Escrito el 21-08-2004

Ayer estuve en pla playa, aunque la arena estaba húmeda, y llena de hojas que caían del parque de Mesones. Hacía mucho viento, levantaba arena, y se nublaba cada 6 (vulgo dos por tres). Vamos, que seguimos en verano, pero se nota que se acerca el final…

Es igual, fui solo… o mejor dicho acompañado de Eduardo (Mendoza) y de Manolo (García), y aproveché la visita para acercarme al Cormorán (not-so-Old Tavern) y enterarme de una vez por todas de la hora del concierto de Phil Grijuela… y es que El Diario Montañés en este caso había desinformado más que informado…

El concierto fue a las once y media de la noche, y allí estuvimos, disfrutando de la guitarra, de la voz, de la armónica, y del saber hacer de ese enorme Rey de la Montaña… un principio de concierto tranquilito, con temas propios, para pasar a una segunda parte más movidita con versiones: Springsteen, Eagles, la canción adecuada de Neil Young para resolver una duda, la Creedence… Gran concierto, a pesar del pésimo sonido y de que se oía mucho (demasiado) el barullo de la sala…

Y cuando terminó Phil y se fue con sus fiebres a otra parte, yo seguí con alguna cerveza mas, canciones de todo pelaje y una charla, como siempre, agradable. Guinda para el fin de la noche: Drive, de Incubus. Triste que pongan canciones como ésa para cerrar un bar. SI lo que pretendían era echarnos, con nosotros no lo consigueron.

Si lo hicieron, en cambio, poco después, cuando pusieron Los Lunnis, apagaron las luces y nos fuimos a casa disfrutando del agradable clima santanderino… ¿dije clima? Quise decir tromba

Y hoy…

Hoy es hoy

Seguiremos informando…

Escrito el 18-08-2004

Lo prometido es deuda, había dicho que tenía fotos del atardecer de ayer, y ahí va una. Y es que ayer, la habitual pregunta de «y ahora… ¿dónde vamos?» se contestó por sí sola, muy rápido, después de ver la pinta que tenía la bahía a esas horas tardías…

Dos minutos después estábamos a pie de agua, duelo de cánones al atardecer, con solo de trípode y pescador pintoresco como estrella invitada. Con atardeceres así, uno se acuerda de que tenemos una de las bahias más bonitas del mundo, aunque a fuerza de verla siempre en el mismo sitio se acabe convirtiendo en un decorado más…

Seguiremos informando…

PD: Por una vez, la foto no está retocada ni en brillo, contraste, saturación… nada. Lo que veis es lo que hubo y lo que captó la cámara….

PD #2: Bueno, vale, igual jugué un poco con el balance de blancos al tirar la foto. Ligera licencia dramática para acentuar el momento…

PD #3: Se me olvidaba: mención espacial a las dos últimas firmas en mi libro de visitas, que me han hecho mucha ilusión. Sandra y Dani, desde el tacón de la bota de Italia, y Carlos y Patri, de luna de miel y desde el mismísimo Cancún, después de descojonarse un poco viendo las fotos de su boda… ¡Gracias, y pasadlo bien!

Escrito el 18-08-2004

Hablemos de libros. Primero, del que estoy leyendo, Windows on the world. Sensación de deja-vu: el autor habla de que, el contrario de lo que pasaba en las torres gemelas, en la torre Montparnasse de París sí, se puede subir a la azotea. Algo que yo ya sabía, obviamente. Describe con todo lujo de detalles el vertiginoso ascensor, las escaleras que parten de la cafetería hasta el piso 58, los carteles indicando la altitud, la puerta metálica que separa el interior del (en mi caso) gélido exterior…

Pero lo más gracioso es que cuenta que estando allí arriba, vio una multitud de gente pululando por las calles, y resultó ser una enormea manifestación contra la guerra de Irak.

