La semana pasada tuvimos la habitual Feria del Libro en Santander… aunque esta vez no fue tan tradicional, de la habitual carpa en la plaza de Pombo pasamos a la planta baja del Mercado del Este… Un sistio más estable y robusto, pero también más pequeño…
Había lo de siempre (las mismas librerías de todos los años) pero más junto todo… yo fui uno de los últimos días, y había bastante gente… Curioso, porque luego las estadísticas dicen que la mitad de la población de este país lo único que lee es el Marca, pero no sé si por afán de consumismo o por aparentar, o por razones que se me escapan, se venden un montón de libros…
Y es que yo no me imagino la vida sin un libro a mano… desde niño he devorado, devoro, y devoraré libros, lo único que siento es que no me dé tiempo a leer todo lo que quiero…
Yo que tiendo a acaparara juguetitos tecnológicos, tengo que reconocer que hay cosas que nunca se podrán hacer con un ordenador, un portatil, una Palm o lo que inventen: nada igualará nunca al placer de abrir un buen libro (o en su defecto, de abrir un libro…)
En fin: dedicad un rato a la lectura, que es uno de los vicios más sanos que existen…
PD: Por supuesto, salí de la Feria del Libro con nuevas incorporaciones para mi biblioteca particular… un libro de artículos en prensa de Juan José Millás, la última novela de Eduardo Mendoza, «El último trayecto de Horacio Dos» (tiene pinta de ser del estilo de «Sin noticias de Gurb», así que promete…) y el monólogo teatral en el que está basada la película «La leyenda del pianista en el oceáno»…
Libros que pasan a la lista de pedientes por leer(se me acumulan, oiga, se me acumulan…) Ahora mismo estoy leyendo «Las aventuras del soldado valeroso Schwejk», libro checo, que me traje de Praga como souvenir (en español, eso sí…), y que parece ser la novelita más famosa de ese país… Lo que llevo leído, me gusta, me gusta… Son buenos tiempos para leer un libro que ridiculiza la guerra….