamos para medir kilómetros, velocidades medias, tiempos, etc… sólo funcionaba uno de ellos, y no estaba bien calibrado. Con lo cual, nos pasamos todo el rallye estimando más que calculando (y había coches que llevaban auténticas fortunas en electrónica de a bordo). Si a eso le sumamos un fallo a la hora de calcular nuestro tiempo de salida, el resultado es que nos vimos desde el principio con una buena cantidad de puntos, ya.

Por la mañana fue la etapa más complicada. Un recorrido que pasaba varias veces por el mismo punto, y que acabó haciendo que aquello pareciese un episodio de los autos locos. Coches que se equivocaban de dirección, que aparecían por donde no debían, que se juntaban, que se separaban… un divertidísimo caos.

Después de comer, las etapas fueron un poco más aburridas, pero lo compensaba el maravillos paisaje, impresionante. Además, viendo que el día había despejado definitivamente, descapotamos el coche… una gozada, habría hecho mil fotos pero eso de ser copiloto, al menos en este caso, llevaba bastante tiempo y concentración. Todo, en concreto. Lo que no impidió disfrutar de algunos momentos totalmente surrealistas. El mejor del día: llegar a un pueblecito que debía de tener como 30 habitantes… y ver que estaban todos en la calle animando a los corredores. Hacer la pasado por allí, pitando, sin capota, saludando con la mano y con toda la gente gritando fue uno de esos momentos que uno siempre recuerda más tarde, y le da un ataque de risa.

En definitiva: una experiencia divertidísima, inolvidable… genial. El fin de fiesta lo puso una cena en el pueblo, en la que se hizo la entrega de premios, y que terminó a eso de la una de la mañana. Hora en la que nosotros emprendimos el camino a Oviedo a pasar allí la noche. Llegamos a nuestro hotel a las dos y media de la madrugada, cansadísimos, lo que nos hizo dudar seriamente entre quedarnos a dormir, o intentar salir a tomar una copa por Oviedo.

Al final, venció lo cordura…

Y nos fuimos de copas, claro.

Sin duda, uno de los fines de semana más originales que he tenido en mucho tiempo.

Seguiremos sorprendiendo.

PD: Para los curiosos, quedamos en vigésima posición, de un total de 38 coches (terminaron el rallye sólo 32).

El plan A y el plan B

Escuchando: Ticket to ride (The Beatles)

Llevo unos días con la salud tocada. Nariz y garganta, básicamente. Y ayer, en lugar de tomarme un jarabe para la tos, quedé con un amigo prontito para tomar una caña. Nos liamos, nos liamos, y esa caña acabó siendo un litro y medio de cerveza, entre risas, mis esfuerzos para hablar, los suyos para oírme, y planes varios.

Entre esos planes estaba el plan A. Un plan para mañana sábado. El plan tenía muy buena pinta, era casi insuperable. Para que se hagan ustedes una idea, incluía una ruta durante todo el día por Cantabria, en descapotable, y parando para hacer fotos y pegarnos comilonas. Cualquiera dice que no a eso…

Bueno, yo lo he dicho. He aplazado al plan A (espero que no por mucho tiempo) porque hoy después de comer me llamó otro amigo para proponerme el plan B. Una idea tan original, sorprendente e inesperada, que no he podido decir que no, a pesar de que me parece un poco locura, a pesar de que apenas me queda voy, y de que lo que me conviene es quedarme en casita…

El plan B parece que también incluye un descapotable, sorpendentemente.

Me quedaría aquí explicando los detalles, pero… lo haré a la vuelta: mañana cojo un autobús a las siete de la mañana, así que cuando vuelva de tierras asturianas el domingo, les explico cómo he pasado el fin de semana. Ilustrado con fotos, claro.

Séanme buenos. No me rompan nada.

Seguiremos improvisando.

El callejón del sordo

Escuchando: El callejón (Nacho Vegas)

No, no quiero volver
A pisar el viejo callejón
Hace tanto tiempo
Y ya no siento nada
Pero si decides
Un día volver a la ciudad
Podríamos quedar allí
A media mañana.