Y me parece gracioso, porque a mí me pasó exactamente lo mismo. Las fechas no coinciden, porque él habla de una manifestación un 15 de febrero, y yo estuve allí arriba un 19 de marzo, pero el resultado fue el mismo: 200 metros más abajo, sólo se veían cabezas de manifestantes, y si me arrimaba a la esquina adecuada llegaba a escuchar los gritos pacifistas, en francés, de los que sólo entendía dos palabras (Bush y Blair)

Es curioso ver reflejada una situación y un escenario tan particulares en una novela…

Como el libro éste me está gustando mucho, me lo voy a terminar en breve, y ya he hecho acopio de provisiones en un par de visitas a la Feria del Libro Antiguo….

Ayer, mientras hacía tiempo hasta mi segundo rendez-vous de la tarde en la caseta del inglés, me compré tres libros… Dos de ellos de Kafka (El castillo, El proceso), autor del que sólo he leído relatos cortos hasta ahora (incluyendo La Metamorfosis), y me pica la curiosidad…

Y el otro, una joyita: El laberinto de las aceitunas, de mi idolatrado Eduardo Mendoza. Novela que se sitúa cronológicamente entre El misterio de la cripta embrujada y La aventura del tocador de señoras, y protagonizada por el mismo descerebrado. Promete buenos ratos…

Hablando de El misterio de la cripta embrujada… hay una edición en la Feria, una edición de El Círculo de Lectores, idéntica a la que tengo yo. Lo vi, lo cogí, lo hojeé. Sorpresa, un papel entre sus páginas. Una carta. Escrita desde Alemania. Desde un hotel de Hamburgo…

Hoy que he vuelto a visitar las casetas, encontré y le enseñé el libro de marras a una amiga, y acabamos leyendo la carta… escrita en 1971, por un ex-soldado español, que harto de humillaciones y tratos poco respetuosos en el ejército, se marcha a Alemania a buscarse la vida, y después de un par de ciudades, y algún intento infructuoso de hacerse a la mar, acaba trabajando en ese hotel en Hamburgo. Es curioso comprobar las historias que se esconden detrás de los libros… La carta sigue allí, esperando entre las hojas de la (su) novela…

Hoy he vuelto y me he comprado otro libro. De otro estilo, de informática, un libro en inglés sobre CSS (hojas de estilo en HTML). También he tenido anécdota. La chica que me lo ha vendido estaba entre flipada e indignada. Y es que acababa de vender otro libro (fui testigo) a un paisano que se despidió con un «adios… y cuídate las manos…». La librera, jovencita, simpática, y con unas manos perfectamente normales, no dejaba de mirárselas, intentando entender el comentario… «¡cómo no me las voy a cuidar, si he hecho ocho años de piano!»… acabó hablándome de sus lesiones fruto de abrazos de oso de amigos excesivamente efusivos… en definitiva, una conversación curiosa para acompañar el intercambio comercial…

Seguiremos leyendo… y escribiendo…

Escrito el 18-08-2004


No lo vi a tiempo, me he enterado ayer al leerlo en el periódico. Pero de haberlo sabido antes, me habría pensado apuntarme. Esta semana imparte Pablo Hojas un taller de fotografía en la UIMP…


Hoy después de desayunar y antes de salir pitando a trabajar, he ojeado un poco el periódico y he visto que venía un articulillo sobre ese taller, contando que ayer profesor y alumnos se pegaron el madrugón para captar el amanecer (6:30 de la mañana…)


Y soy más vago, espero que a amanezca más tarde, como el año pasado, que hice algunas de mis fotos preferidas en el Sardinero, pero a las 8 de la mañana, que es una hora más prudente…


Mientras veía eso en el periódico, me preguntaba cúal sería la opinión de Hojas sobre el formato digital… ¿será un clásico? ¿estará abierto a las nuevas tecnologías? Yo suponía que era lo segundo, pero leer con calma lo que dice el periódico sobre su taller me ha despejado las dudas:


Emplean el formato digital para que el resultado «sea inmediato» y poderlo comentar. Los alumnos, por otro lado, trabajan con diapositivas que tienen reveladas por la tarde para que puedan ser proyectadas. Lo digital parece haberse impuesto; pero, frente a su extensión, Hojas asegura que «el blanco y negro no desaparecerá», sino que se trata «de una herramienta más para contar tus historias». No obstante, reconoce que «es el futuro y quien no esté con lo digital, no está».

