Escrito el 12-06-2004

Al contrario de lo que le pasa al Maestro García, a mi los sábados me gusta remolonear, sólo cinco minutos más, sólo cinco minutos, entre las sábanas… porque a diferencia de él, yo no tengo un plan. Ni siquiera tengo a mano su máquina de achicar problemas, y no tengo ganas de ponerme asfaltar esa mitad de los planetas que nos queda a la gente como yo…

Y mientras remoloneo, recuerdo haber escuchado canciones que me han recordado días en los que he recordado haber escrito frases sin respuesta. Y mientras remoloneo, recuerdo que me han recordado días en los que a ratos sale el sól, a pesar de las nubes, a pesar de Santander, a pesar de la lluvia. Y mientras remoloneo, lanzo una moneda en mi cabeza, una moneda con dos caras, o dos cruces, da igual, porque sé que al final voy seguir persiguiendo sonrisas que no voy a ver. Esta vez, Manolo, no sé si hago yo un buen trato, porque me quedo con el silencio de alguien que no quiere hablar… y con el halo de misterio…

Perfecto plan, diría yo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.