Escuchando: Money (Pink Floyd)
Hoy tenía que ir a recoger unas fotos. Después del fin de semana en Madrid, y de comprar ayer la National Geographic, me quedaban en la cartera unos 5 euros. Así que antes de ir a la tienda pasé por un cajero de Caja Cantabria (el que está en la Avenida de los Castros, frente a la Universidad). Saqué dinero, para las fotos y para otra deuda que tenía pendiente, me lo guardé y me fui a recoger las fotos.
Ya de paso, al recogerlas, compré unos carretes (¿unos qué? sí, ¿quién me lo iba a decir?) y lo pagué todo con un billete de 20 euros que acababa de sacar del cajero.
Perdona, pero el billete es falso.
Me han dado un billete falso en un cajero de Caca Cantabria. Me cago en la puta madre del que revisa los billetes en sus cajeros. El billete no es falso, es muy falso. Es una putísima mierda de falsificación. Así que he quedado mal en una tienda, me han timado 20 euros, y me he puesto de muy mala hostia. Así, tal cual.
Tengo una cuenta de Caja Cantabria que estaba usando sólo para gastos, para irla vaciando y cancelarla. Creo que voy a hacer ésto último, directamente. Eso sí, previo paso por la oficina donde saqué dinero. Puede que me crean o no, pero mañana les monto allí un número. Les pago (demasiado) para que me guarden el dinero, no para que me lo cambien por billetes del monopoly. Si sus sistema de detección de billetes incluyen a Rompetechos como encargado, yo no tengo la culpa. Imbéciles. No me gustaría ser mañana el cajero de esa oficina. Ya lo siento. Pero hay cosas que me ponen de muy mal humor.
Ya lo saben, si sacan dinero, revisen los billetes. Si me doy cuenta en el acto, habría podido hacer un gesto feo con el dedo mirando a cámara, al menos.
Hijos de puta.
PD: Para hacer esto aún más surrealista, no he podido editar la foto del billete falso (ésa que ven ahí arriba) con Photoshop. Se negaba a abrirla, para evitar posibles falsificaciones. Nos ha jodido. A buenas horas.