Por cietro, que aparte de fotografiar el amanecer, también estuvieron haciendo lo propio con el ocaso. Y eso también lo hice yo ayer. Espectacular atardecer en la bahía, tengo algunas fotos en la cámara dignas de asomarse por estas páginas… pero no ha dado tiempo a traerme ninguna, así que las dejo para la próxima vez…


Seguiremos fotografiando…


PD: Leo también hoy en El Diario Montañés: «Reírse equivale a 30 minutos de gimnasia». Así que nadie se preocupe por cenas desmedidas, si después se terminan entre risas. Risas y viento. Como ayer…

Escrito el 16-08-2004

Ayer mi sobrino tuvo una tarde hiperactiva, y en la cena familiar acabó echándose por encima varios vasos que pilló de la mesa. Resultado: no tenía camisetas para cambiarse y acabó con una enorme de mi hermana. Y parecía Harry Potter, en versión acelerada, deslenguada y un poquito cabrona. Porque no paró de hacer trastadas ni de hablar en toda la tarde / noche… angelito…

Eso sí, tiene dos aficiones nuevas: el parchís que nos vio jugar a los mayores, y el balonvoleyplaya, que lo ha visto en las Olimpiadas por la tele, y quiere probar un día en la playa con nuestra red. Será digno de ver…

Poco que contar hoy. Es fiesta peor he ido a trabajar… y tenía que haberme llevado la cámara, los pasillos de mi facultad a media luz son dignos de foto… sigo trasteando para poner al día mi ordenador, y me he enganchado al libro que acabo de empezar…

Hablando de libros, hoy me he pasado por la página de FNAC, y he visto que mi admirado Nick Hornby (autor de la genial «Alta Fidelidad», un escritor que ha conseguido incluso que me lea un libro suyo sobre el fútbol…) tiene nueva entrega: «31 canciones»… según cuentan en la FNAC:

Nick Hornby escribe sobre las canciones que le hacen mover y le conmueven, las que amó alguna vez y las que ocupan un lugar significativo en la banda sonora de su vida. Comienza con Teenage Fanclub, «Tu amor es el lugar desde el que vengo», y termina con la espléndida Patti Smith y su mítica meada en el río. Y pasa por canciones de Van Morrison -Hornby quisiera que en su funeral tocaran «Caravan»-, de Bob Dylan, de Bruce Springsteen -«Thunder Road» fue la canción que le hizo desear ser escritor-, de Badly Drawn Boy, Ian Dury, Nelly Furtado…  

Interesante. Muy interesante. Habrá que leerlo, al igual que su anterior «Cómo ser buenos», que aún no ha caído en mis manos…

Seguiremos informando…

Escrito el 15-08-2004

Efectivamente, ayer estuve en la playa. Y allí me terminé el libro de Mundodisco que me traía entre manos…

Y después, efectivamente, fui a echar un vistazo a la Feria del Libro Viejo, aunque fue una ojeada demasiado rápida: habrá que volver más días. Primera impresión: este año sí que hay más libros de segunda mano, y menos libros nuevos de promociones, colecciones y ediciones de bolsillo…

Y si, también fui al concierto de Paolo Latrónica en el Rolling Rousing de Perines. Llegué un poco tarde, pero pudimos disfrutar de un buen puñado de canciones, de los punteos de Grijuela, de la voz de Marcela, del saber hacer de Paolo, y del puntillo del percusionista, del que no recuerdo el nombre, pero que se marcó un solo digno de elogio…

Después del concierto, una mala y una buena. La mala, que es dificil admirar a alguien de la misma forma, una vez descubiertos sus vicios. La buena: que después de la música en vivo, la música enlatada fue una delicia: Dire Straits, Steppenwolf, Guns n’ Roses, Police, El último de la fila…. A tener en cuenta.

