Escuchando: Kill your television (Ned’s Atomic Dustbin)
Voy poco a poco. El otro día vi los dos primeros capítulos de Vientos de agua, que los tenía grabados. Qué decir. El planteamiento es interesante, las dos tramas están contadas de forma inteligente; las actuaciones son sobresalientes, sobre todo la de Ernesto Alterio. La ambientación en la Asturias minera está muy lograda. La visión de la Argentina más reciente está bordada. En definitiva: una historia bien contada, tierna, emotiva e inteligente. Veremos a ver cómo sigue… de momento sé que en algunos de los siguientes capítulos sale Marta. Para mí, otro aliciente.
Pero claro, para eso hace falta que la serie continúe en antena. Y no las tengo yo todas conmigo. De momento, esta semana ha pasado de emitirse los martes en prime time, a los viernes de madrugada. Cojonudo. Menos mal que me lo graban. A ver si hay suerte y, aunque a horas intempestivas, emiten todos los episodios. Sólo quedan nueve, tampoco es mucho pedir.
O quizás sí, quizás sea pedir demasiado en este país de subnormales. Desde luego, si la televisión es una mierda es, lisa y llanamente, porque a la gente le gusta la mierda. Se programa una serie decente por una vez, y no la ve ni el maestro armero. Claro, cual porcinos en el fango, están todos, chapoteando, más pendientes de no perderse Pasión de Gavilanes, o alguna otra serie con interpretaciones que dan vergüenza ajena, o el diario de alguna gilipollas, o algún lamentable programa de esos de corazón por donde pasa la escoria de la sociedad mientras se pudre de dinero; o quizás están pendientes todos de los últimos gorjeos de los nuevos músicos de diseño, de usar y tirar; o se entretienen viendo Gran Hermano aunque no tengan ni puta idea de quién fue Orwell.
Supongo que es natural que pase ésto. Tan natural como una vaca mirando un tren, y con la misma inteligencia en la mirada, así pasa la vida la gente de este país, delante de la caja, cada vez más tonta. La caja, y la gente, digo.
¿Los tiempos cambian? Claro que sí, a peor.
Seguiremos informando.