Escuchando: There is a light that never goes out (The Smiths)
Yo quería dormir, pero tengo una vecina que sólo sabe hablar a gritos, con tacos y con una voz muy desagradable. Eso incluye cualquier conversación con su hija pequeña (sic) o lo de esta mañana: una sesión de bricolaje en compañía de un energúmeno para el que la palabra básica del diccionario era ésta: cojones.
Yo quería dormir, pero tengo unos vecinos que me pusieron los 4o principales a todo trapo, con su inagotable colección de música totalmente prescindible.
Poco después, cogí mi dvd de los Smiths, lo metí en mi equipo de cine en casa, y subí el volumen. ¿Remordimientos? No, ninguno, para nada.
El Cielo sabe que soy un miserable…
Seguiremos informando.