Hoy he dedicado lo que llevo de día a poner a punto mi portátil recién vuelto a la vida (el emule ya emula, el clone ya clona) y a empezar un libro, que ya tenía ganas de meterle mano, el libro que me regalaron por mi cumpleaños Sandra & Dani, Windows on the World. Del mismo autor que 13,99 Euros, y al igual que ése, ácido, crítico, directo. Al menos en las páginas que llevo leídas.

Un libro sobre el 11S escrito en otro rascacielos que sí conozco bien: la torre Montparnasse de París, en concreto en su cafetería del último piso. Cafetería desde la que ya he subido en dos ocasiones a la azotea, la segunda de ellas para congerlarme mientras tiraba unas maravillosas fotos nocturnas de París.

Seguiremos informando…

Escrito el 14-08-2004




Qué barbaridad. Entre trabajo, playa, cenas, bombas (hijos de puta…), y reanimación de ordenadores, llevo desde el miércoles sin escribir aquí. Trataré de desfacer el entuerto…

El miércoles…mmm… ¿qué hice el miércoles? ah, si, ya. Lo más destacable del día fue que me compré un trípode para la cámara (de tamaño intermedio entre el de emergencia que llevo siempre encima. y el trasto que tiene mi hermano..) y que mi hermana (mayor) me dio un trozo de cartón diciendo no se qué de que se casa y que me invita, o algo así…

El jueves ocurrió algo. Aparte de lo de la bomba, claro. Algo bueno. Ago que sólo pasa de cuando en cuando, pero que siempre es memorable. Cena padnera, con gente que venía de lugares que rondaban entre el lejos y el muy lejos. Contundente comida italiana, horno de leña, sangría, cerveza, chupitos, intercambios de mercancías en medio de la carretera, donuts, fotos. Vamos, la típica y repetible (esperemos) cena padnera.



Cena que tuvo su fin de fiesta (a una hora respetable para ser jueves y con muchos de los asistentes en necesidad de madrugar al día siguiente) en el Cormorán, con (más) cervezas, copas, copones, anécdotas de viajes y curiosidades varias, alrededor de una mesa redonda y con alguna que otra agradable incorporación de penúltima hora…

Y ayer… fue un día de mucho sueño, de trabajo, de instalación de disco duro nuevo, de siestas en la playa, de compras por el centro, de exposiciones de fotografía, de terracita al sol, de siluetas, de lectura, de mucho sueño (todo ello en ese orden…)

Y hoy… hoy me voy a la playa, claro. Y después a echar el primer vistazo a la Feria del Libro Viejo, que se inaugura hoy. Y después, quizás, a algún concierto… ya se verá…

Seguiremos informando…

PD: Ah, y gracias a zom, que en su febril (literalmente, por lo que cuenta) actividad de renovación del diseño de su página, me ha incluído en su sección de enlaces. Mola.

Escrito el 11-08-2004


La de ayer fue una tarde de lo más sosa, al final no hice nada aparte de maldecir a mi ordenador, leer, ver algún episodio de Futurama, mi dvd de Peter Gabriel, y tener alguna que otra charla por teléfono…


Y supe de gente que insiste e insiste, sin saber que en realidad lo único que hacen es molestar, incomodar, agobiar…


Y acabé pensando que hace no mucho yo también insistí e insistí, aunque no tanto, aunque no de esa manera… pero… ¿molesté? ¿incomodé? ¿agobié?… no lo sé, acabé decidiendo que era mejor quedarse con la duda, me siento mejor estando sólo que mal acompañando


Ayer llovía y hacía sol al mismo tiempo…