Las odiosas comparaciones

Escuchando: Iron Flower (K’s Choice)

Lo mejor de que siempre me llamen cuando alguien se quiere comprar una
cámara digital, es que puedo juguetear un rato con ellas. Y estos días lo puedo hacer co n un futuro regalo navideño, una maravillosa Canon Ixus 40, recién salidita al mercado. Si la gama Ixus siempre ha destacado por mimar el diseño y los detalles, en esta ocasión se merecen aplauso y ovación cerrada. Tan pequeña que se me pierde en la mano, ultra-delgada, con una enorme pantalla, un zoom óptico de 3 aumentos y una buena colección de ajustes personalizables a pesar de ser completamente automática, es para quitarse el sombrero ante el logro de meter tanto en tan poco espacio. Preciosa.

Ya que la tenía por casa, he aprovechado para hacer retratos de familia, y he tirado algunas fotos a mi evolución fotográfica, mis tessssoros. De izquierda a derecha, y por orden cronológico:

Kodak DX3500. Agosto de 2001, mi primera cámara digital. Miles de fotos tirada con ella, aunque con poca luz no puede hacer mucho, y se le empiezan a notar los años. Sigue siendo la cámara oficial de las cenas v-pineras, y el resto del tiempo, la cámara de mi hermana.

Canon G3. Julio de 2003. Una joya de la que no me quiero desprender. Un poco grande, pero lo compensa con creces. Una de las mejores cámaras compactas que han salido al mercado. Grandes fotos han salido de ella, y ha cubierto también unas cuantas bodas 😉

Nikon D70 + Nikkor 18-70DX. Noviembre de 2004. Fuerza bruta. En proceso de aprender a controlarla (¡y no me queda poco!), me empieza a dar las primeras alegrías. Un salto enorme frente a las cámaras anteriores.

En fin. A otros les da por coleccionar trenes. Seguiremos informando.