Mi cámara:Tragicomedia en tres actos

Escuchando: Trouble (Coldplay)

Acabo de superar -creo- una crisis que llevaba arrastrando desde mi vuelta de Madrid. Una crisis con mi cámara, con la grande, con mi ojito derecho. Y como parece que todo ha terminado bien, una vez relajado creo que puedo dedicar unos minutos a contar mis desventuras.

Acto I
Planteamiento: el polvo, ese gran enemigo

Pues sí, cuando uno tiene una réflex, y cambia de objetivos, es fácil que entre algo de polvo al interior de la cámara. En las digitales el problema se agrava. En el peor de los casos, acaba sobre el filtro que cubre el sensor, y aparecen manchitas en las imágenes. Que se quitan en medio segundo con el Photoshop, pero jode gastarte los cuartos en una cámara de fotos para que siempre saque las fotos con manchas.

La solución habitual, inspirada por el lobo del cuento de los tres cerditos, es simple: y soplaré y soplaré hasta que el polvo eliminaré. Y mejor que soplar, carrillos henchidos, cual vela de cumpleaños, con una perilla de aire, que siempre queda más serio. Así elimino la mayoría de motitas de polvo que me entran.

La mayoría.

Tenía dos motas rebeldes (¿motas cojoneras?) que no se iban ni a tiros, y me estaba quedando ya con la mano tonta de tanto darle a la pera. Al final, conseguí eliminar una de ellas, pero… oh, cielos: ¿qué cojones es eso? Me había aparecido la supermota en medio del sensor: un milímetro de polvo, insultantemente visible, y que no había manera de hacer desaparecer. Desastre. Nervios. Crisis.

No entraré en detalles. Si diré que entré a limpiar la cámara como un elefante en una cacharrería. La motita se fue, asustada seguramente. Pero dejé la cámara emborronada. Horrible. Pensé: que no cunda el pánico.

Lo pensé mejor: que cunda. Y cundió. Cumplí con las indicaciones de cualquier buen manual de ataques de pánico, y me puse a dar vueltas corriendo por mi habitación, gritando y agitando los brazos.

Una vez cansado de hacer el idiota, me serené y llegué a la conclusión de que tenía un serio problema. Había dejado la cámara prácticamente inutilizable.

Acto II
Nudo: en el estómago

Seamos sensatos: llevemos la cámara al servicio técnico, que por algo son profesionales. Primero, pregunto en la tienda donde la compré. El fotógrafo que anda por allí es muy majo, pero ya voy teniendo dos problemas con la cámara, y en los dos casos lo he tenido que solucionar por mi cuenta. Lo tendré en ídem. Lo único que hizo fue remitirme al servicio técnico, me dijo que mandase yo mismo la cámara a Finicon, distribuidores de Nikon en la península

Cuando escribo Finicon, ustedes pueden leer tranquilamente Sauron. Viene a ser lo mismo. La mala fama de este servicio técnico es legendaria. Me han dicho en varias tiendas que si la mando a limpiar, que me prepare para estar un mes sin cámara. Eso cuando la cojan, porque les he llamado, y el contestador me ha dicho que están de vacaciones en Agosto. Cojonudo. Genial. ¿Y ahora qué hago?

Acto III
Desenlace: con dos cojones; y un bastoncillo.

Después de investigar un poco por internet, y de pasearme por gran parte de las tiendas de fotografía de Santander, acabé comprándome esta tarde un kit de limpieza de objetivos. Por seis euros me llevé un montón de cosas, pero a mi sólo me interesaban dos: un líquido especial, y unas hojas de papel muy fino, tipo papel cebolla, pero más suave.

Con eso, y un acojone importante en el cuerpo, me dispuse a hacer un último intento, siguiendo el refranero popular: de perdidos al río; y buena sombra me cobije. Peor no lo iba a dejar. O eso esperaba.

Con el líquido conseguí quitar las manchas que había en la cámara. Pero el líquido me dejaba marcas también. Un sin dios. Al final, encontré el método, le pillé el truco, y aparentemente, conseguí dejar ese maldito y sensible rectángulo verde limpio como una patena. Y ahora que caigo, no sé que leches es una patena. Luego lo miro en el diccionario. De momento digamos que lo dejé tan limpio como algo muy limpio.

