Escuchando: How old are you? (Jean Michel Jarre)
Esta semana me ha tocado ir al médico. No, nada, una revisión rutinaria. Mi médico, que ya es casi de la familia después de muchos años de visitas, siempre suelta alguna batallita o divagación.
Y el otro día le dio por hablar de la edad. Y no le faltaba razón.
Su teoría: la edad es relativa. ¿Quién es más viejo, una persona de 30 años a la que le queden unos meses de vida, o una persona de 50 años? Como no sabemos cúanto vamos a vivir, la edad no se puede resumir en una cifra.
Estoy de acuerdo y sigo desarrollando la idea: como no creo en destinos, el tiempo que cada uno viva es una incógnita que depende, casi siempre, del azar. Tenemos las mismas probabilidades de llegar a ancianos, que de acabar fulminados por un rayo o por una maceta en caída libre. Quién sabe. Y como no podemos saber cuánto viviremos, tampoco podemos saber nunca la edad que tenemos. Podemos ser muy jóvenes o muy viejos. Lo que cada uno prefiera, la probabilidad es la misma.
Yo lo tengo claro, ¿y ustedes? ¿qué edad quieren tener?
Seguiremos viviendo.