Escuchando: Talkin’ bout a revolution (Tracy Chapman)
Volví. El largo fin de semana en Madrid ha cundido, aunque como siempre, me he dejado mil cosas en el tintero y mucha gente con la que me gustaría haber quedado. Pero ha dado de sí. Ha habido grandes conciertos, grandes cantidades de cerveza, grandes y pequeñas cenas, muchas risas y muchos paseos por tiendas en las que, raro en mí, no me he comprado casi nada…
Y eso que he tenido muchas tentaciones. Decubrí CD Drome, una tienda genial de discos, pero dejé allí para otra ocasión los vinilos de Arcade Fire, CocoRosie, Antony and The Johnsons, Yann Tiersen… ídem con FNAC y mil películas que estuve viendo, o con las librerías que he visitado, sobre todo las secciones de fotografía… bueno, algo sí que me compré: encontré por fin ese libro de Cartier-Bresson con el que me había encaprichado… está bien, aunque tiene poca chicha, me lo terminé ntre metros y esperas varias.
Y sí, vale, también reconozco que ayer, antes de volverme, acabé pasando por la calle Barquillo a dejarme los dineros en un aparato muy útil, y bastante relacionado con la cámara. Algo que me podría haber venido muy bien para el inminente viaje a Cádiz. Una pena que no funcionase, y lo haya tenido que dejar en Madrid para que me lo cambien, y no sé si lo tendré a tiempo para el viaje.
Fue la única nota negativa de un viaje que me ha dejado con la única sensación con la que sé venir de Madrid. A pesar del caos, de las obras, a pesar de todo. Quiero volver.
Gracias a los que hacéis que aquello sea una segunda casa siempre que voy.
Seguiremos informando.