He hecho alguna foto de prueba (una hoja en blanco, desenfocando, etc) y la he pasado por Photoshop, y parece que está limpio, limpio, limpio. Crisis superada. Vuelvo a tener cámara. Y alguna cana, posiblemente.

Moraleja: niños, no intenten esto en sus casas.

Seguiremos informando.

whisperedreams

Escuchando: Rock For Food (The Unfinished Sympathy)

En Al Norte del Norte no sólo hacemos fiestas (fiestas que, como me han contado, acaban con la visita de la policía, que se vuelve a ir por donde ha venido… no suena mal)

No, también tenemos otras propuestas, en nuestro foro. Por ejemplo, empezar hablando de esa genialidad que es Alta Fidelidad y acabar intercambiando recopilatorios en cd, en plan amigo invisible. Puede parecer una tontería, pero es divertido.

Por si le interesa a alguien, aquí dejo el listado de temas que incluía el disco que envié yo –whisperedreams-, una muestra de la música y de las canciones que más escucho útimamente…

1.- Inside (Bang Gang)
2.- Summer Guest (The Go Find)
3.- Playground Love – Rob ‘Highschool Prom’ Remix (Air)
4.- Listen To Yourself (Skin)
5.- Everybody’s Gotta Learn Sometimes (Beck)
6.- Astronauta 7 (Pequeño Pecker + Iván Ferreiro)
7.- Colorblind (Chroma Key)
8.- Get Gotten (Ben Lee)
9.- The Boy With The Bubblegun (Tom McRae)
10.- Inside (Stiltskin)
11.- In Every Dream Home A Heartache (Jane Birkin + Bryan Ferry)
12.- In The Sun (Joseph Arthur)
13.- Under Your Charms (Josh Rouse)
14.- Your Ghost (Kristin Hersh + Michael Stipe)
15.- To Wish Impossible Things (The Cure)
16.- Rock For Food (The Unfinished Sympathy)
17.- Love Is Blindness (U2)
18.- Space-Dye Vest (Dream Theater)

Si alguien tiene curiosidad o quiere conseguir alguna de estas canciones… pues… ya somos todos mayorcitos, ¿no? ya sabe dónde buscar 😉

Y si uno es ya muy detallista, y quiere las portadas que hice, que me las pida. Esas son freeware

Seguiremos escuchando…

¿Para qué? Para rayos

Escuchando: I Can’t (Radiohead)

Anoche volvía a casa dando un paseo; volvía de un coloquio lleno de gente, de criptas embrujadas, de laberintos de aceitunas, de tocadores de señoras, de ausencia de noticias (de Gurb)

Y paseando por la bahía, el espectáculo era impresionante… tormenta a lo lejos, con rayos rasgando y reflejándose en el paisaje negro.

Me senté un rato en medio de la nada a ver si conseguía llevármelo de recuerdo en una foto (cada uno pierde el tiempo como quiere, ¿no?) pero no hubo suerte… no sabía muy bien cómo acertar con los ajustes idóneos; tampoco llevaba ni la cámara ni el equipo adecuados.

Posiblemente, también se tratase de la tormenta incorrecta.

Y del fotógrafo, también.

Seguiremos informando.

Avanzando hacia Noviembre

Escuchando: Psychotic Hypnotic (Schwarz)

Noviembre siempre había sido para mí, desde hace bastantes años, el mes del SIMO. Visita a Madrid, a ver juguetines, y a pasar un fin de semana por la capital.

Los últimos años, me daba rabia perderme un festival que todo el mundo me decía que estaba genial, pero coincidía en fechas con el SIMO… hasta que el año pasado pasé de Madrid y pude disfrutar (y vaya si lo hice I, II, III) en el Tanned Tin.

Este año no hay problemas: si quiero puedo hacer doblete… el Tanned Tin 2005 se seguirá celebrando a principios de Noviembre, y el SIMO pasará a celebrarse del 15 al 20 de ese mes.

Así que habrá Tanned Tin para mí. ¿A quién veré en directo? ¿Aún es pronto para hacer conjeturas?

No.

Tres artistas ya confirmados (al menos según sus páginas web oficiales) para el Tanned Tin 2005:

Final Fantasy
Howe Gelb
Schwarz

Que no se diga que no les tengo al día, ¿eh?

Seguiremos informando….