Escrito el 12-06-2004

Me llaman Rosa Silvestre
pero mi nombre era Elisa Day.
Por qué me lo llaman, no lo sé,
pues mi nombre era Elisa Day

Desde el primer día que la vi,
supe que era ella.
Me miró a los ojos y sonrió,
sus labios eran del color de las rosas
que crecen junto al río, silvestres, sangrientas.

Cuando llamó a mi puerta y entró en la habitación,
mis temblores sucumbieron a su fuerte abrazo.
Él sería mi primer hombre, y con cuidado,
limpió con su mano las lágrimas
que se deslizaban por mi rostro

El segundo día le llevé una flor.
Era más hermosa que cualquier otra mujer
que hubiese visto antes.
Le dije: ¿Sabes dónde crecen las rosas silvestres,
dulces, escarlatas, libres?

El segundo día vino con una única rosa roja,
me dijo: ¿me darás tus penas y añoranzas?
Yo asentía con la cabeza
mientras me tendía en la cama
Me dijo: ¿vendrás conmigo,
si te enseño las rosas?

El tercer día me llevó al río,
me enseñó las rosas, nos besamos.
Y lo último que escuché fue
una palabra murmurada,
mientras se arrodillaba junto a mí,
aún sonriente,
con una piedra en la mano.

El último día la llevé
donde crecen las rosas silvestres.
Se tumbó en la orilla,
el viento era ligero como un ladrón
Le di un beso de despedida, dije
«todas las cosas hermosas han de morir»
Me incliné y coloqué
una rosa entre sus dientes.

PD: Sólo por este vídeo, ya merece la pena comprarse el dvd de Nick Cave. Una canción terrible, pero inevitablemente hermosa, e interpretada por una pareja imposible, el siempre sombrío Cave junto a una sorprendente Kylie Minogue. Imprescindible.

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