Escuchando: Thick as a brick (Jethro Tull)
La conoció y se enamoró de sus ojos verdes. Tendrás el más hermoso de los hogares, le prometió él. Y partió.
Una semana más tarde, ella recibió un pesado paquete. Al abrirlo, encontró una piedra y una breve nota: te enviaré una piedra, la mejor, de cada una de las ciudades que visite, construye con ellas tu hogar, te quiero.
Cada semana, un nuevo paquete, una nueva caja, una nueva piedra, una nueva nota: te quiero, volveré.
Por fin, él pudo regresar a su tierra. Habían pasado muchas semanas, y en cada uno de sus días soñó con contemplar el hogar que había ayudado a construir.
Al llegar, no encontró más que unas piedras pobremente apiladas. Las ventanas sin cristales y las paredes derruidas gritaban que allí no vivía nadie, que las últimas de sus piedras habían servido para destruir en lugar de construir.
Ella vivía en un chalet adosado a otra vida.
Resignado, eligió la mejor de sus piedras y se alejó para construir con ella su propio hogar.